Francisco Díaz Vázquez

«El flamenco se ha tecnificado»

José Pérez de Guzmán Urzaiz * (Jerez de los Caballeros 1981-Lucena del Puerto, Huelva, 1930) el aristócrata extremeño que revolucionó el fandango creando un estilo propio, hoy no creería que su peculiar personalidad no solamente quedaría ligada a la historia del flamenco, sino que además, marcaría el nacimiento de una de las peñas flamencas más antiguas de Extremadura. Su figura siempre ha fascinado a Francisco Díaz Vázquez (Jerez de los Caballeros, 1946) actual presidente de la Peña Cultural Flamenca ‘José Pérez de Guzmán’. A él y a otros aficionados con los que la fundó. «Queremos ofrecer nuestro carácter abierto, plural, sin exclusiones. No queremos ser impopulares. Aunque la peña es de socios, no se molestan e incluso agradecen otro tipo de espectáculos. Ten en cuenta que tenemos una peña con 440 metros de superficie», asegura Francisco Díaz. Este presidente, que al margen de su afición al flamenco lleva 41 años ‘aficionado’ profesionalmente a la seguridad, ha sido jefe de Protección Civil, de Bomberos, y actualmente es el director de Seguridad de la Diputación de Badajoz, una institución volcada en este arte, y en su estudio.

-¿Qué es más fácil, velar por la seguridad de las instituciones o del flamenco? -De las instituciones, con diferencia. El flamenco necesita retoques y un centro extremeño que aglutine toda la documentación, toda la discografía: desde discos de cera, pizarra, hasta revistas e instrumentos para darle contenido al Centro Extremeño y revitalizar así nuestro cante. Un centro donde readmitir la investigación, un lugar con contenido. -¿Cree que el Centro Extremeño de Flamenco no tiene suficientes fondos? -Ha empezado el 7 de abril y se inauguró en julio de 2010. Considero que una cosa que se inicia y ha arrancado con un ciclo de conferencias de saetas. Durante este año poco o nada se ha hecho, aunque interiormente desconozco los trabajos que se realizan. Pero de cara al aficionado el primer ciclo de conferencias es lo único que ha contado. -¿Cómo nació la Peña Cultural Flamenca ‘José Pérez de Guzmán’? -Nació como todas las peñas, al lado de una copa de vino en una feria de septiembre de 1980 en Oliva de la Frontera. Allí, en una servilleta de papel plasmamos nuestras firmas varios socios actuales, algunos ya desaparecidos, e hicimos un pacto de caballeros. Nos comprometimos a que Jerez de los Caballeros tributara un homenaje al creador del fandango ‘Pérez de Guzmán’. -¿Cual fue el primer paso? -Un acta fundacional para plasmar correctamente el compromiso, la voluntad de constituirnos en asociación. Éramos Jesús Macarro, Alfonso Gallardo, Ildefonso Fuentes, Luis Macías, Heraclio Narváez -ya fallecido-, Fabián de Rivero, y yo, Francisco Díaz. -¿Y ningún familiar de Pérez de Guzmán? -No, porque ya no había ningún familiar en Jerez residiendo. Solo estaba Gregorio y era muy mayor. Al principio nos reuníamos en el restaurante ‘Oasis’, ahora tenemos sede propia. La inauguramos el 12 de mayo de 1982 con la visita de la peña de Huelva. Recuerdo al baile a Rocío con doce años, ahora gran bailaora a nivel internacional, a José Manuel Rodríguez con 15 años y ahora referente en la guitarra, y cantaores como Eduardo Hernández Garrocho, que actualmente preside la peña flamenca de Huelva. Por nuestra parte, el Niño de Badajoz, El Madalena y Paco Zambrano como presidente de la Federación. -¿Mantiene algún recuerdo en la memoria de la familia Pérez de Guzmán? -Aunque murió en Lucena del Puerto, en Huelva, por razones familiares sí he estado relacionado con su familia. Mi prima hermana vive enfrente de la casa donde nació José Pérez de Guzmán Urzaiz, e incluso frente a la iglesia donde se bautizó, y la relación familiar era frecuente por razones de vecindad. Conocí a Gregorio y a Manolo Pérez de Guzmán Moreno, los sobrinos de este gran artista. Aunque nació en Jerez, a muy corta edad su padre se traslada a Huelva. Todo lo que era arte le apasionaba. La mayoría de su vida la pasó en Huelva, y allí disfrutó también de otras pasiones como el fútbol. Llegó a jugar en el Recreativo de Huelva, incluso en el Real Madrid en pruebas. También era muy aficionado al tiro al pichón y a la carrera de galgos. -¿Usted llegó al flamenco a través de Pérez de Guzmán? -Sí, y también por leer y conocer a Paco Zambrano en el año 1973 en Badajoz, con quien fundé la Federación Regional de Entidades Flamencas de Extremadura, hoy desaparecida. -¿Por qué pusieron en marcha esta federación? -Existía una necesidad de aglutinar. Se cantaba a nivel taberna y no de forma organizada. Gracias a la Ley de Asociaciones en aplicación del artículo 21 de la Constitución Española donde se regula las asociaciones, manifestaciones y concentraciones, pudimos hacerlo. -¿Resultó complicado crearla? -Fuimos por las distintas peñas de las que teníamos conocimiento y las íbamos invitando a que se constituyeran en asociación, a que se inscribieran en el Registro Provincial de Asociaciones que entonces gestionaba el Gobierno Civil de Badajoz. -¿Qué ganaban las peñas con el cambio? -Regular sus actividades, solicitar subvenciones, y programar sus espectáculos. La idea caló profundamente porque teníamos a los dos años, cuarenta y cuatro asociaciones entre Cáceres y Badajoz. -¿No siente nostalgia de que tras tanto esfuerzo esa iniciativa haya acabado? -No, porque la desaparición de esta federación regional ha venido a motivar a las distintas peñas para constituirse en federaciones provinciales, de cara a una posible confederación. -¿Necesitamos esa confederación?, tengo la sensación de que el flamenco extremeño se disemina demasiado… -Necesitamos un organismo aglutinador que permita la representación cualificada de la junta directiva, donde estarían representados todas las asociaciones, tanto de artistas, como de socios de las distintas peñas. -En estos más de treinta años de lucha en el flamenco, ¿en qué ha cambiado este arte? -El flamenco se ha tecnificado porque todo lo que era tradición oral, ahora se escribe y yo puedo dar una muestra de ello, por ejemplo, el fandango de Pérez de Guzmán ha sido llevado a partitura. De hecho, la banda municipal de música de Jerez de los Caballeros lo interpreta y actualmente, forma parte de su repertorio. Es la diferencia de habernos dejado escrito su legado que no llegó a grabar nunca, y que hoy se adapta a las partituras y a las estructuras musicales de forma ordenada. -¿Es difícil animar a los ‘nuevos socios’? -Actualmente tenemos unos 132 socios, pero sí, es difícil. Jerez es un pueblo que tiene muchas actividades culturales y el mantenimiento de las asociaciones genera un coste importante: la pesca, las cofradías, el fútbol, el motocross, y naturalmente la peña. Ahora estamos en un momento de estabilidad. -¿Nuevas ideas? -Dos cosas: facilitar conciertos de música joven tipo ‘El Bicho’ o ‘El Barrio’ con acceso gratuito y las clases de guitarra para los hijos de los socios. Antes teníamos dos grupos de baile, pero al no residir allí la profesora ese proyecto no continuó. -¿Qué le falta a la Extremadura flamenca? -Impulso, divulgación, investigación y profesionalización, porque estamos seguros de que hay algo más de lo que conocemos. Recuerdo a José Nieto, ‘El Niño de Orellana’, del que solo los de mi edad lo recordamos. Hay gente que merece sacar su historia a la luz, para que se vea que hace ya muchos años, que el flamenco en la provincia de Badajoz es protagonista. -La revista ‘El Quejío’ es un referente en el flamenco extremeño y la edita su peña flamenca… -El número cero nació en el primer trimestre de octubre de 1993. Hay un parón entre 1997 y 2002 que no se hace nada, porque se publicaba con cargo a las subvenciones y gratificaciones de los empresarios de Jerez, pero nos llegaron a decir que si la cultura tenían que pagarla los industriales, ¿qué hacían las instituciones?. A partir de 2002 se continúa la publicación a cargo a lo propios fondos. Llamamos a la puerta constantemente y no tiene nada de publicidad. Estamos muy orgullosos de ‘El Quejío’. Por su cuidada presentación y la calidad de contenidos tanto textuales como fotográficos esta publicación va a formar parte de los fondos de la Biblioteca Bartolomé J. Gallardo de la Consejería de Cultura. También se ha puesto en contacto Feliciano Correa, de la Real Academia de Extremadura, para que este quejío flamenco forme parte de su fondo documental. Quiero, desde aquí, darle las gracias a los colaboradores que hacen posible. -¿Por qué ‘Quejío’? -Surgió como un lamento del flamenco en un momento difícil. Es una expresión muy flamenca… -Alfonso Gallardo es socio fundador, ¿cree que si la refinería sale adelante en Extremadura saldrá por bulerías? -Creo que sí porque es una vieja aspiración de él y un reto que nos favorece a todos. Yo también saldré por bulerías, porque como le escribí en una ocasión: ‘a tu tierra grulla aunque solo sea con una pata’, cuando se debatía la ubicación de la futura refinería aún… * Pérez de Guzmán nunca llegó a grabar este fandango personal, ya que su situación económica no requería de esos ingresos, en cambio, sí dejó constancia de su afición al fútbol, los caballos, caza, toros y a este arte al que nunca se dedicó de forma profesional. Gracias a su excelente posición social hizo llegar el fandango de Huelva a los ambientes más exquisitos. Su amistad con Ignacio Sánchez Mejías, La Argentinita, García Lorca y otros ilustres de la época atestiguan el círculo de personas y personalidades de las que se rodeaba. Artículo publicado en: http://www.hoy.es/v/20110521/sociedad/flamenco-tecnificado-20110521.html

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M. Isabel Rodríguez Palop

M. Isabel Rodríguez Palop

Una apasionada del Flamenco.

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