Mara Alegre

«Solo me quito el traje de flamenca ante una saeta»

Que su arte me perdone, pero a mi lo que más me llamó la atención de Mara Alegre (Tamara Alegre, Cáceres, 1987) a primera vista fue su traje de flamenca, sobre la silla de enea. Que una cantaora se vista de bailaora para desnudar su arte me produjo una maravillosa impresión. Luego vino su arte, su alegría y su buena disponibilidad. Encontrarnos y esta página, vino sola.

-Cuénteme por favor, como soltó el tambor de la Banda de Cornetas y Tambores de la Sagrada Cena de Cáceres, y se puso a cantar saetas… -(Se ríe) Si, la verdad es que yo con nueve años tocaba el tambor en la Banda, pero mira, gracias a eso fui descubriendo cuando íbamos de pueblo en pueblo, las saetas. Me llamaba la atención el sentimiento, todo lo que se vivía alrededor de ese cante. Yo antes no sabía cantar nada, pero Simón García ‘Niño de la Ribera’ (su profesor desde entonces) puso en marcha una escuela de saetas, y me apunté. Hizo una pequeña prueba…y aquí estoy. -Pero, ¿cómo se ‘prueba’ a cantar una saeta? -No, no. Me hizo cantar cosas diferentes, ten en cuenta, ¡que no tenía ni idea!. Canté una canción de Niña Pastori. Luego empecé a cantar saeta extremeña. -No tiene nada que ver con la andaluza. Empezó cantándose en los conventos, con las monjas, y a raíz de ahí nace la saeta llana o extremeña, es lo mismo. Aunque en los pueblos de la provincia tiene matices diferentes, mantiene una estructura. -¿Y cómo es esa estructura? -Todas tienen cuatro estrofas. Esta saeta es más sencilla y más pausada, más monótona, pero no sé explicarte, ¡la explico mejor cantando! -Ya que empezó con un cante primitivo, ¿ha seguido explorando por ese camino? -Si ,si, de hecho después de la saeta llana empecé con la carcelera, después con la saeta por seguiriyas y después le metí el cambio que tiene por debla, martinete. -Bueno, hoy en día canto de todo, aunque lo que creo que mejor se me da son las saetas siguiriyas, pero nunca dejando las de mi tierra que siempre entran en mis recitales, sobre todo, para que la gente las conozca. -Instrúyanos, ¿cómo nos explicaría una saeta por siguiriyas? -Se diferencia en que tiene muchos lamentos, muchos ‘ay, ay’. Hay que tener mucha fuerza y cuesta mucho, porque mantiene mucho los registros. -Siempre va con tonos altos. -Hay que cantarla con fuerza, con sentimiento. Para cantarla te tiene que gustar mucho este cante, hay que ponerle muchísimo sentimiento. -No, no. Las saetas no las canto con traje de flamenca. Las hago o con vestido negro, con mantilla o con traje de chaqueta. Con ir en esa fecha de negro,…, es un gesto con el que le damos respeto, importancia a esa situación. Es cuando el Señor muere…, y a mi siempre me han inculcado ir así. Es una forma respetuosa de vestir ante una procesión, porque las saetas van dirigidas a las Imágenes, pero solo me quito el traje de flamenca ante una saeta. -¿Es recomendable comenzar una carrera artística con los cantes primitivos? -Si, es lo principal. Primero hay que estudiar lo de quien los ha creado, y una vez que te sientas cómoda, les das tu pellizco, porque luego me gusta ser yo misma, no parecerme a nadie. -¿En qué momento profesional se encuentra ahora? -En la etapa de seguir estudiando mucho, porque me queda mucho. Tengo conocimientos, pero tengo que saber desarrollarlos todavía. Todos los palos no los toco. -¿Cuál se le resiste más? -Creo que los cantes más puros. Para mi son todos difíciles, pero siempre hay algunos que se ‘atrancan’ más, lo que es una soleá, una taranta.. , me pueden costar más… -¿A donde le gustaría llegar? -Me gustaría llegar a.. ¡a lo más alto del flamenco!. ‘Las Minas’, y el ‘Porrina de Badajoz’ son dos de mis objetivos, pero en realidad lo importantes es aprender día a día, y que la gente vaya valorando tu cante, para llegar a ser una gran cantaora. Una, se debe al público. -¿Cáceres es cantaora? -Claro que sí, hay muy buenos cantaores en Cáceres, el Niño de la Ribera, el Niño de la Pizarra (su padre era el Niño Alcántara), Raquel Cantero o Javier Conde, guitarrista. Badajoz tiene más peso en el flamenco extremeño por las figuras que ha dado, por el número de peñas, aquí en Cáceres solo tenemos tres, aunque con muy buena afición. En realidad, no deberíamos mirar nuestro flamenco por provincias, sino por nuestra región, que ya de por si, tiene mucho que decir en este arte. Es verdad, míramos demasiado las provincias… -No, yo creo que no, ¡ni mucho menos!. No, no. Aparte esa chica se lo ha llevado porque vale muchísimo. Lo poco que la conozco, veo que para la edad que tiene sabe lo que quiere, es muy sencilla. Si la ha ganado es porque se lo ha merecido -Con unos fandangos, que son muy cortos, ¡por eso de los recortes de la crisis! (se ríe) -Un toque por alegrías, ¡para animarnos a participar!, aunque he de reconocerte que no me gusta la política. -Más publicidad. Estaría bien dar clases extraescolares de este arte, porque si las hay de piano, flauta, etc, ¿por qué no darlas de flamenco?, charlas por colegios, universidades.., para que la gente conozca bien el flamenco, aunque así y todo, hay mucha difusión de nuestro arte. Hay que reconocerlo. -Echo de menos más unión entre cantaores, entre los artistas, también, mayor número de festivales. La verdad es que realmente echo de menos, más unión entre todos los que formamos este mundo. -A Mara la cantaora no le pregunto, le pregunto a Tamara. Con 22 años que tiene, ¿qué música escucha en su móvil? -Flamenco hija, flamenco de verdad. Artículo publicado en: http://www.hoy.es/v/20111112/sociedad/solo-quito-traje-flamenca-20111112.html

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M. Isabel Rodríguez Palop

M. Isabel Rodríguez Palop

Una apasionada del Flamenco.

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