Entrevista José del Tomate, guitarrista

‘Buscaba un quejío, una melodía, intentar cantar con la guitarra’

‘La sensación de ver a Paco de Lucía fue como la de tocar el cielo. Salir ese hombre y verlo tocar por rondeñas…, eso para mí fue un impacto’.

‘La sensación de ver a Paco de Lucía fue como la de tocar el cielo. Salir ese hombre y verlo tocar por rondeñas…, eso para mí fue un impacto’

‘Yo tenía muy claro que no quería hacer algo de virtuosismo, de exhibicionismo. Estaba buscando la sencillez y el alma que yo podía demostrar’

 ‘Mi padre me recuerda que se puede tocar por tangos ‘modernitos’ y todo eso, pero que también tienes que tocar por soleá, tienes que tocar flamenco’

‘Siempre hay que tener la esencia presente. La esencia del flamenco siempre tiene que estar ahí. Tocas por soleá, ¡tienes que tocar por soleá…!, tocas por bulerías, aunque busques otra armonía, otra rítmica o lo que sea, pero que suene a flamenco siempre’

Llamo a José del Tomate (Almería, 1997) y para ir rompiendo el hielo le digo que Extremadura es la mayor productora de tomate de España. ¡Ah!, ¿si?, me contesta con esa frescura e inocencia que tienen las sorpresas. ¡A ver si va a ser una señal de que usted va a venir pronto por aquí!, le respondo. José exhala los veinte años que tiene, una juventud exultante, y unas ganas tremendas de comerse el mundo.., pero por otro lado, rezuma sabiduría, tradición, buenos consejos y el calor de los que siempre se encuentran arropados, aunque en principio se les vean solos ante ‘el toro de la vida’. Mientras ese morlaco sale o no, el hijo del maestro Tomatito no suelta su guitarra. Ni su primer trabajo: ‘Plaza Vieja’ una vuelta a ese punto neurálgico de su Almería natal donde por primer vez vio tocar a Paco de Lucía. En el disco se deja arropar por su hermana Mari Ángeles, Cigala, Duquende, Montse Cortés y Kiki Cortiñas al cante y coros, Piraña y Ramón Porrina al cajón, y Antonio Serrano a la armónica. ¿Qué ha aprendido de todos ellos?, le pregunto: ‘todo lo que yo he podido aprender. Son gente con la que he ido creciendo mientras les escuchaba, son mis principios’.

¿Está contento?

Si, ¡mucho, mucho!

Pero, ¿no le da un poco de miedo?, ¿no siente vértigo?

Un poquito, un poquito…, el disco se ha hecho sin presión y la gente me está apoyando, les está gustando. Ahora es cuando me doy cuenta y digo: ¡ostras!, en qué jaleo me he metido yo ahora…

¿Y qué recuerdos tiene de esa Plaza Vieja de Almería?

Ahí es donde se han hecho casi todos los mejores Festivales que se han puesto en marcha. Por ahí han pasado, desde Paco de Lucía hasta Enrique Morente. Todos los grandes han pasado por ahí. Mire, la primera vez que yo vi a Paco fue en esa Plaza. La sensación de ver a Paco de Lucía fue como la de tocar el cielo. Salir ese hombre y verlo tocar por rondeñas…, eso para mí fue un impacto.

Un impacto, como el que supongo que ha sido ver su primer trabajo en el mercado. El repertorio escogido, ¿refleja bien quien es usted?

Totalmente, pero no existe una selección como tal. Yo he hecho lo que me gusta. Al ser el primer disco, no tengo presión ninguna como lo pudiera tener alguien grande ya, como mi padre por ejemplo, con una trayectoria, un público, y ese sello que tiene él. Yo he intentado hacer lo que siento y lo que me gusta. El primer tema…, lo primero que me metí a hacer…, yo le quería dedicar algo a Camarón. Yo tenía muy claro que no quería hacer algo de virtuosismo, de exhibicionismo. Estaba buscando la sencillez y el alma que yo podía demostrar. Más que buscar falsetas, fórmulas guitarrísticas, estaba buscando un cante, una melodía. Buscaba un quejío, una melodía, intentar cantar con la guitarra.

¿Y cree que lo ha conseguido?

Cuando eres tú quien lo hace y el que sabe todo el trabajo que ha llevado eso, siempre hay cosas en las que piensas que podrías haberlo hecho de otra manera: esto lo hubiera cambiado, aquí hubiera hecho esto otro…, pero estoy bastante contento con el trabajo final. Además, mi padre ha tenido un peso importante en la dirección, por ejemplo. Mi padre me recuerda que se puede tocar por tangos ‘modernitos’ y todo eso, pero que también tienes que tocar por soleá, tienes que tocar flamenco.

¡Un buen padre! Él lo que está pendiente es de que no te pierdas con las fórmulas más facilonas…

Claro, claro, eso es…

Porque le han enseñado a evolucionar, pero respetando el flamenco…

Siempre hay que tener la esencia presente. La esencia del flamenco siempre tiene que estar ahí. Tocas por soleá, ¡tienes que tocar por soleá…!, tocas por bulerías, aunque busques otra armonía, otra rítmica o lo que sea, pero que suene a flamenco siempre.

¿Qué cree que le diferencia a usted del resto de guitarristas? Porque estamos viviendo un auténtico boom de la guitarra flamenca…

¡La verdad es que si!…, Paco revolucionó la guitarra y la verdad es que es una cosa preciosa porque claro, el que no tiene metal para cantar…, ya lo dijo Paco: ‘el cante es lo más flamenco que hay porque va directamente desde el corazón’ Pero claro, el que no tiene ese metal y esas cualidades y se pueda agarrar a un instrumento, y que sea la guitarra flamenca la que te facilita esas cualidades…,  Paco ya lo hizo, se podía cantar con la guitarra. La verdad es que es muy bonito que los jóvenes que no pueden cantar, busquen esta forma de hacer música con la guitarra.

¿Pero por qué cree que precisamente ahora?

(Se ríe) La verdad es que poco a poco me doy cuenta de que hay más conciertos de guitarra, y que se hacen festivales específicos de guitarra flamenca porque de clásica, de jazz, siempre ha habido…, no sé a qué se debe, pero a mi ¡me viene genial!

¿Qué es lo primero que aprendió del mundo de la guitarra?

He crecido con la guitarra, con ese sonido. Vengo de una familia flamenca y desde chico.., bueno, el primer juguete que me dio mi padre fue una guitarra pequeña

Su padre lo tenía claro…

(Se vuelve a reír) Si, si, y se tomaba con un juguete. Luego se junta el juego con el gusto, ¡y se hace tu vida ahí!

¿Qué es lo primero que le enseñó su padre a tocar?

Lo primero creo que fue un par de notas por tarantas.., ya con tres o cuatro años pasos por bulerías, marcar…, sobre todo marcar, rasguear con la guitarra tapada.., lo primero que se aprende es sobre todo que la mano ‘no vaya tonta’ es cuando te das cuenta de si vales o no vales para el flamenco, porque claro, la mano derecha es muy importante en el flamenco. La izquierda es fundamental porque es la que hace la música, pero la derecha para rasguear es muy importante. Lo primero que recuerdo es colocar la mano derecha. Con la mano tapada vas tocando la guitarra y te vas acercando a la colocación flamenca, a la colocación de la guitarra.

¿Qué le cuenta su padre de esa época de esplendor que vivió junto a Camarón?

Me cuenta que era una época de inspiración, de alegría. Una etapa del flamenco que no volverá a repetirse porque en esos años fue cuando se revolucionó el flamenco: Camarón y Paco. Quedan los recuerdos bonitos para los que lo han vivido, en este caso mi padre. Según él, fue una época clave de su vida, casi la mejor de su vida artísticamente.

¿Sabe qué creo? que esa pretendida revolución que nos quieren vender ahora, no es tal. Por eso se vuelve a lo anterior. Volvemos atrás porque no tenemos referentes.

Yo también creo que el que quiere innovar ahora mismo, no se puede comparar con los que han revolucionado anteriormente, porque la revolución tanto Camarón como de Enrique…, partía del flamenco. Ellos eran una auténtica enciclopedia del flamenco, sabían de flamenco de todas las soleá, malagueñas… y ellos, a partir de eso, dijeron: ‘yo voy a hacer lo que quiera y ningún flamenco me puede decir nada, porque yo lo sé’ Ellos tienen un base y la juventud no la tiene ahora mismo… al no estudiarla no puede salir esa revolución. Aparte, no hay que olvidar que estamos hablando de genios.

¿Cree que esa es una de las ventajas que tienes usted respecto a su misma generación?

La verdad es que la juventud por mucho que te lo brinden es terca, y después haces lo que quieres…, teniendo los consejos de mi padre con la trayectoria que tiene…, hombre no todo el mundo tiene esa facilidad…, pero ya le digo que la juventud es muy terca y muchas veces mi padre me dice: ‘aprende, aprende eso, lo otro’, y me entra por un oído y me sale por otro, y luego me doy cuenta de que me ha dicho cosas con 14 años, que si las hubiera hecho con esa edad con 16, ya hubiera aprendido otra cosa. Pero bueno, lo importante es hacerlo con los cinco sentidos, no solo porque te lo digan.

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M. Isabel Rodríguez Palop

M. Isabel Rodríguez Palop

Una apasionada del Flamenco.

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