EN CORTO:
“El flamenco fue mi primera emoción musical; diríamos que yo empecé con él, pero nunca el flamenco me ha impedido sumergirme en otros géneros, amarlos, investigarlos o sentirme capaz de abordarlos”
“Necesitaba sentirme envuelta de buenas personas y de gente que respeto y me respeta”
“Me parece bonito que la gente comulgue con mi manera de sentir la música”
ENTREVISTA A MAYTE MARTÍN, cantaora
Siempre he buscado la comunión con el arte y mis principios. ‘El flamenco es mi origen, no mi yugo’. Es la carta de presentación de Mayte Martín (Barcelona, 1965), la cantaora que ha permitido, a lo largo de tantos años de carrera, que los cantes y canciones le atravesaran por el corazón y el alma, y que nos sobrecogiera a los demás con su forma de entender el flamenco y la vida. El próximo 22 de agosto estremecerá en concierto, a los aficionados que disfruten de su suave sabiduría en los Jardines del Museo Casa Pedrilla en Cáceres, con su nuevo disco: ‘Tatuajes’. Una marca indeleble, en formato de cuarteto (voz, piano, contrabajo y batería) para todos aquellos que se dejen llevar por este viaje sensorial y emocional.
Presenta ‘Tatuajes’, su nuevo disco, ¿Cuáles son los de Mayte Martín a lo largo de tantos años de carrera?
Bueno la verdad es que el repertorio de ‘Tatuajes’ son las canciones que desde muy jovencita he escuchado y se han instalado en mí. De todos los géneros porque a mi me ha gustado la música buena sea del género que sea por lo que el repertorio contiene muchos géneros diferentes. Por un lado, canción italiana, francesa, latino americana… canciones como ‘Gracias a la vida’, ‘Te recuerdo Amanda’ o ‘El breve espacio en el que no estás’
‘El flamenco es mi origen, no mi yugo’. ¿Va la respuesta por delante, ante la pregunta de por qué ahora boleros?
Si, un poco es la base que explica cómo me comporto y me muevo dentro del mundo de la música. Esa libertad con la que me muevo y que también explica que empecé con el flamenco y al poco tiempo, comencé a escuchar a otras músicas que me atraparon de la misma manera. El flamenco fue mi primera emoción musical; diríamos que yo empecé con él, pero nunca el flamenco me ha impedido sumergirme en otros géneros, amarlos, investigarlos o sentirme capaz de abordarlos.
¿Por qué le apetecía hacerlo ahora?
‘Tatuajes’ era un proyecto que yo soñaba; ese “algún día lo haré” pero como siempre hago las cosas… tengo ideas, se quedan ahí, y la vida es la que decide en que, momento le meto mano a todos esos proyectos. Necesitaba rodearme de mis compañeros de música de toda la vida, los que me acompañan en este concierto lo son desde hace 30 años: Nelsa Baró, piano y arreglos; Guillermo Prats, contrabajo o Vicens Soler, percusión. Son amigos. Tenía esa necesidad, después de tropiezos con personas que me han rodeado en el mundo artístico, de sentirme protegida y arropada. Necesitaba sentirme envuelta de buenas personas y de gente que respeto y me respeta.
¿Cómo está siendo la respuesta del público?
Muy, muy bonita y gratificante. ¡La gente es increíble! todos estos temas son canciones icónicas para todo el mundo que ama la música, y está siendo una experiencia muy emotiva, muy bonita. Cada vez que presento un tema siento la agitación del público, el gusto por escucharlo, homenajear a ese compositor y celebrarlo. Es muy bonito porque es un momento de mucha complicidad con el público. Cada vez hay menos gente que le gusta el flamenco, en términos generales, y más gente que le gusta tu manera de hacer las cosas moviéndome en el género que me mueva en cada momento. Esto es lo más bonito que te puede pasar que, independientemente que les guste el flamenco o no, vayan a ver a Mayte Martín. Me parece bonito que la gente comulgue con mi manera de sentir la música.
¿Cuántas pieles tiene un artista?, ¿Cuántas veces ha necesitado mutar para volver a construirse?
Pues muchas porque yo la verdad es que siempre he seguido un camino difícil: el de ser fiel a mí misma. Siempre he hecho lo que he querido y nunca, pensando en el fruto que iba a dar, o cuántos discos o público iba a tener. Siempre he buscado la comunión con el arte y mis principios. Con mis deseos y mis inquietudes en cada momento y eso implica dificultades para afrontar la parte en que tú te tienes que mantener haciendo lo que haces, y es difícil hacerlo cuando no atiendes a los reclamos de la industria. Siempre he ido a mi aire atendiendo, solo, a los reclamos de mi corazón. A veces me he sentido muy sola e incomprendida por esa razón. Desde hace un tiempo, lo que he hecho, ha sido deshacerme de las personas ante las que tenía que justificarme por hacer las cosas como las hago; con mi forma de estar en el arte. Lo he conseguido. Siento, que lo de dentro y fuera, están cada vez más en armonía. Ha sido muy importante encontrar a mis compañeros de viaje; a Isabel, que lleva mi carrera o a José Gálvez, en mi faceta flamenca. Hay que ser más selectiva, y elegir cada vez mejor de la gente que te rodea asegurándote que respetan y te entienden.
A lo largo de su carrera su forma de cante y de cantar siempre se ha mostrado desde la serenidad, ¿ha sido su forma de vida?
Al menos, ¡eso he intentado! Claro que hay momentos en los que vienen cosas difíciles y se pierde un poco esa paz, pero por lo menos, yo me siento en paz conmigo mismo. Siempre he intentado estar y transitar la vida de acuerdo con mis principios, y estando conforme con mi manera de estar en el mundo y eso al final lo que da es serenidad. Estar en paz contigo.
¿En qué ha cambiado el flamenco para bien y para mal, a su juicio, a lo largo de los años?
Bueno, la música en general, y el flamenco también. Ha cambiado para mal porque cada vez el artista, en lugar de dedicarse a atender, a utilizar su don, ponerlo al servicio del arte, lo pone a servicio de lo mercantil y la industria. Esto hace que el arte se desvirtúe. Entonces, bueno, pienso que antes la industria estaba al servicio del artista y ahora es al revés, por lo tanto, es un clarísimo declive de la razón artística.
¿Qué le queda por hacer?
¡No se! Voy teniendo ideas, como en su momento fue ‘Tatuajes’ que al cabo de años se ha realizado. Ahora estoy grabando un disco de flamenco, después de 25 años sin grabarlo. Creaba, pero no las dejaba grabadas. Estoy dedicándome con todo mi corazón a que sea un disco bonito que refleje mi evolución como artista y cantaora, y lo que me vaya pidiendo el corazón en cada momento. Recoge todo lo que he creado en estos 25 años en un disco doble.
¿Qué es lo más difícil de la vida de un artista?
No lo sé. Tengo una vida de artista un poco singular porque la gente está permanentemente viajando de aquí a allá, y yo no tengo ese ritmo, no tengo esa manera de funcionar. Procuro coger todo con la pila cargada, con ganas, con deseo, sorpresa y emoción. Procuro no llegar nunca al hastío, de tener que llegar a al ahorrar energía porque al día siguiente tengo otro concierto… mi concierto en Cáceres no lo voy a hacer pensando que al día siguiente tengo otro en Vejer.
Lo más difícil es reciclarse de un concierto a otro. Procuro pasar el máximo tiempo posible de silencio y soledad, porque pongo mucha energía en cada uno de ellos. En mi caso, es lo más difícil. Llenarme para volver a vaciarme.
¿De qué color es el cante de Mayte Martín?
Mire, hace unos años era un poco gris y creo que mi evolución ha consistido en aligerar y colorear, si hablamos en estos términos. Ahora es más arco iris que hace un tiempo. Es más despojado, menos controlado. Diríamos, que he ganado un poco en espontaneidad.
¿Qué es lo más triste del éxito?
En mi éxito no hay nada triste porque es fruto siempre del manejo de mis tiempos, voluntades, y de los que me da la gana en cada momento. En mi éxito no hay tristeza, en el de los demás, no lo sé. Si consigues éxito a costa de ti, de tu voluntad, de las renuncias a ti mismo, ese si me parece triste; pero el mío, sea pequeño o grande, siempre es un éxito feliz.
