Loreto de Diego, cantaora

«Soy una cantaora que me he educado en los tablaos»

Loreto de Diego - Palopflamenco.com

El 17 de junio arranca la XII Gala de la asociación cultural cacereña Flamenc@s de Verdá y será en esta noche donde se escuchará por primera vez en Extremadura la voz de Loreto de Diego (Burgos, 1978) una castellanoleonesa afincada en Madrid, veterana en compañías de baile y tablaos que presentará un abanico de cantes tradicionales acompañada a la guitarra de Claudio Villanueva, y las palmas y jaleos de Laura González y Paco Hidalgo. Una actividad más de una asociación, que presidida por Perico de la Paula sigue trabajando por el flamenco y por nuestra tierra. Rasgueos de guitarra y cantes al aire con olor a dama de noche para ir dándole la bienvenida el verano, y a su festivales flamencos. Para no perderse ninguno.

–¿Qué podrán ver los aficionados que se acerquen a Cáceres el próximo sábado?

–Bueno, mis recitales son sobre todo de cantes básicos: soleá, cantiñas, tientos…, soy una cantaora que me he educado en los tablaos. He cantado para baile, mucho, para todos los palos con ritmo porque con ellos me siento muy cómoda, aunque he de reconocer que a mí me gustan todos los cantes…, todo lo que esté bien hecho. Siempre se tiene alguna predilección, pero me parece que cualquier cante que esté bien hecho y con buen gusto es totalmente válido. Es la primera vez que vengo a Extremadura, y espero que sea el comienzo de una relación que dure para muchas otras ocasiones. Me encantan vuestros cantes, vuestra tierra, y Cáceres, en la que tengo muchos amigos que no tienen nada que ver con el flamenco, me parece una ciudad maravillosa. Entregaré absolutamente todo lo que tengo, todo mi corazón. Voy a echar el resto y eso es lo que van a ver los aficionados que se acerquen a Cáceres.

–Nació en Burgos, ¿de dónde le viene ‘la vena’ flamenca?

–Sí, nací en Burgos, toda mi familia es castellana y no tengo ningún familiar que se dedique al flamenco…, lo cierto es que mi historia es un poco peculiar…, el recuerdo que tengo en mi infancia era que en todas las reuniones se cantaba… pero no recuerdo que fuera flamenco… quizás algún fandango mi abuela.., pero siempre se cantaba lo que se terciase. Mi relación con el flamenco empezó en mi adolescencia. Yo cantaba en un grupo de amigos que eran todos músicos, y uno de ellos tocaba la guitarra flamenca y fue ahí donde me entró el gusanillo del flamenco. Ahí empecé a escuchar más, a comprarme discos, a ir a conciertos y una cosa me llevó a la otra y aquí estamos hoy. Me fui a Madrid también por esos años, y he pasado toda mi vida en la capital. Aquí es donde he aprendido casi todo lo que sé, y todo lo que me queda.

–Ha colaborado con importantes compañías de baile que la han requerido como cantaora, ¿es complicado colaborar en un proceso tan sumamente grupal?

–La verdad es que cada compañía tiene su manera de trabajar, tiene su organización y una vez que entras en su dinámica de trabajo todo es bastante fácil. Cada espectáculos tienes sus propias dificultades…, necesitas más ensayo, mas estudio, menos…, pero normalmente está todo bastante organizado y es fácil. Siempre he tenido la suerte en todas las compañías en las que he estado de encontrarme con compañeros fantásticos. Cada compañía al final se convierte en una familia, eso es lo que acabas sintiendo. Gente con la que viajas, con la que compartes situaciones en el extranjero delicadas, y con los que al final conectas al 100%.

–‘Me sabe a cante’ es su último trabajo en solitario, ¿Qué sabor de boca le dejó su puesta en marcha?

–Indudablemente, muy positivo. El espectáculo es de flamenco totalmente, un recital dramatizado que tiene una vertiente didáctica, pues el espectáculo son una serie de cantes con un personaje, que es el hilo conductor que va hablando de esos estilos del flamenco, de los protagonistas, de los más significativos. No es un recital normal. Para crear esto invertimos varios meses recolectando información sobre los cantes, redactando un texto que llegase fácilmente al público, que puede ser entendido o no. Cada cante es una escena diferente. Es un proceso escénico largo, de luces… y ese sabor que me dejó fue positivo. Tuve la oportunidad de mostrar un trabajo, de poner en práctica todos los conocimientos adquiridos a lo largo de los años…, como cantaora y como partícipe en compañías como en el Ballet Nacional…, y al final de todo sientes un crecimiento personal como artista. ¿Parte negativa? Tuvimos varias representaciones pero cuando no tienes una productora potente detrás, pues claro, moverlo implica un presupuesto que en la mayoría de los casos no se puede asumir y lo hemos dejado de hacer, aunque espero retomarlo en un futuro.

–¿Qué ha aprendido como artista?

–Cuando inicias un proyecto inicias un camino donde te vas encontrando con obstáculos, y al final lo que obtienes es un crecimiento como artista y como persona. Sientes mucha satisfacción cuando se te ocurre una idea y consigues llevarla a cabo, cuando al final la desarrollas y consigues plasmarla en un escenario. Cuando llega el día en que se representa ese espectáculo, el crecimiento que una siente es increíble.

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M. Isabel Rodríguez Palop

M. Isabel Rodríguez Palop

Una apasionada del Flamenco.

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