Paco Aparicio

«Esta medalla a Mérida reconoce la aportación de toda Extremadura»

Ayer se presentó en Mérida, pero ya venía con sabor extremeño. En el Centro Cultural Alcazaba se levantó el telón del XXXVIII Festival Internacional de Cante Flamenco de Lo Ferro con motivo de la concesión de la Medalla de Oro a la Ciudad de Mérida. Un galardón al que asistió como invitado, el ganador del Melón de Oro del año pasado, el cantaor de Santa Amalia Manuel Pajares, que se alzó con la máxima distinción en la tierra de los cantes de Levante, y al que volverá durante la celebración del festival del 24 al 30 de julio. Lo Ferro, el conocido como barrio de 300 vecinos marca un pulso año tras año a otros festivales que en verano, luchan por acaparar el foco mediático. Y no es fácil, como así nos cuenta Paco Aparicio (Torre Pacheco, Murcia, 1958), su coordinador. Resistir 38 ediciones, y hacerlo a la sombra de un grande como es el certamen de La Unión no es reto para los que se amilanan. Descubrimos la pócima mágica de la aldea del Astérix del flamenco, en primera persona.



—Un Melón de Oro para un extremeño, y una medalla para Mérida, ¿a qué se debe tanto honor?



—El Melón de Oro es el máximo premio al que puede aspirar un concursante en el Festival de Lo Ferro, ya que con él se premia al cantaor/a más completo de cada edición. En el festival del 2016, este galardón lo ganó por méritos propios un extremeño, Manuel Pajares. Según el Jurado fue el cantaor que mantuvo más regularidad y calidad durante la fase de clasificación, la semifinal y la final. No es la primera vez que un extremeño gana nuestro Melón de Oro, ya Miguel de Tena en 1999, con apenas 23 años, se alzaba con este premio, que sin duda supuso para él un antes y un después en su carrera. En cuanto a la Medalla de Oro del Festival, que es el máximo galardón, se entrega a cantaores, personalidades, ciudades y entidades que de una u otra forma potencian y difunden la cultura en general y el flamenco en particular. La concesión de esta medalla a Mérida es un reconocimiento a la aportación de toda Extremadura a este arte.



—¿Cómo se mantiene un Festival grande en una localidad tan pequeña?



—Yo también me hago esa pregunta cada día, y créame que la respuesta no es fácil. Me gustaría recordar que Lo Ferro es una barriada de apenas 300 habitantes, enclavada en un municipio de 36.000 como es Torre Pacheco. De lejos es la barriada más humilde y con peores circunstancias socio-laborales del municipio. Sin embargo, las cosas no son casuales, el fundador de nuestro festival vivía en esta localidad, me refiero a Sebastián Escudero, alma máter de la Peña Flamenca Melón de Oro, organizadora junto al Ayuntamiento de Torre Pacheco del festival. Esa es simple y llanamente la explicación. Un aficionado como Sebastián supo imprimir a este Concurso de Cante una impronta que lo hace único y diferente a los demás. Este Festival nace del pueblo humilde y trabajador y se celebra en un patio mediterráneo, al aire libre, con suelo de albero y un aforo de 1.250 espectadores.



—Figuras consagradas como María Vargas, o Paco Cepero y juventud de cantaores como Manuel Cuevas e hijo Rancapino Chico, Raúl ‘El Balilla’ y Manuel Pajares…



—Efectivamente, Lo Ferro además de ofrecer un impecable concurso de cante, que lo sitúa por méritos propios como el tercero de España por cantidad destinada a premios, duración, presupuesto, etcétera, ofrece al público asistente, galas flamencas de artistas consagrados junto a jóvenes promesas que vienen apretando en el mundo del flamenco, conjugando una base académica, con la que le inspiran sus ídolos. Afortunadamente, y tampoco es casualidad, los últimos ganadores del Melón de Oro, son personas con formación académica. Además de los que has citado, la noche del jueves 27 de julio también contaremos con la actuación de los hijos de Camarón de la Isla: Luis, Gema y Rocío Monge en el homenaje que ese día rendimos a Camarón en el 25 aniversario de su triste desaparición.



—¿Qué le gustaría cambiar del festival?



—Me gustaría cambiar la actitud que las administraciones públicas tienen con nuestro festival y con el flamenco en particular. Estos proyectos no se conciben sin la ayuda económica y testimonial de las distintas administraciones. Nosotros, afortunadamente, contamos con la inestimable ayuda del Ayuntamiento de Torre Pacheco y de sus responsables políticos, y poco más. Hemos tenido que agudizar nuestra imaginación e implicar a empresas privadas para que nos acompañen en este difícil, pero apasionante viaje que es la realización de nuestro festival, sobre todo en las épocas de crisis económica. Me gustaría que el triángulo geográfico primigenio, donde nació y se cultivó el flamenco de forma especial, valorara más este arte. El triángulo formado por Andalucía, Extremadura y Murcia.



—¿Es Lo Ferro el David contra Goliat del flamenco?



—Imagino que esta pregunta viene a cuento de que a escasos kilómetros tenemos el Mayor Festival Flamenco del Mundo, como es el Festival del Cante de Las Minas. Los dos festivales, lejos de ser rivales, son complementarios en la oferta cultural del verano en la Región de Murcia. Nos aúna el espíritu de promoción y difusión del flamenco. Nosotros concedimos nuestra Medalla de Oro al Festival de la Unión en su 50 aniversario y hemos recibido de ellos varios premios nacionales a la difusión del Flamenco y a la Peña Melón de Oro. Por lo tanto, cualquier atisbo de lucha o competencia no son reales. Nosotros tenemos que aprender mucho de ellos, sabiendo que cada festival tiene su origen y su idiosincrasia.

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M. Isabel Rodríguez Palop

M. Isabel Rodríguez Palop

Una apasionada del Flamenco.

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