Paco Mora, bailaor

«Exponer a mi madre es mostrar esta realidad»

Puede ser discutible la forma, pero desde luego no lo es el fondo. Rescatar del olvido a través del arte flamenco y la copla es el reto que se ha marcado Paco Mora (Málaga, 1973) tras dejar aparcada su carrera profesional y dedicarse en cuerpo y alma al cuidado de su madre enferma de alzheimer. Años de total entrega como cuidador, y como testigo de la crueldad de una enfermedad que borra lo malo, pero también lo bueno. Este bailaor de reconocido prestigio, adoptivo ya de Badajoz, da a conocer a través de la figura de su madre y las redes sociales, cómo su progenitora gracias a las letras de las coplas, el flamenco…, está respondiendo al estímulo de esos recuerdos que le surgen cuando la música se hace presente. Ahora, este pequeño destello de esperanza quiere hacerlo extensible al resto de enfermos y cuidadores. Un quejío de memoria, una pataíta a la enfermedad, un compás bien marcao a la esperanza. Una lucha con la petenera diaria que habrá que convertir, como sea, en un cante por fiesta.

-¿Cómo surge el proyecto ‘Flamenco para recordar. Coplas de un recuerdo’?

-Se trata de un proyecto terapéutico para la no pérdida de la memoria y emociones en enfermos de alzhéimer y otras demencias. Tras cuatro años de experiencia personal como cuidador de mi madre y uniendo dicha experiencia a la mía profesional, llego a la conclusión de que el flamenco y la copla o canción española son el camino perfecto para la ebullición en las emociones y los recuerdos, de aquellos que un día perdieron la capacidad de recordar. Está más que demostrado la importancia que la musicoterapia ha causado en la evolución cognitiva y emocional en diversas enfermedades, sean cuales sean sus orígenes. Por ello, este proyecto hace la simbiosis ideal para conseguir que las emociones y los recuerdos vayan unidos hacia un mismo destino: la memoria.

-¿Se ha formado de alguna manera en esta enfermedad?

-Decidí formarme en el terreno sociosanitario y especializarme con cursos, ponencias y sobre todo mucha lectura sobre alzehimer y sus derivados, y a raíz de esto he visto cómo variaban las emociones de mi madre en determinados momentos, sobre todo donde el flamenco estaba presente. Comencé a invitarla a que me contara sus experiencias hacia determinados cantes, coplas o películas, ¿dónde las vio?, ¿con quién?, ¿qué pasaba cuando por ejemplo escuchaba En tierra Extraña siendo emigrante en Suiza? Encontré una forma de aunar mis dos pasiones, mi madre y el flamenco, lo que había hecho toda la vida y lo que la vida me decía que tenía que hacer ahora.

-Y ahora da un paso más y ofrece este proyecto a todo el que lo necesite…

-Es que este proyecto nace para ser practicado y para llevarlo a una realidad donde no sea yo el único que lo practique, y mi madre la única que lo disfrute. Por eso he llegado a un acuerdo con el Centro de día VITALIA en Badajoz, para poder a llevar a una realidad lo que hasta ahora sólo lo hacía de puertas para dentro de mi casa pero con un equipo profesional e instalaciones adecuadas. Dejando claro que yo no soy médico, ni fisioterapeuta, ni psicólogo, me asesoro y rodeo de ellos para ver cómo la terapia toma cuerpo y surte el efecto esperado y deseado. Flamenco para Recordar no surge por el simple hecho de yo ser bailaor y mi madre enferma de Alzheimer y yo ser su cuidador, sino de la seguridad del efecto terapéutico del flamenco desde las emociones, y desde la activación psicomotriz de enfermos que tienden a ir aminorando su movilidad.

-¿No teme caer en una sobrexposición de la enfermedad de su madre en las redes sociales?

-Esto siempre será un tema duro y con perspectivas distintas de la situación. La individualidad de las decisiones es tan amplia que no siempre uno puede pretender estar acorde con todos, por eso lo principal es estar acorde con uno mismo. La sobreexposición del día a día de mi madre con una enfermedad de este tipo en las redes sociales tiene un sentido claro: mostrar una realidad que se vive de puertas para adentro, en ocasiones por vergüenza o necesidad de aislamiento. El que sea mi madre quien se expone es la única forma en la que puedo mostrar esta realidad.



-¿Qué no deberíamos olvidar nunca del flamenco?



-De dónde viene, su capacidad, su evolución, su crecimiento y sobre todo la versatilidad en su adaptación al entorno social y humano. El flamenco se queda indemne a los años, evoluciona pero sigue ahí presente. Esos enfermos pueden encontrar en el flamenco una referencia emocional, un recuerdo olvidado que el flamenco le hará presente, con quizás también frustraciones, pero ahí está esa doble capacidad del flamenco para llevarnos del llanto a la alegría, de la fiesta al drama y del duelo a la esperanza de la vida. El flamenco es ageneracional y niños de cinco años encuentran un camino, y personas con 90 y alzheimer encuentran sus recuerdos.



-Hace unos días hemos visto unas declaraciones desgarradoras de su madre, sinceramente, ¿a veces no es mejor olvidar?



-Jamás será mejor olvidar, porque gracias a los recuerdos somos lo que somos como personas, gracias a los recuerdos conseguimos encontrar nuevas emociones. Los enfermos de Alzheimer necesitan sentir. El ser humano tiene una capacidad innata que es la resiliencia, la capacidad de bloquear aquello que nos duele y buscar el camino de la superación. Los enfermos de alzheimer tienen esta capacidad de serie en la enfermedad, pero en el momento que una emoción sale, el bloqueo desaparece. Puede ser doloroso, no lo niego, pero en su mayoría y de ahí la búsqueda de este proyecto, se encuentra emociones positivas y fructíferas que puedan aportar a la evolución de la enfermedad, pero sobre todo, a la relación enfermo-cuidador. ¿Por qué olvidar? Si hay algo que siento es orgullo por mi madre, si hay algo de lo que presumiré de por vida será de mi madre. Con todo lo que ello conlleva. Pero mostrarlo no es sino la intención de hacer ver cómo el flamenco provoca sensaciones y emociones. Justo antes de grabarle ese video le acababa de bailar a ella, era el Día de la Madre y eso le llevó a ese recuerdo. ¿Triste? Quizás ¿Enriquecedor? Mucho.

Facebook
Twitter
LinkedIn
M. Isabel Rodríguez Palop

M. Isabel Rodríguez Palop

Una apasionada del Flamenco.

Relacionados

Post's relacionados