Diego Gallardo, fotógrafo

Veo el flamenco como un instante y cualquier retoque puede desvestir ese momento

A la fotografía y al flamenco, Diego Gallardo (Campanario, 1977) dedica todas las horas que puede. Le parecen pocas, pero a los aficionados al arte, en general, nos parecen suficientes dado el resultado. Hoy por hoy mantiene dos exposiciones en tiempo, que no en espacio, en el que el flamenco sigue siendo el hilo conductor. A Diego Gallardo, que aparte de buen artista les puedo asegurar que es

una excelente persona, le precede su generosidad, su amabilidad y su paciencia. Virtuosismo que en el flamenco, aunque les cueste creerlo, se hace imprescindible si se quiere seguir creciendo por la senda de este arte. Y es que al flamenco le pasa como al periodismo: las malas personas no tienen cabida en él. Aunque haberlas, haylas y muy a nuestro pesar.

-Exposición en el madrileño de Rivas, «Flamencas con Voz» y «Flamencuras» en el Instituto Cervantes de Fez, en Marruecos, ¿cómo surgió esa diversidad?

-Bueno, no ha sido nada buscado. La exposición en Rivas comenzó el 16 de enero y la de Marruecos, Flamencuras, arrancó el 26 de enero y se mantendrá hasta el 21 de febrero; pero aunque parezca mentira son dos muestras que han surgido de forma espontánea y a raíz de un trabajo previo. Flamencuras ya visitó Marruecos con motivo del festival flamenco que hacen allí y lo cierto es que tuvo mucha repercusión. La visitó el embajador, el ministro de Cultura junto con el director del Instituto Cervantes y bueno, supongo que gustaría y de ahí surgió la oportunidad de llevarla a Fez, donde se encuentra ahora.

-¿Y en Marruecos entienden su exposición?

-Sí, sí, totalmente. Marruecos hace gala de muchísimo respeto al flamenco. Ellos ven mucha conexión con su música, y hay que tener en cuenta que tienen un festival muy consolidado.

-¿Qué es «Flamencas con voz»?

-Flamencas con voz son retratos de medio formato que tienen la característica de ser fotografías sin retocar hechas en el momento, en el instante, y todas unidas por una homogeneidad y coherencia: son primeros planos que muestran mujeres cantaoras, tanto muy consagradas…, hablamos de Remedios Amaya, Aurora Vargas, La Marelu…, algunas, como ve, muy difíciles de retratar, porque La Marelu por ejemplo, es una artista de la que se puede disfrutar de una forma muy puntual en los sitios donde se mueve. Tiene que ser un golpe de suerte o incluso favores que me hacen ellas a mí…, y, por otro lado, mujeres que son las que ahora están la cresta de la ola: Argentina, La Macanita, e incluso gente joven que va apuntando fuerte como la gaditana Encarna Anillo.

-Cada edad, cada corte generacional, cada escalafón artístico, ¿le ha supuesto posicionar su mirada desde varias perspectivas?

-No, me ha supuesto el mismo. La misma homogeneidad. En la exposición Flamencas con voz lo único que he tratado desde sus diferentes vertientes (algunas están más valoradas en el flamenco más ortodoxo, otras se encuentran en el espectro de un flamenco más mediático como puede ser Argentina con esas nominaciones a los Grammys) ha sido conjugar todas las vertientes que hay en el flamenco femenino. Conjugarlo e incluso entremezclarlo porque en la exposición puedes encontrar a Carmen Linares con Amalia Andújar, Amalia La del Pipa junto a Argentina…

Busqué una coherencia a la hora de hacerlas porque sabía que no quería tocarlas. Yo veo el flamenco como un instante y cualquier retoque puede desvestir ese momento. Yo entiendo y respeto que hoy en día haya muchas ventajas en la fotografía técnica pero en este caso, en el flamenco, no supedito la foto a la técnica. Busco un momento y busco darle forma según lo percibo.

-Arranca su exposición en Rivas casi a la misma vez que el propio festival, ¿cuál ha sido su colaboración o su aportación a la creación de esa iniciativa?

-El promotor contactó conmigo, que es mi amigo José, el dueño del restaurante el Mirador de Rivas para que llevara la exposición allí, pero luego desde el ayuntamiento me plantearon, concretamente desde la propia concejalía de Cultura de Rivas, tras ver una fotografía mía mientras estaban elaborando el programa de mano, llevar la exposición al auditorio. José estuvo de acuerdo y ahora se puede visitar en ese espacio.

-Hablemos del festival. Este año por primera vez arranca la muestra «Flamenco de Rivas hacia Madrid» ¿Qué papel ha jugado?

-Fundamentalmente he colaborado con la exposición, y también a petición de José que es el promotor de este Festival. También he moderado la tertulia que celebramos el día 18 de enero y que daba el pistoletazo de salida al Festival. En esta tertulia flamenca ha participado María Vargas, El Granaíno, Amalia Andújar, Antonio de Patrocinio, Pepe Briones, Santiago Arroba y Rebeca Trunchado. Fue muy bonito porque conjugamos sin un guion preestablecido las experiencias de gente como Briones, con un padre que grabó un flamenco muy personal que ha quedado como el flamenco de ese sello, de esa dinastía Casa la Nora y compartió con nosotros esa experiencia e incluso escuchamos grabaciones en un vinilo. También la propia experiencia de María Vargas que empezó con 12 años en el Teatro Villamarta en un festival dedicado a Manuel Torres y que nos contó sus vivencias. Fíjese lo que significa escuchar a quien ha grabado con los más grandes, Paco de Lucía, Manolo Sanlúcar…, en fin, María tiene mucho…, y eso lo conjugamos con la gente joven que estaba allí que nos contaron también sus inicios y lo que esperan del futuro,…, acabaron todos cantando en una especie de fin de fiesta flamenca y didáctica. Todo fue muy fluido porque se trató de buscar una conexión entre todos y se consiguió y lo materializaron arrancándose…, fue una experiencia increíble.

-¿Qué balance hace del festival?

-¡Un balance más que positivo! Ha sido un exitazo, tanto de programación como de público, ¡se vendió todo! La venta de las entradas se planteó como un bono regalo ya que estábamos a punto de entrar en las fiestas de Navidad y Reyes, y esta idea de plantearlo como un bono regalo surgió de un compañero diseñador de Badajoz, Óscar Bitácora, que él lo planteó así de cara a las fiestas que se aproximaban. La verdad es que ha sido un exitazo lanzándolo fundamentalmente a través de redes sociales, y se vendió prácticamente todo.

-El artista principal ha sido Miguel Poveda, ¿qué es os planteáis de cara al año que viene?

-En realidad eso depende de los promotores. Yo si te puedo decir que me gustaría que tuviera una continuidad, porque el público ha respondido muy bien y tenga en cuenta que Rivas tiene mucha tradición flamenca: desde todo lo que organiza la Casa de Andalucía en Rivas con una labor importantísima en favor del flamenco y lo que hace el propio restaurante, el Mirador durante todo el año y que continúa este mismo sábado con Diego del Morao y Antonio Reyes, como ve, un cartel de categoría.

-Ha participado como jurado en la Silla de Oro este año, como cuarto consecutivo, ¿qué se aprende desde ahí abajo?

Ser jurado te ayuda a tomar otras perspectivas, empiezas a valorar los inicios de mucha gente aunque no deja de ser una responsabilidad muy grande porque es una especie de examen al cantaor que se expone en ese momento. Por cierto, desde aquí mi enhorabuena al extremeño Manuel Pajares por esa Silla de Plata lograda hace unos días, ¡otro hito para el flamenco extremeño! ¿Qué es lo próximo? Tengo pendiente junto a Rufo, un compañero fotógrafo, sacar un fotolibro conjunto de obras con el que pretendemos plasmar el flamenco de Madrid en estos últimos tres años, y aparte también estoy con un proyecto de arte digital. Un proyecto conjunto con la propietaria del tablao Las Tablas, Antonia Moya Horcajadas que también es la promotora y el fotógrafo Alberto Romo. La verdad es que casi todos los fines de semana los dedico a esta gran pasión, al flamenco y la fotografía.

Facebook
Twitter
LinkedIn
M. Isabel Rodríguez Palop

M. Isabel Rodríguez Palop

Una apasionada del Flamenco.

Relacionados

Post's relacionados