“Ser flamenco es estar al día”

EN CORTO:

“La contramemoria es la búsqueda de episodios que completen el proceso histórico desde un punto de vista crítico”

“El guitarrista experimental y contemporáneo por definición es Raúl Cantizano”

“He aprendido que la historia es una mentira”

Entrevista a Pedro Ordóñez Eslava, autor del libro “Apología de lo Impuro. Contramemoria y F(r)icción en el Flamenco contemporáneo” (editorial CIOFF/INAEM, 2020)

Pedro Ordoñez (Alcalá de Guadaira, Sevilla, 1980) comenzó con la guitarra flamenca a los ocho años, estudió Historia del Arte en Sevilla y en 2002 se fue a Granada a estudiar musicología a la Universidad granadina. Terminó la tesis en 2011 y ahora, presenta este libro que revoluciona y revuelca todo lo conocido hasta ahora como “flamenco”. Una evolución, la de Pedro Ordoñez, al que se le puede enmendar en criterio pero no en formación en la materia. Una formación, una visión, no apta para ortodoxos ni canónicos y una conversación, les puedo confesar, que podría no haber terminado aún por interesante, emocionante y novedosa. “Apología de lo Impuro. Contramemoria y F(r)icción en el Flamenco contemporáneo” (editorial CIOFF/INAEM, 2020) no es apta para los enemigos de la vanguardia o la libertad creativa. Como núcleo de su discurso toma como base el análisis de las obras: ‘El alba del último día’ (2006) del bailaor Andrés Marín; ‘Lo real/Le Réel/The Real (2013) del también bailaor Israel Galván junto al artista conceptual Pedro G. Romero; ‘Sí, a Miguel Hernández’ (2013) del Niño de Elche; la ópera ‘El Público. Ópera bajo la arena’ (2015) escrita por Mauricio Sotelo y ‘El Niño’ (2017) de Rocío Márquez.

Mimbres para el desafío, para ese flamenco disruptivo del que nos habla Ordóñez en esta entrevista y sobre todo, enea para un arte que se destapa sin complejos ante lo canónico y el corsé. ¿Esta revolución es imparable? Pasen y decidan ustedes.

¿Por qué estos artistas?

El objetivo de la beca era el estudio de artistas flamencos inspirados por la Guerra Civil para sus proyectos, y ellos, lo habían hecho. Siempre me ha interesado la memoria y la contramemoria, el relato subversivo, lo que busca alternativas a la memoria histórica. La gente conoce muy bien “El Gernika” pero pocos lo que es la ‘Desbandá de Almería’.

La contramemoria podría definirse como ¿la memoria de los curiosos?

Lo sería y también de los minoritarios, de las invisibilizadas, de los colectivos que no han tenido voz en la historia, los homosexuales, mujeres, gitanos…, que no han tenido un acceso a construir la historia; la historia la han construido hombres blancos, heterosexuales y de cuatro o cinco países europeos entonces, hay que buscar relatos que inviertan esa historia tan homogénea y tan aparentemente positiva. La contramemoria es la búsqueda de episodios que completen el proceso histórico desde un punto de vista crítico.

¿Qué ha aprendido como guitarrista de esa contramemoria?

He aprendido que la historia es una mentira. Es un relato ficticio que hemos construido y como guitarrista flamenco, yo coincido mucho con Raúl Cantizano guitarrista también, que toma como referencia una genealogía, una historia que tiene como referentes a guitarristas como Mario Escudero incorporando a otros de géneros que aparentemente no son flamencos, creando así, un proyecto experimental qué a mi modo de ver es el único contemporáneo en sí, me refiero a experimental y de búsqueda real. El guitarrista experimental y contemporáneo por definición es Raúl Cantizano. Él tiene la capacidad de mirar en la historia del flamenco aquellos elementos que son vanguardia pero que se han ocultado.

Ese flamenco experimental, ¿es más flamenco?

Si uno de los principios que utilizan los clásicos para hablar de flamenco, de lo puro, es lo antiguo pues hay elementos en el origen del flamenco que son experimentales. El flamenco se construye a partir de la experimentación, la manera más flamenca es buscar, es ser experimental. Ser flamenco es ser flamenco experimental, estar comprometido con tu tiempo, con tu entorno…, yo nunca hablo de flamenco tradicional, nunca hablo de flamenco puro, sino que hablo de flamenco canónico. El flamenco es un patrimonio material, denominarlo inmaterial es erróneo, es una definición folclórica. Es una práctica profesional ligada a un contexto histórico y geográfico concreto enriquecido por historias de mestizajes.

¿Sirvió para algo declararlo Inmaterial?

Yo no lo sé, pero la percepción que se puede extraer de los propios artistas es una cierta decepción…

“No existe el flamenco tal cual. No hay manera de saber a qué nos referimos si la denominación no viene acompañada por algún adjetivo que amplíe su descripción y nos aclare de qué estamos hablando” asegura en la introducción de su obra…

Claro, es que al hablar de flamenco hace falta añadir una guarnición terminológica, porque el flamenco por sí mismo no significa nada. Cuando yo digo flamenco, en mi cabeza, puedo tener mi definición de flamenco y mi top ten de artistas pero muy probablemente no coincidirá con los tuyos; pero, ¿qué es el flamenco?, ¿flamenco clásico, flamenco contemporáneo, jazz, flamenco noise? porque el flamenco en sí mismo engloba todo eso pero para llegar a algún puerto necesito adjetivizarlo. Si hablo de flamenco contemporáneo, por ejemplo, ¡nadie me lo discute! “Lo flamenco ha sido y es múltiples cosas, incluso a la vez. Por ello es preciso acompañar al vocablo de una guarnición terminológica y conceptual que nos ayude a clarificar un poco de qué estamos hablando. Sólo así evitaremos confusiones y, quizás, una mala digestión” apostilla en su libro.

¿Qué es para usted el flamenco disruptivo?

Una disrupción es una revolución que cambia el mundo; y la que sufrimos tecnológicamente en el siglo XXI con esta forma de interactuar con las redes sociales que, por ejemplo, ha cambiado nuestra forma de vida de forma drástica, entonces el flamenco por esa disrupción incorpora las nuevas tecnologías y las RRSS. Ser flamenco hoy en día requiere ser disruptivo, incorporar las nuevas tecnologías y estar al día. Ser flamenco es estar al día. Ojalá podamos pronto volver a festivales clásicos como el de Puente Genial donde yo lloro con Marina Heredia, Pansequito, o Rancapino Chico, una cosa no quita la otra, pero ser flamenco hoy significa ser contemporáneo, disruptivo y experimental. 

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M. Isabel Rodríguez Palop

M. Isabel Rodríguez Palop

Una apasionada del Flamenco.

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