Ángel Rojas

«Me gustaría que fuera un festival que se perpetuara en el tiempo y no me perpetuara a mí»

De Madrid…, al cielo del flamenco. Arranca la tercera edición de Flamenco Madrid con una carta de presentación de lo que es: un crisol de pasado, presente, futuro, ortodoxia y vanguardia que ofrecerá en el Teatro Fernán Gómez Centro Cultural de la Villa a partir del 17 de mayo, a los más granao del flamenco. Conferencias, exposiciones y clases magistrales complementarán, como si fuera necesario, a un festival que hasta el 11 de junio reunirá a más de veinte compañías de cante, baile y toque flamenco. Al frente, como director artístico, Ángel Rojas (Madrid, 1974) coreógrafo, bailaor y bailarín que ha plasmado su locura por este arte en tres semanas de tronío y devoción por este arte. Si tienen oportunidad, no falten, y si les es imposible, no dejen de leernos cada sábado. El Periódico Extremadura seguirá muy de cerca este festival.



–Mañana a las doce, en la plaza de Colón, van a intentar batir el récord mundial de mayor número de personas bailando flamenco al unísono, ¿la antesala de un festival de pasión?



–Si, sin duda, ese es el objetivo principal del festival: la pasión por el fomento y un conocimiento cada vez mayor de la danza española y el flamenco, que sean cada vez más universales y que se cuiden mucho más de lo que se cuidan ahora. Estaremos la mayoría de los artistas de cante, toque y baile, para hacer una gran clase magistral. Cada cinco minutos saldrá un artista enseñando unos pasos sencillos, y ya en los últimos quince minutos saldrán todos los artistas, detrás de Antonio Canales, para intentar conseguir ese récord mundial.



–Por cierto, ¡enhorabuena por el vídeo promocional de Flamenco Madrid!, ¡me parece espectacular!



–Sí, si lo es, está feo que lo diga, ¡pero lo es! Fue una idea que tuve el año anterior y que lancé a Madrid destino. Los artistas llegando en diferentes tipos transportes a Madrid convirtiendo a la ciudad en un escenario… a David Palomar y al productor Riki Rivera les encantó la idea, y se pusieron en marcha. Yo creo que esta nueva versión del chotis es un nuevo himno para Madrid y creo que es algo importante. Como madrileño de cepa y corazón me siento muy orgulloso sacando pecho de mi tierra…



–Esta tercera edición de Flamenco Madrid promete…



–Esta edición es la de la consolidación, es cuando el público va a determinar lo importante que es esto para Madrid. Uno de los pilares básicos es el de cuidar la modernidad y la tradición. El flamenco y la danza no son entendibles si no existe ese vínculo entre el pasado y el presente para mirar el futuro. Hay un nivel de excelencia enorme accesible a cualquier bolsillo, y esa es la función de Flamenco Madrid junto a las actividades paralelas que lo acercan a varios prismas: moda, exposiciones, conferencias…, una gran variedad y muchas propuestas artísticas fantásticas que hacen que este festival en dos años haya cogido este posicionamiento.



–¿Qué es lo más complicado a la hora de programar y unificar pasado, presente y futuro del flamenco?



–Bueno, a mí no me resulta complicado hacerlo. Yo hasta hace tres años era un creador como cualquier otro, mi posición no ha cambiado y los artistas se me acercan de forma natural. No hay postura, la gente me conoce como me conocía antes, y comparte conmigo sus necesidades como artistas y creadores. Yo ejerzo de maestro de ceremonias con ese crisol que aparece y con los que me presentan. Ni siquiera yo elijo el repertorio, es el artista el que elige su mejor posición dentro del festival. Sale de una forma natural con determinados pilares que siempre tienen que estar, y van apareciendo.



–¿Cuánto hay de intuición?



–Yo tengo ese don, el don de la intuición, y eso lo tienes o no lo tienes y en mi caso lo tengo. Y se pone muy activo cuando alguien comparte conmigo una idea. Yo no voy a ser eternamente el director. Este festival no es para mí, es para la ciudad, aunque ahora si entiendo que Flamenco Madrid me necesita, que ha nacido de mí y de un gran trabajo de equipo del Centro Cultural de La Villa. Me gustaría que fuera un festival que se perpetuara en el tiempo y no me perpetuara a mí. Cuando yo no pueda aportar nada más al festival me iré, y me gustaría que el que viniese tuviera ese discurso de honestidad con este proyecto. No me gustaría tener un sillón para mí, este sillón no es mío. No es mi ombligo el que manda.



–¿Es difícil dirigir cuando uno también es artista?



–Depende de cómo lo manejes. Yo como intérprete estoy pleno, creo que he tenido una gran suerte en mi vida, en una vida que me trata bien porque creo que también se me devuelve lo que siembro. En mi vida artística estoy muy pleno. No tengo frustración, ni carencia. Ahora me divierte mucho más dirigir, ofrecer lo que creo que necesitan de mí. Creo que soy más feliz ahora desarrollando mi talento, proyectándolo a lo demás.



–Conferencias, clases magistrales…, ¿cuánta didáctica cree que debe ofrecer el flamenco?



–Pues toda la que se pueda, sin duda, porque si queremos que el flamenco sea realmente algo universal, y no porque lo diga Unesco, tenemos que abordarlo desde lo más sencillo. Así que didáctica, toda la que se pueda.



–¿Con cuántos egos tiene que enfrentarse un director artístico?



–Bueno, yo traduzco el ego como inseguridad. Uno cuando está seguro de sí mismo no requiere de nada más, cuando se está inseguro es cuando surge el ego. No lo entiendo como soberbia y ahí entra mi factor ayuda. Yo me conozco mucho a mí mismo, he tenido que pasar por el desierto alguna vez, y eso te hace entenderte a ti y ver lo que necesita el que está enfrente. Siento una gran pasión por Flamenco Madrid, me hace trabajar más de lo que debiera pero yo lo entiendo de forma sana, como una recompensa.

Facebook
Twitter
LinkedIn
M. Isabel Rodríguez Palop

M. Isabel Rodríguez Palop

Una apasionada del Flamenco.

Relacionados

Post's relacionados