EN CORTO:
“Me siento querida, respetada y valorada. Llevo muchos años cantando y siempre he tenido esa sensación. Nadie me ha puesto la piedra en el camino, todo lo contrario”
“El flamenco te da la suerte de rodearte de personas maravillosas de las que se aprende algo nuevo cada día”
ENTREVISTA A ESTHER MERINO, Cantaora
Esther Merino (Gévora, Badajoz, 1984) se encuentra en un momento dulce personal y profesional. Solo hay que escucharla durante la entrevista para darse cuenta de que, la que fuera ‘la niña’ de los concursos flamencos, ya es una artista que tiene claro a dónde quiere llegar, y lo más importante, sin dudar en cómo debe hacerlo. Hace unos días ha vuelto del Festival Flamenco de Madrid, sobre todo, satisfecha: “cuando terminó el concierto me sentí agradecida con la vida por los momentos que me está regalando, porque me sentí querida y arropada por sus aficionados y por supuesto, por mi equipo”. La ganadora de la Lámpara Minera es una de las apuestas fuertes este año del Festival Flamenco y Fado que se celebrará del 30 de junio al 8 de julio en Badajoz. Un Festival donde la pacense compartirá cartel con artistas de la talla de Vicente Amigo junto a la Orquesta de Extremadura (OEX) o el compositor portugués Joao Caetano. En el Auditorio Ricardo Carapeto, Esther Merino presentará su nuevo espectáculo: “En tierra de hombres” donde, reivindicando el papel de la mujer, también “se les hace un homenaje a ellos”. Niño Seve a la guitarra, Dani Bonilla (coros, palmas, segunda guitarra y director musical), Roberto Jaén (coros palmas), Nacho Loring (piano y trompeta), Manuel Moreno (percusión) e invitados especiales como el bailaor Choro Molina y el cante de Rafael Ruiz «el Bomba» defenderán esa ‘Tierra’ el próximo 6 de julio en a partir de las 23:30 horas. Por cierto, el mismo día y en el mismo lugar, pero a las 22:00 horas, el súper trío formado por Cuca Roseta, Daniel Casares y Jorge Pardo ofrecerán una evolución extemporánea del mejor jazz-flamenco español. La noche, como ven, promete. Para no perdérsela. Pasen y lean.
‘En Tierra de hombres’, ¿por qué ha elegido ese nombre para el espectáculo, cuando el flamenco también es ‘tierra de mujeres’?
He querido reivindicar el papel de la mujer, pero también hacerles un homenaje a ellos. Echando la vista atrás a todos estos años de carrera, donde me he visto siempre compartiendo escenario con hombres, en la mayoría de los casos, he querido reflejar en este espectáculo varias formas de expresión de una cantaora junto a ellos. Todos somos una amalgama de percepciones, emociones, sentimientos y pensamientos que ponemos en común junto a la fuerza, la libertad, la sensibilidad, el coraje o la pasión y todo eso, en conjunto, es lo que queremos transmitir en este espectáculo a través de una puesta en escena, ante siete hombres, cantando “pá lante”, “pá tras”, sola o compartiendo cantes…, una puesta en escena elegante y sencilla, pero ofreciendo algo diferente, sin perder mi esencia.
¿Qué quiere transmitir?
Quiero unir todas las emociones vividas en estos años y ser capaz de transmitirlas al público que nos acompañe esa noche. Quiero ofrecer una Esther Merino fuera de su zona de confort. Todo lo que sea aprender me llena el corazón y lo que saco positivo también lo llevo a mi vida personal, todo suma.
Cuenta con grandes artistas en este espectáculo y ninguno extremeño, ¿el objetivo es abrir el mercado a su voz extremeña?
Desde que gané el año pasado el Premio de la Lámpara Minera sentí que necesitaba dar un giro de 180º a mi carrera era, ¡ahora o nunca! Me brindaron la oportunidad de hacerlo, pero sin olvidarme de los que siempre están y han estado conmigo desde que comencé a cantar como Joaquín Muñino, Juan Manuel Moreno, Perico de la Paula. Amigos y artistas con una capacidad increíble para transmitir desde las primeras notas hasta finalizar el toque, al margen de ser, excelentes personas.
Estos meses he estado enriqueciendo mi cante con diferentes músicos, que me han transmitido sus formas de ver la música, de sentirlas y me han dado “gloria bendita”. Con estos músicos son los que he decidido presentar este espectáculo y trabajar con ellos.
¿Cómo se siente en esa ‘Tierra de hombres’?
Me siento querida, respetada y valorada. Llevo muchos años cantando y siempre he tenido esa sensación. Nadie me ha puesto la piedra en el camino, todo lo contrario. Recuerdo cuando empecé a presentarme a los concursos a nivel nacional, todos me cuidaban, era aquella niña inocente adentrándose en el mundo de los concursos, algo nuevo y desconocido para mi, donde pasaba muchos nervios, tensión y miedo. Todos me cuidaban como si fuera su hija, todos me aconsejaban, me tranquilizaban. Ellos llevaban 20 años en los concursos y yo estaba empezando. Ahora, en este espectáculo, me he rodeado de estos pedazos de artistas. Personas especiales de las que conoces en profundidad y esperas siempre tenerlos a tu lado, porque son personas maravillosas que te aportan cosas buenas con unos corazones y unas mentes dispuestas a dejarse el alma en cada escenario.
El 1 de julio se subirá al escenario del Festival Porrina de Badajoz en La Albuera, ¿qué podrán disfrutar los aficionados?
Los aficionados podrán disfrutar de un espectáculo de corte clásico. En mis directos soy fiel embajadora de los cantes de mi tierra contando con la siguiriya y la buleria que son mi debilidad. Por primera vez me acompañará el guitarrista Juan Requena. El flamenco te da la suerte de rodearte de personas maravillosas de las que se aprende algo nuevo cada día.
¿Qué es lo próximo?
Una de las otras fechas importantes que tenemos es la del próximo 29 de junio que estaremos en el Festival Flamenco de Mont de Marsan (Francia). Mi primer Festival fuera de España que estoy segura, que será el primero de muchos. Tendré la oportunidad de darme a conocer fuera de aquí y compartir escenario con grandes artistas y amigos.
¿Cree que, de alguna manera, la Lámpara minera le sigue guiando?
Yo sigo intentando crecer, evolucionar, sigo estudiando y viviendo el flamenco con respeto, admiración y pasión. Mi vida es esto, mi vida es la música y el público y tengo que entregarme a él y hacer lo que haga falta. Sigo teniéndole respeto al público, por supuesto. Cada vez que salgo a un escenario y abro la boca quiero saber cómo estoy yo y cómo reacciona. Una vez que doy ese primer paso empiezo a entregarme y por supuesto, a darle al público lo que realmente quiere.
¿Qué le falta al flamenco extremeño para despegar definitivamente?
Extremadura siempre ha sido una tierra de buenos artistas y una gran conocedora de este arte. Tenemos que recorrer escenarios fuera de nuestra comunidad, no se trata de competir con otras comunidades, esa no es la idea, la apuesta es dar a conocer a los artistas de la tierra fuera de ella, pero sin el apoyo de las Instituciones es difícil acceder a esos escenarios. Yo me enorgullezco de llevar el sello del flamenco y del cante extremeño por los poros de mi piel allá donde voy, y apuesto por seguir divulgando, a través de mi cante, la esencia de este arte.
¿Con qué sueña Esther Merino?
Lo que más claro tengo de todo, es que yo quiero cantar. Mi sueño, desde pequeñita, era poder hacer lo que ahora hago. Me pongo el traje de artista, ¡y me como el mundo! (se ríe) también es verdad que me desahogo en el escenario y me quedo como nueva. Muchas letras flamencas son muy trágicas, con mucha carga dramática y cuando las canto, noto que por dentro es como si todo volviera a su sitio dentro de mí. El flamenco me libera y yo solo busco, tener ese hueco y esa personalidad que toda artista anhela, pero, sobre todo, el poder, dentro de muchísimos, ¡muchísimos años! morirme cantando.