“El arpa suena flamenca si el músico tiene el flamenco dentro”

En corto:

“… tuve la intuición de que haría un buen maridaje el flamenco con el arpa”

“… vamos creando tejido flamenco no solo por lo que pueda aportar el disco o el arpa en sí, sino por lo que crece la comunidad flamenca, la afición”

Entrevista a Ana Crismán, arpista

En el marco del Festival de Jerez, la arpista Ana Crismán (Jerez de la Frontera, Cádiz, 1983) ha presentado un Work in progress del que será su álbum debut, previsto para el próximo año, que llevará por título: “Arpaora”. En el Salón Don Jorge de Museos de la Atalaya, con Jesús Méndez como artista invitado, compartió el proceso creativo de Zambra de la luz’, esta primera entrega que cuenta con la colaboración del músico Jorge Pardo a la flauta; coros de Rosa Gómez y Rosario Heredia y Javier Mera a la percusión, en un homenaje a la luz del sol que, como asegura Crismán: “me hace bien”. La arpista, apuesta por una nueva nomenclatura, ‘arpaora’, fruto de ese maridaje entre el instrumento y el flamenco que la jerezana encontró por pura intuición. Pasen y lean.

“Un disco que será la primera fuente y referencia en el mundo del arpa flamenca”, ¿siente la presión?

¡La verdad es que no!, no siento presión porque yo el desarrollar, al llevar a cabo el flamenco en el arpa, lo he vivido como algo muy natural porque partía de un flechazo que yo tuve con el instrumento, con esas ganas de querer que sonara a flamenco. Estando de vacaciones en Irlanda me encontré con un músico callejero tocando el arpa, me encantó el instrumentó, y sentí que también era flamenco. Eso me dio la curiosidad de saber cómo sonaría por soleá, por siguiriyas, por bulerías…, tuve la intuición de que haría un buen maridaje el flamenco con el arpa. Empecé a buscar información y no encontraba nada; ¡me llamó mucho la atención! porque un instrumento tan precioso, milenario que comparte con el flamenco la ancestralidad …, no encontré arpas con un lenguaje o un código flamenco, y me sorprendió mucho, la verdad.

¿Cómo se consigue?

El arpa suena flamenca si el músico tiene el flamenco dentro. El flamenco tiene un lenguaje, estructura, formas y palos y si echas horas en el instrumento al final lo encuentras. Es un camino solitario porque no tienes referencias, pero también muy creativo, inspirador y apasionante encontrar todo ese flamenco que yo sentía, y siento dentro de mí, porque he nacido y me he criado en territorio flamenco como es Jerez. Siempre he sido muy aficionada, amante del cante, y me ha gustado mucho el flamenco desde el punto de vista como público. Desde pequeña iba a conciertos, a la Fiesta de la Bulería, a las Peñas Flamencas…, tenía afición. El flamenco tiene un poder de transmitir emociones, muy fuerte. Si naces y te crías en un lugar como Jerez, es complicado estar ajeno a todo eso, no te va a pasar desapercibido, lo vas a vivir, porque el flamenco en Jerez está en todas partes. En Jerez cualquiera se arranca a bailar en una plaza y, ¡se te caen los lagrimones!

¿Por qué ahora este disco?

Yo empecé a tocar el arpa en el 2017…, llevo casi cinco o seis años y no he querido sacarlo, a pesar de que me lo habían propuesto ya antes, porque sentía que tenía que madurar, y seguir investigando más el instrumento que es un camino que se abre y nunca se acaba. Al final el disco es una foto sonora de un momento que estás viviendo, capturar un instante. Un disco es la música que sonó mientras estaba el micro abierto porque cada momento que tocas una pieza, aunque sea la misma, cada pulsación, cada momento, es nuevo.

El lanzamiento del primer sencillo, ‘Zambra de la luz’, cuenta con la colaboración especial de Jorge Pardo

Si, habíamos coincidido en unos ‘bolos’ y le llamé. Me hacía muchísima ilusión que participara en el disco porque es un maestro, es un amigo, y, además, siempre todo lo que transmite es positivo. Es un lujo contar con él en este disco de composiciones propias. Este ‘Zambra de la luz’ está compuesto a la luz del sol. Lo que más me gusta en la vida, es la luz del sol…, me cambia el humor, me aporta, lo noto, es físico. La luz del sol me hace bien.

¿Por qué ‘arpaora’?

Lo he querido llamar así porque emerge una nueva figura en el mundo flamenco que es la de la artista que expresa flamenco a través de un arpa. Conocemos a través del cante, el baile, y bueno, aparece esta nueva figura que no tiene precedentes. Nosotros somo vehículos de algo más grande.  Creo que habita en mí, la belleza del instante, lo que se transmite, lo que se queda. Soy una persona que le gusta rendir culto al arte, no al artista, y entiendo que somos un vehículo de la música que seguirá existiendo cuando no estemos.

Siempre aseguramos que está todo inventado en el flamenco, pero lo de ‘arpaora’ es una novedad… 

Si, es que el flamenco es muy grande y sigue creciendo, eso de que ya tocó todas sus posibilidades no es verdad, y aquí está mi disco para demostrarlo.

¿Qué cree que aporta al flamenco?

Un puente entre dos universos que hasta ahora no se habían entrelazado y es interesante, no solo por lo que el flamenco gana, sino por lo que el mundo del arpa gana. Ahora, en mis circuitos de arpa hay personas en el mundo que están conociendo el flamenco por primera vez; vamos creando tejido flamenco no solo por lo que pueda aportar el disco o el arpa en sí, sino por lo que crece la comunidad flamenca, la afición.

¿Cómo suena un instrumento milenario en un flamenco del siglo XXI?

La clave de que mariden bien es que comparten la ancestralidad. El flamenco del siglo XXI viene de los ancestros, son cantos que han ido llegando desde geografías muy lejanas y muchas generaciones atrás. Y con el arpa ocurre lo mismo. La primera fuente que data de que exista un arpa es un relieve en Macedonia de 3.500 a d C.; ya existía como tal ese sonido que, aún hoy, vive en la memoria colectiva.

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M. Isabel Rodríguez Palop

M. Isabel Rodríguez Palop

Una apasionada del Flamenco.

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