Diana Navarro, cantante

«Todo lo que uno desea está detrás del miedo»

La Real Academia de la Lengua nos define el término resiliencia como la capacidad de adaptación de un ser vivo frente a un agente perturbador o un estado o situación adversos y justamente eso, es lo que ha conseguido Diana Navarro. La malagueña resurge de una crisis personal que se ha convertido en una revolución musical, porque Resiliencia son trece composiciones de la propia artista que van más allá de lo que hasta ahora ha sido su carrera profesional, y que se convierten en auténticas herramientas de supervivencia para cualquiera. Un consejo a tiempo, un disco para escuchar, un trabajo para disfrutar. Un concierto al que asistir esta noche en el Teatro López de Ayala, y del que disfrutarán los privilegiados que hayan conseguido entrada.



¿Qué encontrarán esta noche los aficionados a su música?



Van a encontrar Resiliencia que es mi nuevo trabajo discográfico llevado a escena, y una sorpresa respecto a lo que yo estoy acostumbrada a ofrecer. Creo que es la mejor versión de mi persona y he intentado ofrecer algo más que un concierto al uso: desde la interpretación hasta la puesta en escena, las luces y la escenografía. Por cierto, una dirección de escena magistralmente dirigida por el emeritense Pedro Chamizo.



¿Qué le ha ocurrido a la persona para afectar tan directamente a la artista?



Ha sido una cosa muy tonta que le pasa a cualquiera. El darme cuenta, a raíz de un desamor, de un mal querer que es como a mi me gusta llamarlo, de que no era feliz y que no me quería. Y gracias a este mal querer me di cuenta de que tenía que tomar las riendas de mi vida. La psicología y las terapias alternativas me llevaron a casarme conmigo misma, la mejor decisión que una puede hacer. Lo quise hacer a modo de canciones porque entendía que era interesante, también para los demás.



«Tomo el mando, estoy a salvo…» ¿es «Resiliencia» un manual de «autoayuda»?



No, no, porque yo no soy una profesional del tema, Resiliencia es simplemente una necesidad de compartir una vivencia. Es como tomar un café con una amigo con una conversación que te puede hacer bien, con toda esa positividad que te llega de ese amigo hacia tu persona. Este disco está lleno de buenas intenciones y tiene el objetivo de hacerte sentirte mejor. No, no, no es un manual de autoayuda y además, hay que tener mucho cuidado con eso porque no todo el mundo está preparado para ayudar, y hay que ir a profesionales de verdad.



¿Sabe? sentí un poco de pudor al escuchar su disco…



Bueno, no todos los temas están vividos en primera persona, hay historias prestadas. No he sufrido tanto, pero si he empatizado con unos sentimientos que todos hemos sentido en algún momento. A veces creemos que estamos amando, viviendo algo bonito y auténtico, y luego te das cuenta de que no lo es: ni en mi caso, ni en el de los personajes que revivo. Te das cuenta de que la balanza estaba solo a un lado, pero ahí está el aprendizaje, el empatizar, además a mi me gusta el dramatismo de la copla, y eso se puede apreciar también aquí.



En este trabajo porque podemos encontrar la base primigenia de Diana Navarro pero también la evolución de una artista madura que pide algo más. ¿Un acercamiento a la música sinfónica quizás?



A mí la sinfónica me ha gustado mucho. Hice un gira sinfónica en la que hacía temas de zarzuela, copla ¡y me encantaría de verdad! Siempre he trabajado esporádicamente con diferentes orquestas y me gustaría volver a hacerlo. Siempre han sonado cuerdas en mis trabajos, y en Resiliencia se encuentran las cuerdas de la sinfónica de Brastislava dirigidas por el español David Hernando, aunque el disco se grabó en Madrid. La verdad es que a mi me gusta llamar a mi música neocoplasinfoelectrónica.



¿Con qué se ha quedado dentro, después de ‘parir’ todos los temas de «Resiliencia»?



Pues me quedé muy vacía, hasta el punto de estar sin componer hasta hace poquito que lo he retomado. Pero sí, me quedé en paz, transmití lo que necesitaba y la respuesta del público me está llenando, ellos me han entendido a pesar de ser una apuesta diferente, un concepto más contemporáneo. Porque a pesar de haberme quedado más vacía, me voy llenado con el aliento del público que es el que hace que me pueda dedicar a ésto.



¿Qué ha dejado atrás?



En realidad he dejado atrás el miedo y el dolor. Ahora todo fluye porque todo está bien y sé que no pasa nada.



Ha comentado que una de sus temas preferidos es ‘Me amo y me acepto completamente’, ¿qué ha aprendido de usted misma que no sabía?



He aprendido que soy la persona mas importante de mi vida, y he aprendido que no estaba equivocada, que soy una persona normal, humilde y buena y eso es importante porque se transmite en todos los niveles. Prefiero ser buena persona que ser buena artista, y para mi serlo es muy importante porque lo único que queda después de la artista eres tú, y si no te cuidas nada funciona. Es la lección que he aprendido, y tras este aprendizaje todo lo que me viene son cosas extraordinarias y buenas.



¿Qué le gustaría que aprendiésemos los demás?



¡Lo que los demás quieran aprender! Pero que no sea nada forzado. Me gustaría que la gente fuera más feliz, que se mirara dentro y no poniéndose barreras. Todo lo que uno desea está detrás del miedo. Que la gente sea respetuosa con los demás y feliz. El respeto es la base de todo en la vida.

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M. Isabel Rodríguez Palop

M. Isabel Rodríguez Palop

Una apasionada del Flamenco.

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