“He querido que prendiera El Choro anterior”

EN CORTO:

“Mi baile no ha variado nada, pero gracias a Rocío Molina lo he entendido de otra manera, he aprendido otra forma de expresarlo”

Entrevista a El Choro, bailaor

El Festival Flamenco Azul de Marsella fue testigo, el pasado domingo 14 de abril, de la transformación de Antonio Molina ‘El Choro’ (Huelva, 1985) El bailaor, que se desprende de la rigidez, ataduras, estereotipos, pero sin dejar su baile flamenco y racial, se descubre en su nuevo espectáculo ‘Prender. Un acto de combustión’, en una especie de catarsis donde se atreve a salirse de su propio corsé y abrir su cuerpo a una expresión más libre y honda. Una propuesta purificadora y terapéutica creada junto a Rocío Molina y Ernesto Artillo. Pasen y lean.

¿Que pretendía que ardiera?

He querido que prendiera El Choro anterior. Este ‘Prender’ tiene de liberación, de quitarme esa atadura, ese corsé con mi baile anterior; desprenderme de esa persona y formas anteriores. Este es un Choro 2.0 donde, por ejemplo, me rio en escena, me muestro como soy, más divertido y donde todo ni tanto es bailar. En mi anterior versión, ¡todo era baile! Aquí interactúo más con los compañeros…, es muy yo.

¿Por qué ahora?

Los artistas tenemos esa inquietud, vamos avanzando y estamos en un continuo proceso de descubrirnos, aportarnos algo nuevo y si nos quedamos siempre en lo mismo, esa cosa que tiene el flamenco, el propio arte, lo dejamos ‘apagaíto’. Mi baile no ha variado nada, pero gracias a Rocío Molina lo he entendido de otra manera, he aprendido otra forma de expresarlo. Ella me dio unas pautas para que me floreciera otro tipo de Choro. El baile mío no puedo cambiarlo.

¿Qué tipo de pautas?

En realidad, me dio la pauta de lo que, en sí, soy yo en la vida, en la calle, en mi día a día. Yo bailaba con esa seriedad en escena y ella me obligó a que fuera natural, que disfrutara lo que hiciera porque si no, no era creíble.

¿Qué ha aprendido de usted?

He aprendido a estar un poco más relajado en la vida porque es verdad que me anticipo mucho a las cosas. Yo en el baile: llegaba al estudio y le decía, ¿cómo cierro esto? Hacía una subida muy fuerte y me quedaba con la mirada esa de bailaor…, con esos cierres donde esperas el aplauso. He aprendido a romper con eso.

¿Por qué Rocío Molina?

Porque lo que quería dar un pasito más adelante y abrirme la mente; experimentar más las cosas. Quería ir por todo lo alto y para eso ella es la ama. También me decía que, o íbamos al 100%, o no íbamos… si hubiera sido de otra forma no hubiera tenido este aprendizaje. Ernesto Artillo se ha encargado de la escena, del imaginario del espectáculo. Los dos hicieron el plan y yo les empecé a contar de mi barrio, mi experiencia, mi infancia…, en el escenario salen globos, ruedas, chatarra… al principio, cuando me lo mostraron, yo dije: ¿esto que es? Esto es tu barrio, esto eres tú, me dijeron. Me he criado en Torrejón, en Huelva, un barrio complicado y marginal, pero del que estoy muy orgulloso. Si volviera a nacer, lo haría allí. Uno es de donde nace y se cría, aunque lleve veinte años en Sevilla.

Facebook
Twitter
LinkedIn
M. Isabel Rodríguez Palop

M. Isabel Rodríguez Palop

Una apasionada del Flamenco.

Relacionados

Post's relacionados