En corto:
“Esta obra me ha cambiado mucho y después de hacerla me seguirá cambiando”
“Me gustaría que entendieran que los duelos son un camino que si o si tenemos que recorrer, que, si o si tenemos que asumir, y que la única opción es seguir desde la honestidad, la calma, sin apresurarse y hacerlo cuando uno está preparado”
“Es un reto muy grande porque estoy hablando de mi vida”
Entrevista a Joan Fenollar
“He pasado muchos duelos haciendo la obra”. Entró en una librería de obras de segunda mano, y ante el libro, desclasificado y con una autora ausente para el gran público, ‘‘‘Solo el eco de la noche” de Katéri Azorín sintió un flechazo. El bailarín de danza española Joan Fenollar (Valencia, 1998) presenta su primer espectáculo en el Festival de Jerez tras vivir ‘duelos de todo tiempo’ y asumir el miedo, la responsabilidad y el respeto que genera crear, después de años poniéndole alma, vida y corazón, a coreografías de otros. Algo, que asegura, quiere seguir haciendo porque “necesita seguir aprendiendo”., ‘‘Solo el eco de la noche” y Fenollar, en la Sala Compañía el próximo día 22 de febrero para, en última instancia, saberse ya huésped del grito oscuro de la noche.
He de confesar he buscado información sobre Katéri Azorín y su obra ‘‘Solo el eco de la noche” y apenas encuentro nada…
¡Ni lo va a encontrar! es una publicación de 1980 que se dio en un circuito muy reducido, en una editorial que ya no existe, y de la que se hizo solo una tirada. Es más, he estado revisando mi ejemplar y no dice nada del número de copias. Yo descubrí esa obra en una librería de obras de segunda mano del barrio del Carmen, en Valencia, que me descubrió mi madre. Me costó un euro, pero llevo releyendo, las apenas 40 páginas que tiene, durante cuatro años. En los cuatro años que he pasado, con duelos de todo tipo, ha sido la obra a la que siempre he recurrido.
¿Por qué?, ¿Qué le da?
Soy admirador de la poesía de verso libre de la segunda mitad del s XX de voces femeninas como Alejandra Pizzani o María Auxiliadora, por ejemplo, y Katèri Azorín es similar a esa corriente. Hay que leerla para encontrar la salvia poética de sus versos. Ellas son autoras que me han acompañado toda la vida. Con “Solo el eco de la noche” sentí un flechazo. Lo vi, lo cogí, empecé a leerlo, ¡y casi me lo termino en la propia librería!
¿Cómo ha sido ese paso de leerlo a convertirlo en una obra en escena?
Ha sido muy gratificante, una búsqueda muy larga, pero ha sido complicado encontrar el camino para contar la obra. No es una obra de principio a fin y he tenido que ir estudiando los poemas, uno a uno, para intentar hacer una recomposición y poder encajarlo en ese sentido circular que quería que tuviese la obra. El enclave se encuentra en el espacio sonoro. El compositor y músico que me ha hecho la obra ha creado un espacio sonoro a partir de los espacios musicales que voy a bailar, y ahí, en esos espacios, es donde se encuentran los poemas. Llevo un año y medio aproximadamente gestando este espectáculo; y en un primer momento lo que hice fue una translación de los versos al cuerpo; unos versos que no se recitaban. En el espacio de creación hemos conseguido la otra parte, que los versos no solo estén en el cuerpo, sino que estén en el espacio sonoro. He grabado las recitaciones y luego se han convertido en espacios sonoros usando diferentes técnicas, como el minimalismo sonoro, la superposición del mismo verso en tiempos distintos. Es una de las técnicas que hemos usado para la creación.
¿Por qué ese sentido circular de la obra?
Más que seguir el camino que marcaba el poemario, yo quería que se siguieran las fases que se pasan en el duelo. De ahí, ese sentido circular.
Tras la obra, ¿Cuántos duelos cree que tendrá que pasar?
He pasado muchos duelos haciendo la obra; he pasado varios, aunque no quisiera banalizar la palabra. Esta obra me ha cambiado mucho y después de hacerla me seguirá cambiando. Es un reto muy grande porque estoy hablando de mi vida. No es un tema social, o de otra índole, sino un tema personal.
Casi es un auto de fe…
Al final yo pensé mucho en qué quería hacer en esta primera oportunidad que se me ha dado de estrenar una obra. Yo soy un gran consumidor del arte social, el que se mueve por una causa, pero siendo la primera obra completa que hacía, necesitaba presentarme y por eso he elegido algo tan personal.
¿En qué le ha cambiado esta obra personal y profesionalmente?
Me ha descubierto mis flaquezas, pero también he aprendido a ver virtudes que no sabía o no había explotado. Me ha dejado muy claro que me gusta bailar lo que yo coreografío pero que también necesito bailar otras de otras personas: necesito seguir aprendiendo todavía.
¿Qué le ha dicho su madre?
¡Que es la primera que va a venir a verme! Y en coche desde Valencia, ¡que no se lo pierde por nada del mundo! es un gran apoyo, ¡siempre me ha apoyado muchísimo!
La danza como traslación de las palabras; ¿qué conversación pretende entablar con el público a través de su danza?
Es una pregunta compleja, una muy buena pregunta, la verdad… me gustaría que entendieran que los duelos son un camino que, si o si tenemos que recorrer, que, si o si tenemos que asumir, y que la única opción es seguir desde la honestidad, la calma, sin apresurarse y hacerlo cuando uno está preparado.
En la obra se podrá disfrutar de diferentes ramas de la danza como la danza española, la danza contemporánea o la danza teatro, ¿en cual de ellas se siente más cómodo?
Me siento más cómodo, y me permite que utilice una palabra que no me gusta mucho que es ejecutante; de esta forma, a nivel técnico, me siento más cómodo con la Escuela Bolera porque es la que más he bailado, pero disfruto mucho con la danza española que se está empezando a gestar.
¿Cuál?, ¿cómo es?
Es la danza que básicamente están bailando las figuras a las que yo admiro como Jesús Carmona, Sara Calero, Alberto Velasco, Carlos Rodríguez, o Iván Amaya. Artistas con los que en muchos casos he trabajado y me han apoyado; también otros que simplemente admiro, son referentes, y sostienen el camino de la danza española.
El vacío, escenografías y páramos deshabitados…, como artista, ¿cómo puede compatibilizarse ese espacio vacuo, con la creación de una obra que necesita de tanta riqueza, tanta generosidad?
No quisiera desvelar mucho, pero la escenografía va cambiando y trasmuta. Hay más de lo que se ve a simple vista.
¿Qué es lo más complicado de encontrarse solo sobre el escenario?
Lo más complicado es el camino energético que tienes que crear para sostener una obra durante una hora. Una obra que tenga sentido, y que tu como intérprete puedas soportar. Es quizás lo más complejo de todo, pero ese camino es el que hay querer recorrer. Estoy haciendo muchas pasadas de la obra para encontrar los espacios. Ahora, estoy ensayando en el local que dirige Ángel Rojas, en Móstoles. Ángel es muy muy bueno y siempre que lo he necesitado, me ha cedido las salas.
¿Qué consejos le ha dado?
El, personalmente, que quite pasos y respire.
¿Le ha hecho caso?
Sí; ha sido un poco el mantra de cada una de las personas que han visto pedazos de la obra.
¿Qué le gustaría que dijera el público?
Que ha disfrutado y ha descubierto una poesía que no conocía. Estoy inmensamente agradecido al Festival de Jerez y a todo el mundo que me acompañó en este viaje. A mi equipo, mis incondicionales; y a La Lupi y Carlos Rodríguez, que han creído más en mí, que yo mismo.
¿Qué cree que le diría la autora?
Me gustaría que sintiera orgullo de su obra porque todo parte de esos versos. He intentado contactar con ella, durante años; pero no he la he encontrado. Esta es la única obra que hay publicada de ella. Es una obra muy madura que una persona muy joven dudo que la haya podido escribir…, sigo intentando ponerme en contacto con ella.
Reparto:
| Dirección | Joan Fenollar |
| Coreografía | Joan Fenollar |
| Espacio sonoro | Queidem |
| Diseño de iluminación | Mauricio Pérez-Fayos |
| Escenografía | Miryam Rodríguez |
| Regiduría | Marina Perea |
| Producción | La Figuranta |
