Entrevista a Elvira López Hidalgo, activista flamenca

Foto Carmen Fernández Enríquez

EN CORTO:

“…no es lo mismo el trato que recibe una artista  conocida y reconocida, o perteneciente a una saga de flamencos, que  el de otras artistas poco conocidas”

“Tradicionalmente y salvo excepciones los flamencos han vivido el presente, el trabajito del día a día y no han sabido unirse. Siempre ha sido necesaria la unión, pero desde que llegó la Covid19 les va en ello la supervivencia”

“Al flamenco le sobran clichés, estereotipos, que hacen que no se profundice en la verdad de este arte”

El flamenco  nunca ha sido de “medias tintas”

Sigo pensando que en el flamenco que se hace profesional, a mediados del siglo XIX, no era machista. Era machista la época; y el flamenco, como fiel reflejo de duquelas, necesidades, penas y formas de vivir (o sobrevivir) no era ajeno a ello. Esto, evidentemente, no quita un ápice al sufrimiento de esas mujeres que como artistas y flamencas pertenecientes a una sociedad férrea cargaran con el dolor latente por partida doble: por artistas y por mujeres. Esta es la opinión de quien les escribe, pero de todo esto: de si continúa ese machismo o no; de mujeres, de flamenco y de feminismo hablamos hoy con Elvira López Hidalgo (Puertollano, Ciudad Real, 1955) guionista del documental ‘Flamencas, fatigas dobles’ (Cineproyecto, 2014) un trabajo que ya forma parte de su activismo feminista. De hecho, Elvira, recuerda ser feminista desde muy joven. “El flamenco, como mínimo, era tan machista como lo era la sociedad  de mediados y finales del siglo XIX” nos comenta. Una actitud y una conciencia que de forma activa y reivindicativa ha compaginado con cualquier actividad tanto laboral como cultural, y por supuesto, con el flamenco. Realizadora además del audiovisual y charla “Flamenco y República” junto a Alfredo Grimaldos (2015) o del audiovisual y charla “El flamenco pasos contaos” es socia fundadora del Círculo Flamenco de Madrid que, a partir del 1 de junio, ofrece en abierto desde su canal en youtube, una serie de charlas online entre las que destacamos a dos extremeños: Francisco Zambrano, con la segunda edición de su obra «Vida y obra de Porrina de Badajoz», y Carmen Palop y su exposición ‘Duende y Silencio’. Más motivos, para seguir de cerca su programación. Pasen y lean.

¿El flamenco era machista, o lo era la época en la que comenzó a profesionalizarse?

El flamenco, como mínimo, era tan machista como lo era la sociedad  de  mediados y finales del siglo XIX. En esa época socialmente  se tenía la idea de que  las flamencas eran poco menos que   prostitutas,  aunque para  los aficionaos  y muchos intelectuales eran como diosas. El flamenco  nunca ha sido de “medias tintas”; siempre ha vivido en los extremos de lo popular y lo culto y continúa  en esos extremos.

¿Sigue siéndolo?

Esta pregunta genera  respuestas curiosas porque  generalmente se parte del error de confundir  la indiscutible  y grandiosa aportación de las mujeres a esta cultura, con el trato, maltrato  y como poco discriminación  por género de esas mujeres. Indagando más allá de ese aporte artístico encontramos muchas vidas desgraciadas, carreras silenciadas  o truncadas.

Algo muy curioso,  cuando preguntas sobre esto a las artistas.  Mayoritariamente te dicen que  no, que no han sufrido discriminación y sin duda será así en muchos  casos, pero aquí  hay variables: no es lo mismo el trato que recibe una artista  conocida y reconocida, o perteneciente a una saga de flamencos, que  el de otras artistas poco conocidas. En este caso la respuesta es que el flamenco sí sigue siéndolo.

Ante las respuestas optimistas de ausencia de machismo, yo me pregunto  si es que va a resultar que el flamenco es/ha sido una isla idílica de igualdad en nuestra sociedad. No lo creo.

¿Qué aprendió del documental ‘Flamencas, fatigas dobles’?

Sobre todo descubrí  que solo se conoce una parte de las vidas de las  flamencas, la artística y casi nada de su devenir hasta llegar a serlo o durante su carrera, quizá  porque hasta cierta época solo escribían sobre ellas los hombres. La  historia  tradicionalmente ha echado tierra sobre las mujeres que han sobresalido en algo.

¿Cómo fue el proceso de guionización de un drama tan arraigado al flamenco y a la sociedad?

Fue difícil extractar, sobre todo elegir, qué  información se iba a contar y aún así, hay afirmaciones que han molestado; luego, el adaptarla al formato  documental  ya que “Fatigas dobles” está basado en otro trabajo previo que  divulgaba  en asociaciones culturales, flamencas o no, sobre todo en fechas como el 8 de Marzo o el 27 de Noviembre “Día Internacional de la eliminación de la violencia contra las mujeres”. Cineproyecto recogió esta idea que le pareció novedosa, y empezamos a desarrollarla para “Flamencas. Fatigas dobles”

¿Qué aporta la mujer al flamenco?

La mujer aporta al flamenco, exactamente, lo mismo que los hombres y en algunas épocas tempranas de esta música, de esta cultura, no se entiende sin grandes creadoras como La Serneta, La Trini, La Peñaranda, María Borrico, La Macarrona, Pastora Imperio, La Repompa, Pastora Pavón…; Y si hablamos de transmitir el legado flamenco,  además de las reuniones entre artistas como fuente de enseñanza y enriquecimiento, la mujer ha sido la gran transmisora  desde el anonimato del hogar.  

¿Cree que ahora, las mujeres que estamos ligadas al flamenco, estamos reconocidas?

De nuevo hay  más de una respuesta: si hablamos de mujeres profesionalmente ligadas al flamenco sí lo  creo. No puedo dejar de citar mi admiración, desde que me interesé por su obra, por  la almeriense Carmen de Burgos “Colombine”, no solo como la primera mujer cronista  de flamenco (y de guerra) si no como feminista anterior a otras más conocidas como Simone de Beauvoir. Si nos situamos en la actualidad: mujeres como tú , y otras muchas (tendré olvidos imperdonables): Cristina Cruces,  Carmen Garcia Matos, Silvia Cruz,  Angeles Cruzado, Eulalia de Pablo, Estela Zatania, Génesis Garcia, Lourdes Gálvez, Kyoko Shikaze, Pepa Sanchez,  Silvia Calado etc..

Sí creo que gozáis de reconocimiento, el mío lo tenéis. Si hablamos de aficionadas…ese es otro cantar, siempre te están “examinando”

El Círculo Flamenco de Madrid goza de buena salud, entre otros motivos, por la buena programación que presenta. ¿Qué es lo más difícil?

El Círculo FM  se mantiene de  nuestras cuotas, sin subvenciones, sin ayudas económicas externas ninguna. Esto nos da  independencia y libertad  para  programar exactamente el proyecto que ideábamos, en el que además de conciertos de primer nivel artístico, se programa todo lo  relacionado con la cultura flamenca, libros, discos, poesía, pintura, etc..

En otros aspectos, en el haber del Círculo hay un patrimonio  importante y es la relación, en muchos casos amistad, que se mantiene con los artistas. Ellos están interesados en nuestro proyecto y en nosotros ven la admiración, el cuidado, la sensibilidad y el mimo hacia ellos. Otro patrimonio del CFM es  la  sintonía con otras entidades como El Corral de la Morería etc..

Desde la sabia intuición de Carlos Martín Ballester y Alberto Martínez de la Plaza vamos cumpliendo objetivos, como el  Festival CFM . Y ahora nos han calificado como los primeros en hacer programación online.

Hace unos días ha nacido la primera asociación de artistas flamencos para buscar soluciones ante la crisis económica que acecha, entre otros, al sector. ¿Ha tenido que venir COVID19 para conseguir esa otra pandemia en el flamenco como es la desunión del sector?

Tradicionalmente y salvo excepciones los flamencos han vivido el presente, el trabajito del día a día y no han sabido unirse. Siempre ha sido necesaria la unión, pero desde que llegó la Covid19 les va en ello la supervivencia.

El flamenco siempre ha sido el “patito feo” de la cultura  a nivel estatal. No se ha  tenido nunca, con ningún partido, una visión  real y valorada de esta cultura que se admira y cuida más fuera de España. Y otras administraciones de menor rango unas veces han hecho lo que han podido, las menos,  y otras   han “sacado producto”  del flamenco. La asociación y unión de los flamencos es vital ahora.

¿Qué le falta y qué le sobra al flamenco actual?

Le falta  divulgación,  enseñanza, debería estar incluido en los programas curriculares  de enseñanza. Tenemos una fuente inagotable de cultura  propia desde hace más de dos siglos  y  parece increíble que sea, como te decía,  el “patito feo” a la hora de fomentar su conocimiento. Al flamenco le sobran clichés, estereotipos, que hacen que no se profundice en la verdad de este arte.

¿Qué proyectos tiene entre manos?

En estos momentos,  poner mi grano de arena para  favorecer la  programación en línea del CFM, no perder el contacto con el flamenco  y  cuando esto pase,  algunas ideas  que “buyen” en la cabeza, siempre con las mujeres y el flamenco como protagonistas.

¿Qué le ha enseñado el flamenco en su vida personal?

A valorar y disfrutar la multiculturalidad.

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M. Isabel Rodríguez Palop

M. Isabel Rodríguez Palop

Una apasionada del Flamenco.

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