Rafael Estévez

«El arte es algo que no se puede enseñar, igual que no se puede enseñar a sentir»

Rafael Estévez (Huelva, 1979) dirigirá el Ballet Flamenco de Andalucía, tras predecesoras de lujo como la ‘Embajadora de Andalucía’, Cristina Hoyos, o el bailaor Mario Maya. La bailaora y coreógrafa Rafaela Carrasco ha sido la última gerente de esta compañía que limita el mandato, a dos años prorrogable a tres. Estévez acoge esta responsabilidad con una medida pulcritud, que esta periodista recibe en esas cuidadas respuestas que ofrece a este periódico. Con minuciosidad nos desvela lo que espera de esta nueva etapa a la que le suma todo lo que ha aprendido, todo lo que espera poder dar como bailaor, como apuesta de juventud y como nuevo director de esta Compañía. Todas las facetas, a un mismo fin.

El jurado que le ha otorgado esta responsabilidad le seleccionó porque según sus propias palabras ‘el proyecto de Estévez por su propuesta renovadora y al mismo tiempo respetuosa con las fuentes del flamenco’. ¿Siente vértigo?, ¿cómo se consigue ese equilibrio que le otorgan?

Siento una gran emoción por este proyecto de dirección y proyecto coreográfico que afronto con mucha responsabilidad. En todos los trabajos y proyectos que emprendo hay siempre un profundísimo respeto por las raíces del flamenco. Tengo siempre como referentes los pilares fundamentales de este arte, mucho amor por el pasado y una visión desde el tiempo que vivo, desde el siglo XXI. Saber de dónde venimos, para saber hacia dónde vamos. Ahí creo que está ese equilibrio.

Tiene frente a usted responsabilidades de gran calado como la de realizar la coreografía de ‘Lorca y Granada en los Jardines del Generalife’ para 2018, ¿cómo se prepara uno ante este tipo de objetivos?

De momento mi primera responsabilidad será la puesta en marcha del proyecto “…aquel Silverio” que crearé y coreografiaré junto a mi pareja artística Valeriano Paños con quien vengo creando desde el año 2003 tanto para Estévez / Paños y Compañía, formación que codirigimos, como para otros artistas. La creación para ‘Lorca y Granada en los Jardines del Generalife’ vendrá después y será nuestra segunda creación para el Ballet Flamenco de Andalucía.

En el año 1994 se creó la denominada Compañía Andaluza de Danza, actualmente conocido como El Ballet Flamenco de Andalucía. Desde su fundación ha contado con grandes coreógrafos como Manolo Marín, Cristina Hoyos, Fernando Romero, Javier Latorre, Manuel Santiago, Mario Maya, María Pagés o Javier Barón, ¿qué cree que aportará usted?

Qué honor que mi nombre y el de mi compañero estén entre estos grandes maestros de los que hemos aprendido, con los que hemos trabajado y que tanto admiramos… Aportaré todo lo que he ido fraguando durante todos estos años de investigación y creación; mi concepto artístico y coreográfico, y sobre todo, ¡muchas ganas y mucha ilusión!

¿De qué se siente más responsable?, ¿del futuro del Ballet o del futuro de las posibles figuras que saldrán de él?

Me siento responsable del presente y de seguir construyendo desde los cimientos que se han ido creando a lo largo de estos años de historia del Ballet Flamenco de Andalucía. Aportaré mi granito de arena, como hicieron los directores que me precedieron para que el Ballet tenga un gran futuro. Y por supuesto también del futuro de los jóvenes y/o futuras figuras que saldrán de él, por eso voy a trabajar muy concienzudamente en la formación y desarrollo del elenco.

¿Qué perdura en usted de la maestría en su carrera de figuras como Matilde Coral, Rafael ‘El Negro’, o Merche Esmeralda?

Con la Maestra Matilde Coral no llegué a estudiar, aunque he aprendido muchísimo de ella viéndola bailar, conversando con ella y escuchándola… Matilde es sabiduría del baile. Rafael “El Negro” al que respeto y admiro profundamente me dio mis primeras clases pero yo era demasiado pequeño y tuve que dejarlo para empezar en el colegio. Soy discípulo de Carlos Robles, Manolo Marín y Merche Esmeralda. Me considero muy afortunado porque de ellos me ha quedado, más allá de los pasos, el amor por el baile, la afición al flamenco y herramientas valiosísimas para mi desarrollo como artista.

Como director y coreógrafo ha trabajado para artistas como Rocío Molina, Miguel Poveda, Daniel Navarro, Rubén Olmo, o Fuensanta ‘La Moneta’, ¿qué es lo más difícil?

Son tan buenos artistas que te lo ponen muy fácil… bueno, y muy difícil también, porque como director y coreógrafo he tenido que estar a la altura de estas personalidades.

En diciembre de 2015 ingresó como académico en la Academia de las Artes Escénicas de España además, de continuar impartiendo clases de manera habitual. ¿Qué no se puede enseñar?

Ha sido para mí un honor ingresar como Académico en la Academia de las Artes Escénicas de España (AAEE) formando parte de esta entidad junto a nombres tan importantes de las artes escénicas… y entre alguna actividad relacionada con la AAEE, como la mesa redonda sobre “Flamenco e iluminación” en la que participé y que se ha celebrado en esta Bienal pasada. 10También la dirección de proyectos para otros artistas, la actividad de Estévez / Paños y Compañía, y también la impartición de clases. Es algo que me apasiona pero que tengo que desear hacer, para dar lo mejor que puedo y ser honestos con las personas que vienen a aprender de mí… ¡la docencia es una gran responsabilidad! Se puede enseñar, la ética, la estética, bailes,  pasos, parámetros, referentes… y la técnica para ponerla al servicio del arte. El arte es algo que no se puede enseñar, igual que no se puede enseñar a sentir. Eso nace con la persona.

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M. Isabel Rodríguez Palop

M. Isabel Rodríguez Palop

Una apasionada del Flamenco.

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