En estos extraños días de confinamiento, de falta de libertad, de desasosiego online y recuerdos analógicos. En estos días, todos y cada uno de nosotros, tenemos que sacar los mejor de nosotros mismos. Algunos, por supervivencia y otros, como les ocurre a los artistas, por esa necesidad que tienen de expresar, de gritar a través de su arte. Un grito que no se apaga y que lejos de dejarse engullir por el silencio se une al altavoz de las redes sociales (RRSS). A través de ellas, Vicente Fernández, Tin, (Torre del Mar, Málaga, 1988) ha encontrado una plataforma para seguir dando esos conciertos, que el coronavirus, entre otras muchas cosas, ha cancelado. Cada día, a las 18,00 horas, en su página oficial de facebook (Tin Fernández Violonchelista) nos ofrece un concierto en directo; y si, ahí podemos dejarnos llevar por un instrumento que en el mundo del flamenco ha sabido hacerse un hueco aportando ‘más profundidad’. A los 11 años empezó a formarse como violonchelista en el conservatorio de Torre del Mar y al terminar el grado profesional, emprendió su camino como cantautor, productor y multiinstrumentista. Como suele ocurrir cuando uno abraza lo inusual, este malagueño es ya la referencia de este instrumento en un mundo, que hasta hace muy poco no salía del cante, toque y baile. El mismo Tin que de pequeño ‘de cualquier instrumento sacaba música’, hoy provoca sonrisas y esperanza a través del violonchelo a nuestra reclusión forzosa. A esa a la que nos ha llevado un enemigo invisible que además, tiene la desfachatez de proclamarse el rey, con su propia corona. Pasen y lean.
‘En el flamenco te pueden enseñar todo menos transmitir’
‘Si tocando en directo por las RRSS puedo ayudar a que la gente se relaje, y se olvide un poquito del tema aunque sean 15 o 20 minutos, yo me siento bien’
Directos online para estos días tan complicados…
Si, si. Esto lo hago de corazón sin esperar nada a cambio. Ya que no podemos salir creo que es un detalle, porque es una forma de transmitir un poquito de paz a la gente con el máximo acercamiento posible. Si tocando en directo por las RRSS puedo ayudar a que la gente se relaje, y se olvide un poquito del tema aunque sean 15 o 20 minutos, yo me siento bien. Lo hago con esa intención.
Con tan solo 11 años se decidió por el violonchelo, ¿por qué?
Bueno, ya de niño cantaba y durante las clases de música de primaria, mi profesor Carlos Hidalgo me marcaba las pautas: ‘haz esto’, ‘intenta esto otro’ y así con la flauta, el piano, los dictados musicales…, a la semana, ¡ya tenía captado lo que me mandaba fuera lo que fuese! Fue él el que me dijo: ‘Mira, déjate de rollos que todos los gitanos tenéis mucho arte pero hay muy pocos que quieran estudiar. Vete al Conservatorio. O te metes tú o te meto yo’…, y eso se me quedó grabado. Porque la verdad es que desde niño yo tenía claro que quería ser músico. Llegué al Conservatorio pero tenían prioridad para elegir instrumento los de ocho años. Me dejaron el último y solo quedaban plazas para violonchelo en mi pueblo. Entonces llegó mi tío Manolo y me dijo: ‘venga, que ese instrumento es precioso’, aunque siendo gitano lo más típico era el cajón, cante, baile o la guitarra…, pero él tuvo la visión de ver, que cuando fuera mayor, no iba a tener casi competencia o ninguna. ‘Tu ya eres flamenco de por si, en cuanto aprendas música y la técnica del chelo…’ me repitió. Luego, al llegar a clase y escuchar al instrumento por la maestra me quedé alucinando, porque nunca había escuchado este instrumento tan cerca, ni siquiera sabía lo que era. Me enamoré del sonido del violonchelo, me quedé alucinando, y hasta hoy.
¿Qué aporta el violonchelo al flamenco?
Pues como cualquier otro instrumento aporta un timbre nuevo, un timbre poco usual en el contexto del flamenco. El flamenco, como sabemos, es muy profundo y el sonido del chelo al igual que el flamenco es un sonido que atraviesa, puedes hacer notas mantenidas que atraviesen a todo aquel que esté escuchando. Solo su presencia en un tablao, en una fiesta o en un concierto visualmente, es impactante y luego ofrece esos ‘colchones musicales’. Rellenar todos esos huecos mientras los demás instrumentos están aportando lo suyo. El chelo aporta al flamenco, sobre todo, profundidad.
¿Qué le falta y qué le sobra al flamenco actualmente?
Para mi el flamenco es una de las músicas más completas del mundo; ¿faltarle? Al flamenco quizás le falte letras nuevas con mensajes diferentes. También, un poco de mayor apertura a la hora de meter instrumentos, aunque hace ya tiempo que empezó a abrirse; y en el baile, un poco más de mezcla con danza, con otros tipos de bailes. Ya, de hecho, el flamenco se mezcla con todo prácticamente.¿Sobrarle? Quizás gente que no sea profesional y que vendan como flamenco lo que no es. Lo que sobra es la falta de respeto al flamenco.
Está preparando su nuevo single previsto para finales de abril, ¿de qué se trata esta nueva pieza musical?
Si, acabo de terminar la mezcla de mi primer single ‘Dame una sonrisa’. Tengo que agradecer a todos mis colaboradores no solo el corazón que han puesto, sino lo profesionales que son y han sido. Con su magia han hecho más grande mi composición. Todas las percusiones las lleva Juan Heredia, que además fue el que me animó a grabarlo. Me dijo que podía ser ‘un pelotazo’. Mi primer disco ‘Alma bohemia’ fue una experiencia más personal. Como en ese trabajo, colabora en ‘Dame una sonrisa’ Celia Flores haciéndome los coros; Bachy con el bajo; Victor Vallejo arreglos de metales; piano, Sebastián Volco, un argentino que conocí estando de gira en Bulgaria, ¡conectamos muy bien! él mismo acaba de sacar un disco en Spotify. Juan Diego, ingeniero de sonido, que está haciendo que esto suene a gloria. Toda la magia del tema lo está sacando él. Está haciendo que todos brillen, además de ayudarme con la producción. También colabora, como todos de forma desinteresada, el maestro Marco Grimaldi, guitarra eléctrica de marbella metiéndole el punto que faltaba de rock metálica increíble. Hay mucha gente apoyándome y estoy muy feliz de ver este vuelco de la gente con mi música. Yo toco el violonchelo, canto y he sido el compositor, pero todos me han aportado muchísimo. Una vez que esté terminado, se lo enviaré a Pablo Ruiz Sánchez para el videoclip. Y nada, listo para lanzarlo en mi web y en las plataformas digitales.
¿Y que tipo de música escucharemos en ‘esa sonrisa’?
Funky flamenco, chill out, rock, latino, metálica, jazz… hay una mezcla tan enorme, ¡que no me he parado aún a analizarla! La verdad que lo que quiero es evolucionar y comparar y compararme con mi anterior trabajo. Ver como he subido otro escalón…, la música de este single, no sé porqué, pero me transporta a Miami…, quizás sea una buena zona para entrar con esta mezcla de estilos y hacer algo allí.
¿Qué no se puede aprender, sobre el flamenco, en una escuela?
Lo difícil del flamenco es la vivencia, la manera de sentir porque cada uno siente de forma única. Es muy importante para adentrarte de verdad en el flamenco el haber vivido esta música desde niño, y entender los ¡ay! y cómo y porqué lo hacen, ¡en cualquier tipo de música! En el flamenco te pueden enseñar todo menos transmitir. De lo que hay que ser capaz es de aprender a sentirlo mientras lo haces, para que los demás lo sientan. Que sepas resolver rápido sin que se note el fallo y sobre todo, sentirte libre cantando, tocando…, Eso es lo que no se enseña en la escuela.