«No me gustaría sentirme nunca un producto»
Si a la ‘Tía Anica La Piriñaca’ cuando cantaba a gusto, según sus propias palabras, ‘la boca le sabía a sangre’ imagino que a David Palomar (Cádiz, 1977) le sabrá a sal. Esa sal gaditana de su tierra, cuando evoca y hace grande muchos de los cantes de la viña. Sin complejos y con su propia ‘Denominación de Origen’, este gaditano presenta su tercer trabajo afianzándose como la piedra angular actual de la Escuela Gaditana del Cante. Las miras están puestas en él, y la esperanza de los que ven en este torbellino sobre el escenario, al heredero natural del Beni o Chano Lobato.
¿Cuál es la ‘Denominación de Origen’ de David Palomar?
Mi ‘Denominación de Origen’ es claramente gaditana y sobre todo viñera: donde he nacido, me he criado y donde he vivido. Esa vinculación te deja un sello muy personal tanto en la vida como en el arte, así que mi denominación es Cádiz y más concretamente, el Barrio de la Viña.
En este su último trabajo, ¿sentía la necesidad de reivindicar su Cádiz natal?
Lo cierto, es que siempre lo hago en todos los trabajos porque pienso que Cádiz fue muy importante y lo sigue siendo en el flamenco, pero como pasa en todas las artes hay ‘parones’ generacionales. Desde Juanito Villar por ejemplo, hasta llegar a los nuevos valores ha habido como un vacío, y los que estamos ahora, porque hay más compañeros dando el ‘callo’ aparte de mí, estamos luchando y haciéndonos un hueco. Aquí en Cádiz somos muy anárquicos y muy diferentes los unos de los otros. Todos tenemos una personalidad muy distinta.
Aseguran que usted está llamado a recoger el testigo de artistas como Pericón, Beni o Chano Lobato, ¿impresionado?
Bueno, la verdad es que sí me impresiona porque hay más gente que está luchando por nuestros cantes, pero sin pecar de falsa modestia, hay cantes que a mí me interesan más que al resto de compañeros como por ejemplo, el tanguillo de Cádiz, que es un préstamo que nosotros tomamos del carnaval pero que artistas como Cornejo o Chano lo llevaron al flamenco muy bien. Es un palo menor pero con mucho ritmo, pero no por ello hay que dejar de hacerlo con una sal especial para evitar que quede soso. Creo que han visto en mí una personalidad parecida al Beni o al Chano Lobato, porque yo soy charlatán, me gusta contar las cosas con arte, con guasa. Esa forma de ser va conmigo, yo soy así de pícaro.
Llama la atención la ‘fiesta’ de su cante, y su dominio del escenario, como queriendo invitar a todos a su ‘particular fiesta’…
Yo creo que sí, que mi cante invita a la fiesta, invita a que la gente lo pase bien. Hay que cubrir la expectativa del aficionado cabal, pero también la del que nunca ha escuchado. Hay que sumar y subir al carro a más gente, eso es muy importante.
Dicen de usted que es ‘un poco de todos y un poco de nadie’, ¿eso es bueno?
Creo que si. Yo me siento muy querido en mi tierra y es verdad que también me siento cercano. Esos artistas que son herméticos, que crean un ‘divismo’ está muy bien, pero no va conmigo. Yo soy divo en el escenario porque soy muy mío, me gusta hacer las cosas para mí y las que me gustan. Creo que por eso no he podido cuadrar con ninguna multinacional y no hemos conseguido llegar a un entendimiento. Creo que si las discográficas están interesadas deben respetar el alma del artista, y después, con delicadeza, conseguir llegar a un equilibrio entre las dos partes. No me gustaría sentirme nunca un producto.
Ha cosechado un gran éxito de crítica tras su paso por el escenario del Lope de Vega dentro de la Bienal de Flamenco de Sevilla, ¿qué crítica hace usted?
Yo hago una crítica positiva porque es un privilegio estar dentro de un ciclo con tanta solera, y en un Teatro con tanta señera como es el Lope. Estoy súper feliz porque creo me dejé el alma como en todas las ocasiones, claro que dentro de la tensión y la responsabilidad aunque creo que lo superé. Entendiendo que con mi cante pongo mi granito de arena a que Cádiz vuelva a recuperar el sitio que tenía antaño.
El próximo 29 de octubre actuará en el XIII Otoño Flamenco de Fuente de Cantos, ¿qué espera encontrar en el público extremeño?
El público extremeño es muy flamenco porque Extremadura es muy flamenca y así lo demuestran sus cantes autóctonos, y espero un público entendido y a aficionados con ganas de escuchar cante. En Andalucía es difícil encontrar sitios donde escuchar cante, y cuando subes un poco más arriba lo encuentras. El público aquí, en Extremadura, es menos protagonista diríamos, y cuando saben escuchar se percibe.