Entrevista a ‘Ingueta Rubio’, cantaor

Ingueta Rubio. Foto de Miguel Martínez

‘He hecho un flamenco a mi estilo, a mi forma, y con la marca de la casa’

Camarón se arrimaba a donde le ‘llegaba al alma’ y él cogió muchas cosas de mi familia, también de mi tía Charo, de mi padre algo también…, de la casa, nuestras formas, nuestro estilo.

‘Mi padre siempre ha sido una persona muy peculiar con un timbre inconfundible en el mundo del flamenco’

El 15 de marzo se puso a la venta el primer trabajo discográfico de Antonio Ingueta Rubio ‘Ingueta Rubio’ (Madrid, 1977). Tangos, bulerías, taranta y cartagenera, rumba, seguiriya, cantiñas, granaína, soleá o fandangos para acompañar, a la tercera generación de una ilustre dinastía cantaora procedente de La Línea de la Concepción, ‘Los Rubios’. Una saga de la que se asegura se nutrió Camarón de la Isla. Un ‘alimento’ en forma de melismas, letras y acentos acuñados en el seno de esta familia. Responsabilidades familiares aparte, Ingueta Rubio se lanza al mercado acompañado a la guitarra de Aquilino Jiménez, puro sonido Caño Roto: ‘Me gusta la forma de sentir que tiene tocando la guitarra. No es una persona fría, te lo da todo en el momento, y su toque llega a la gente…’ nos asegura el cantaor, que reconoce que este trabajo es el fruto además, de un peculiar empuje: tras ganar el Concurso del Festival ‘Flamencos y Mestizos’ de la Ciudad de Úbeda recogió el premio: grabar un disco y volver a ese Festival el próximo año. Las dos cosas las ha cumplido. La cita en Úbeda es el próximo día 2 de junio. El disco, ya está a la venta.

¿Era ahora el momento?

Si, si, ha sido el momento, ha llegado el momento. Me hubiera gustado haber grabado antes, pero esto es cuando Dios quiere, y la verdad es que estoy muy contento del proyecto que se ha hecho. Pero desde luego, se ha propiciado a raíz del éxito en el ciclo ‘Flamencos y Mestizos’ organizado en la Sala Berlangade Madrid por Paco Ortega. También le digo, que de todas formas, yo ya estaba preparando mis cosas también para grabar. Siempre lo he tenido en mente, pero las cosas llegan cuando llegan. Sé que mucha gente lo estaba esperando, me han animado mucho desde amigos hasta conocidos y aficionados…, pero para ello necesitaba el tiempo, esa dedicación tan grande que te exige un proyecto como éste, porque yo también soy compositor y tenía que buscar el hueco. Hubiera grabado un disco, lo tenía claro, pero quizás nunca lo hubiera tenido tan fácil como ahora. Gracias al Festival ‘Flamencos y Mestizos’ de Úbeda he podido cumplir mi sueño.

¿Cómo ha realizado la selección de los cantes?

Bueno, haciendo un poco de todo. En el disco hay cantiñas, unas tarantas que las he compartido con las cartageneras…, están bastante repartidos los cantes creo…, he hecho un flamenco a mi estilo, a mi forma, y con la marca de la casa. En el disco, además, hay un momento muy especial que es cuando canto unos fandangos con mi padre a dúo…

¿Y qué ha sido lo más difícil y lo más fácil de colaborar con su padre, el cantaor  Miguel «El Rubio»?

Mi padre siempre ha sido una persona muy peculiar con un timbre inconfundible en el mundo del flamenco. La verdad es que impone…, es una persona especial, y bueno yo soy su hijo, yo vengo de ahí…, impone, impone.

El primer single de este trabajo es ‘Remordimiento’, ¿de qué siente remordimientos ‘Ingueta Rubio’?

Son unos tangos que van sobre el desamor, de las cosas que pasan en la vida cotidiana, injusticias…, pero en realidad lo mejor es vivir sin remordimientos, tranquilo y con la conciencia más tranquila aún. El tema ’Remordimiento’ es una canción que compartí con Joaquín Carmona Fernández, ¡a medias la letra!. De hecho su padre es el que le hacía las letras a Camarón, él mismo también le ha hecho algunas…, y como en la casa todos cantamos, componemos y tocamos…, todos nos los guisamos y nos lo comemos… en casa me puse las pilas y junto con las letras de él…, yo quería que ambas hicieran algo, que no una letra una cosa y otra, otra cosa, sino que ambas fueran un tema. También hay una bulería muy bonita que es una canción de mi primo también, a la que le he puesto ‘La luz de la eternidad’, y ahí hablo de la tierra, de Dios, de muchas cosas…

Respecto a su familia, se dice que lo que hoy se conoce como sonido camaronero se nutrió, en gran medida, de los melismas, letras y acentos acuñados en el seno de su familia. ¿Siente mucha responsabilidad?

Camarón copió muchísimo, si…, mi abuelo era muy particular también cantando, y eso llamaba muchísimo la atención. Esos sones que Dios da, se lo dio a mi abuelo Antonio Carmona ‘El Rubio’, a su padre, su tío que también cantaban muy bien…, en aquella época mi abuelo se diferenciaba mucho, no se parecía a nadie y Camarón ‘se pegó’ de una manera…, no le conocí, pero mi familia me ha dicho que era muy inteligente. Camarón se arrimaba a donde le ‘llegaba al alma’ y él cogió muchas cosas de mi familia, también de mi tía Charo, de mi padre algo también…, de la casa, nuestras formas, nuestro estilo. Quizás la afición no lo supiera pero Tomate (Tomatito) y Paco (Paco de Lucía)desde luego que sí. Mi abuelo tenía un casita aquí en Madrid (el vivero que guardaba la familia Rubio) y se iban allí cuando terminaba Camarón en Torres Bermejas o en un Festival, ¡allí se juntaban todos! Se iban a buscar a ‘El Rubio’ para que les cantara un poco…, allí se pasaban las madrugadas…, mi abuelo aún vive, aún vive el patriarca.

Usted es cantaor, guitarrista, violinista y cantautor flamenco ¿con qué se queda?

Toco la guitarra desde niño y canto desde que tenía cuatro años, aunque mi madre dice que desde los tres…  empecé profesionalmente tocando la guitarra en el cuadro del Café Chinitas, y tuve por suerte tocarle un concierto entero al ‘Indio Gitano’…

¿Cómo recuerda ese momento?

Yo tenía ya 17 años y el ‘Indio Gitano’ llamó a mi padre porque eran muy amigos, y se lo dijo: ¡a ver si el niño puede tocarme la guitarra que no encuentro…! porque estarían trabajando los demás…, para mí fue una gran satisfacción, con ese nombre que tenía en el mundo del flamenco. Además, ¡es que cantaba con una sentimiento, con una forma tan particular…! pues ¡cómo era él! Luego ya me llamó Sara Baras, Antonio Canales, hice algunas cositas con Vicente amigo hasta que me llevó Tomate en su grupo con el que estuve unos años. Luego me llamó Paco de Lucía, pero no me pude ir por unos problemillas, por motivos personales…, pero al menos me llamó, ¡que es lo importante!

Una última cosa, lo de Antonio es por su abuelo, claro…

Sí, yo me llamo Antonio por mi abuelo, mi padre Miguel ‘El Rubio’, y claro, ya artísticamente me puse ‘Ingueta Rubio’, porque le vi un nombre más personal. ‘Ingueta’ es el apodo de mi familia, ya sabe que las familias de los gitanos nos ponemos siempre apodos…, porque, ¡como también me llamo Antonio Carmona como el de ‘Ketama’…! (se ríe)

Bueno, ¡eso es lo bueno y lo malo de pertenecer a un saga, que están todos los nombres cogidos!

(Nos reímos) ¡Ya está! me quedé con ‘Ingueta’ y me quité Antonio…

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M. Isabel Rodríguez Palop

M. Isabel Rodríguez Palop

Una apasionada del Flamenco.

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