Manuel Pajares, cantaor

«La masificación del flamenco hace que te pierdas esas pequeñas cosas, esos detalles intrínsecos a su esencia».

Siempre me ha parecido un cantaor sumamente elegante. No solo por la estética, sino por la ética con la que desarrolla los cantes. Esa que le lleva a seguir una tendencia natural a lo hondo. Manuel Pajares es un artista poco dado a las florituras. Tiene un cante que hace verdad , lo que roza porque es serio incluso de fiesta. Será por esa capacidad innata que tiene de impregnar de grande hasta lo más liviano. Para mí fue todo un descubrimiento hace unos años en esos sábados flamencos del Mesón Monsara. Cómo me gustó. Luego he coincidido con él en otras muchas ocasiones y no me ha defraudado. Ahora espero que este encuentro entre el lector y el artista se convierta en un acercamiento sincero a uno de nuestros cantaores que están llamados a ser grandes. Es lo que tiene el poder conseguir transformar, cuando el duende llega en algo tangible lo mágico e indescifrable. Y es también, el arte de escuchar incluso entre líneas.



–¿Con qué palo despediría el 2013, y como le daría la bienvenida al 2014?



–Pues el año lo despediría sencillamente con un villancico, que es lo que pega durante las fechas navideñas; seguramente un villancico festero, por tangos o bulerías, un villancico que hable de unión, de amor, de buenos deseos, de familia, de amistad, de esperanza, de solidaridad, de ilusiones; un villancico que haga olvidar por momentos, todos los problemas e injusticias que han ocurrido en este 2013. Del mismo modo al 2014 lo recibiría con los brazos abiertos, con muchísima ilusión, con muchas ganas de hacer cosas, y esperando que nos deje materializar todo esos deseos que cada uno queremos llevar a cabo. Todos tenemos deseos. Que se nos cumplan.



–¿Cuánto tiene que cantar un artista por fiestas para que le respeten por derecho?



–No podría hablar de cantidades cuando este mundo es tan subjetivo. El respeto se lo va ganando cada uno, no por el repertorio que lleve, sino porque lo que hace, lo hace de corazón y con pureza. Cada uno elige dónde quiere o no quiere cantar. Tanto el cante festero, como los cantes más solemnes y jondos son necesarios en el flamenco. Hay artistas que se identifican más con unos que con otros, pero mira, lo ideal sería identificarse con los dos, solo que en los cantes festeros entra el handicap del compás y el ritmo ligero. Ahí radica la dificultad, la dificultad de interpretar con naturalidad.



–¿Qué ha sido lo más difícil hasta ahora?



–Todos los retos se hacen difíciles, pero la vida se construye a base de ellos. Lo más difícil ha sido y es, estar preparado cada día para responder a todo aquello que te propongan. Es el sacrificio de muchos aspectos de mi vida por estar disponible para este arte. Lo más difícil es moldear ese artista que llevo dentro, encontrarme con mi cante y mis formas, lo complicado es hacerse artista.



–¿Cree que el flamenco debe seguir siendo un arte de minorías para no ser prostituido?



–Sin ninguna duda. La masificación del flamenco hace que te pierdas esas pequeñas cosas, esos detalles intrínsecos a su esencia. Esos detalles del flamenco, que hacen que te pongan en un momento dado los pelos de punta. Pero vivimos en una sociedad hecha para el consumo y siempre se trata de buscar el máximo beneficio de todo, y lo minoritario no es rentable, pero el flamenco es algo tan especial que debe ser tratado con mimo.



–¿Cómo se definiría como cantaor?



–Bueno es complicado describirse a uno mismo, pero creo que mi cante es fresco, cada día diferente, que no quiere decir que te deje indiferente, ¡claro está! (se ríe). Busco ser un cantaor largo, estudioso y estudiado, con identidad, corazón y pureza. Busco ser un cantaor con argumentos para defender este arte, para saber defender desde el conocimiento la inmensa variedad, la inmensa riqueza de este arte maravilloso.



–Personalmente admiro su elegancia, su saber estar sobre el escenario, ¿se puede aprender?, ¿es innato?



–Pues no lo sé. Le agradezco mucho sus palabras, y lo cierto es que nunca lo había pensado eso de mí. Gracias, muchas gracias. Ahora, que me paro a pensarlo le aseguro que si lo he aprendido ha sido por pura inercia. Se canta como se es, y actúo en el escenario como creo que hay que hacerlo: con tranquilidad y disfrutando de lo que hago porque sólo así, disfrutarán conmigo. Intento eso, ser natural, ser yo pero como una versión mejorada de mí mismo. Quiero ser lo mejor de mí siempre, como persona y como artista.



–¿Cuál es el pecado capital de un artista?



Lo peor que puede tener un artista es creerse que ya lo sabe todo, creer que ya no tiene nada que aprender de los demás, de la historia, de los que están, de los que viene. Otro gran pecado capital es el ser conformista, quedarse estancado en un repertorio, el no seguir estudiando, descubriendo, escudriñando…, eso sería no quererse y tener muy poco amor propio. La envidia también está presente entre los artistas, la avaricia, etc, pero también es cierto que eso ocurre en muchas otras profesiones, en muchos otros retos laborales por desgracia. Debemos mirarnos cada uno a nosotros mismos. Debemos labrarnos nuestros propios caminos desde la honestidad sin olvidar ayudarnos los unos a los otros, porque solo así podremos crecer. Es la fuerza de la unión.



–¿Qué le pide al nuevo año?



–Le pido conseguir llegar a alcanzar nuevos retos. También le pido que los hosteleros que ahora están haciendo tanto por el flamenco sigan contando conmigo, a las Peñas Flamencas, a las Asociaciones, etc. Al 2014 también le pido seguir mejorando…, en definitiva seguir en la cresta y no parar. Levantarme cada día con ganas de cantar, con ganas, con energía, con fuerza.



–Siempre que coincidimos le veo acompañado de su pareja, ¿hasta dónde es importante la estabilidad para llegar lejos en el mundo del flamenco?



–La estabilidad emocional es importante para la vida, para todos los aspectos de la vida. No sé si llegaré lejos en este mundo, pero sí puedo decir que he conseguido el éxito por tener a mi lado a una mujer como ella, que es lo más flamenco que hay en el mundo. Tengo la suerte de haber encontrado a una mujer que está dentro de esa minoría flamenca, con la que comparto conversaciones jondas y festeras. El flamenco siempre está presente en nosotros, y eso es muy grato para mí.



–Vive en su localidad de nacimiento, Santa Amalia, ¿es complicado formarse en una ciudad pequeña?, ¿sería más fácil desde una ciudad como Sevilla, por ejemplo?



–Sí que es complicado porque hay menos medios, que puedan aportarte lo que no te puede aportar internet. Sevilla es una gran ciudad para formarte a través de vivencias, rezuma flamenco por todos lados. Su historia, su gente, su día a día. La cotidianidad allí es puro arte, y por supuesto no hay que olvidar que también está la formación que puede darte cualquier maestro, esos grandes que trabajan en escuelas de gran prestigio como la de Cristina Heeren, pero eso ya depende de lo que uno se quiera y pueda gastar.



–¿En su familia, en el día a día se vive el flamenco con intensidad?



–Mi casa siempre ha sido muy alegre y en ella siempre hemos cantado. Mi madre por ejemplo, siempre ha sido muy coplera, ha sido siempre una gran amante de la copla española y ella me cuenta que su abuela cantaba muy bien. Mi tío y padrino era muy buen aficionado, marchenero de pura cepa. El me inculcó la afición por los toros y por el flamenco. Casi ná.



–Le hago la pregunta que le dejó el anterior invitado, el bailaor Jesús Ortega: ¿hasta dónde podemos llegar?



–Con esfuerzo, sacrificio e ilusión, hasta donde nos propongamos. Hay que vivir siendo realista, pero sin poner límites. Hay que creer que se puede llegar. Soy muy optimista y creo en que el esfuerzo, el trabajo duro y la ilusión son la mezcla perfecta para conseguir los sueños. Son, podríamos decir la pócima secreta de la felicidad: en el flamenco y en todo.



Artículo publicado en: http://www.elperiodicoextremadura.com/noticias/badajoz/manuel-pajares-cantaor-la-masificacion-flamenco-hace-pierdas-esas-pequenas-cosas-esos-detalles-intrinsecos-esencia_777779.html

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M. Isabel Rodríguez Palop

M. Isabel Rodríguez Palop

Una apasionada del Flamenco.

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