Juan Vergillos, flamencólogo

«El flamenco mitifica su pasado pero al mismo tiempo lo ignora»

Los afortunados que puedan acercarse al Festival Flamenco de Jerez, aparte de disfrutar de cante, baile y toque de categoría, podrán hacer, a través de las conferencias de Juan Vergillos (Madrid, 1969), un recorrido por los hitos del baile jondo. Una ruta para entender, disfrutar y visualizar lo que significa para este arte el baile flamenco. Una expresión artística centenaria que el Premio Nacional de Flamencología a través de pinturas, fotografías y películas muestra desde su primigenia, como paso imprescindible a la hora de comprender la vanguardia del baile actual. Desde el día 6 hasta el 10 de marzo en el Centro Andaluz de Documentación del Flamenco en Jerez de la Frontera Historia del baile flamenco marca el compás. Para no levantar los pies del suelo.

-¿Qué aporta el baile al flamenco a la cultura?

-El flamenco es la manifestación más genuina de la cultura española que enlaza con el acervo de la danza hispana, desde las danzas del Renacimiento hasta hoy. En el Barroco el fandango y otros estilos preflamencos, como la zarabanda o la jácara, son los bailes más populares de España y de toda Europa. No olvidemos que en esa época España es el país más influyente de occidente, en lo militar y en lo político, y lógicamente en la cultura. Por eso podemos encontrar la zarabanda en las suites de Bach o de Haendel. Con la decadencia militar y política llega también la decadencia cultural, y en España entra a saco la cultura francesa con sus minuetos. Pero los castizos hispanos, los majos, reivindican la seguidilla y el fandango frente a las modas francesas. El baile flamenco es una seña de identidad inequívoca de lo español en el mundo. Aún hoy.

-¿Hay diferencia entre el baile femenino y masculino más allá de lo evidente?

-De la misma manera que en el resto de la sociedad, el cambio ha sido radical en los últimos tiempos, sobre todo después de la Guerra Civil española y de la Segunda Guerra Mundial. Como en el resto de aspectos de la sociedad occidental. Hasta la guerra civil las diferencias estaban muy marcadas: el zapateado era una exclusiva del hombre frente al baile de cadera, brazos, manos y cabeza de la mujer. Siempre hubo alguna trasgresora, por supuesto. Carmen Amaya no fue la primera en bailar con el traje masculino y en zapatear. Antes hubo otras como la Cuenca, que incluso se atrevía a torear en los escenarios de España … y de París, Nueva York y La Habana, ciudad en la que murió en 1890. Después de la guerra el flamenco se volvió más agresivo y más racial, por decirlo así. Coincidió con la popularidad de Carmen Amaya, sin duda la bailaora más famosa del mundo. Y es que la sociedad, española y occidental, se volvió más furibunda, más agresiva. Y eso afectó al baile y al baile de mujer.

-¿Qué figuras destacaría por su sello, ya indeleble, en la historia del flamenco?

-El flamenco mitifica su pasado pero al mismo tiempo lo ignora en buena medida. Muchos artistas del flamenco y muchos aficionados creen que la historia del flamenco es la historia reciente del flamenco. Lo jondo es desde la posguerra un arte visceral, racial y desgarrado pero a principios del siglo XX tuvo una relación muy importante con las vanguardias históricas. Era un arte estilizado, sofisticado, sutil. El baile actual proviene en buena medida de Vicente Escudero que es, no obstante, una figura bastante desconocida hoy.

-¿Cuánto de la vanguardia en el baile de hoy habita en sus raíces?

-Los auténticamente vanguardistas de hoy, Israel Galván, Eva Yerbabuena, Rocío Molina, entre otros, han tenido una formación y unas vivencias estrictamente flamencas. Así que, contestando a su pregunta, diría que todo. Eso sí, subrayando lo de auténticamente vanguardistas.

-Lleva muchos años impartiendo cursos, y conferencias sobre el baile flamenco, ¿qué ha aprendido usted?

-He aprendido muchísimo porque la mayoría de mis alumnos son profesionales. Ellos son los que verdaderamente saben de esto. Así que yo aprendo más que mis estudiantes. Lo que yo he aportado es una perspectiva, una hipótesis histórica: la de que el flamenco hunde sus raíces en las danzas tradicionales españolas.

-Japón es el país con mayor número de academias y tablaos flamencos por encima de España, ¿ha descubierto el porqué de esa relación tan íntima entre su misticismo y el misterio de nuestro arte?

-Este es un tema que me fascina. Me interesé tanto en el tema, que me casé con una bailaora japonesa (se ríe) Los japoneses, y especialmente la mujer japonesa, encuentran en el flamenco un lugar en el que la desestructuración está estructurada. Es decir que es un marco donde es legítima la exposición, incluso la expresión de los sentimientos, del yo, incluso de la agresividad, frente a una sociedad, la suya, bastante represora en estos aspectos por razones históricas, especialmente, como digo, en relación a la mujer.

-A su juicio, ¿el conocimiento de la historia del flamenco es básico para la comprensión de la historia del baile?

-La historia del flamenco es la historia misma del baile, ya que la mayoría de los estilos nacieron como danzas. Luego algunos, como la soleá, los fandangos o las peteneras, se independizaron como cantes y toques. Pero la mayoría de los estilos del flamenco nacieron como bailes. Y es una historia continuada: las danzas flamencas provienen de las danzas boleras que a su vez son fruto de las danzas barrocas y renacentistas. La historia del flamenco es la historia de la danza o las danzas hispanas, el arte español y la historia misma de España.

Facebook
Twitter
LinkedIn
M. Isabel Rodríguez Palop

M. Isabel Rodríguez Palop

Una apasionada del Flamenco.

Relacionados

Post's relacionados