Apenas dos semanas le quedan a Rodrigo Fernández Pegado, guitarrista (Badajoz, 1991), para enfrentarse a la finaI del V Certamen Andaluz de Jóvenes Flamencos, después de haber pasado varias fases de selección en Málaga, Sevilla y Almería. No es la primera vez que se enfrenta a un reto con el que sin duda podrá seguir escalando peldaños en el mundo del arte. Becado por la Diputación de Badajoz, este guitarrista sigue luchando por conseguir hacerse un nombre en este mundo tan personal, tan técnico y tan intuitivo que se hace casi imposible, valorar o determinar ‘claves infalibles’ con las que alcanzar el éxito.

Las seis cuerdas le han marcado desde niño, al igual que su tío, Sergio López, fotógrafo flamenco, que le acompaña en esta entrevista. Él asegura que es «un valor en alza», y Rodrigo se mantiene en silencio. No sabemos si por pudor, o por ese ‘trabajo extra’ que les supone a los artistas expresarse sin una guitarra, sin una caja. Sin el escenario.

-La gran final, en el teatro Central de Sevilla el día 21 de Junio. ¿Se siente preparado?

-Creo que nunca uno se siente ‘totalmente’ preparado. Siempre hay nervios, tensión, responsabilidad, aunque pienso también que son este tipo de factores los que le dan un puntillo al flamenco, ya que te hacen sentir vivo. Participamos dos finalistas en cada modalidad: cante, baile y toque. Eso es bueno, porque a pesar de ser una final, el ‘sentirse acompañado’ de alguna manera, ayuda a tranquilizar los nervios, aunque están ahí. Estaré bien acompañado por mi buen amigo Paquillo ‘El Levita’ al cante, Tania Gallego y Jesús Ortega a la palmas. Rodearte de tu gente te da alegría. Aparte del premio en metálico, los ganadores tendrán la oportunidad de actuar en diversos espectáculos flamencos como, ‘Flamenco viene del Sur’ o en la Bienal de Sevilla del 2014, entre otros. Eso implica poder llegar a los grandes escenarios de las principales capitales andaluzas.

-En la modalidad de guitarra flamenca las pruebas han sido de acompañamiento al cante y solista y han participado 37 guitarras de las ocho provincias de Andalucía…

-Si, han sido tres fases, y con mucho nivel. La primera de ellas, en Ardales, un pueblecito de Málaga en el que se disputaba la semifinal para representar a Sevilla en el concurso. Por decirlo de alguna manera, el concurso se divide a su vez en dos concursos, uno en cada provincia. La siguiente fase fue en Villanueva del Ariscal, en la que obtuve el primer premio para representar a Sevilla y la semifinal en la que se disputaba la final entre las ocho provincias tuvo lugar en Almería. La final toca en Sevilla, en el Teatro Central, el 21 de junio.

-Ya vivió otro reto hace algunos años con la beca que otorga la Diputación de Badajoz, ¿qué supuso para usted?

-Sí, me hizo mucha ilusión ya que ganarlo me permitía abrir otras puertas. Me ha permitido estudiar en Madrid, con la gran suerte de hacerlo al lado del director de la Academia Amor de Dios, Joaquín San Juan y en la que he podido acompañar a bailaores como ‘La Tati’ o ‘El Güito’. Allí conocí al guitarrista Enrique de Melchor, que me dio una de sus últimas clases. He tenido la oportunidad de rodearme con artistas como Tomatito, Rafael Riqueni o ‘Paquete’ entre otros.

-Con ocho años comenzó a estudiar arpa y a los diecinueve ya estaba formado en guitarra clásica, ¿era dedicación al flamenco o a la música en general?

-Bueno, la verdad es que yo empecé a tocar la guitarra de las manos de mi padre, a los cinco años, en una escuela privada y a los ocho años me «alistó» en el Conservatorio de Badajoz, allí estudié once años guitarra clásica con Enrique Molina hasta terminar el grado profesional. Pero no podía parar de tocar flamenco, desde que me inundó solo había mundo para la guitarra flamenca. Debo reconocer que me encantan otros estilos de música, como el jazz y las músicas del mundo, pero el flamenco es mi pasión.

-¿Qué tienen las cuerdas a la hora de expresarse?, ¿alguna vez intentó llevar el flamenco al arpa?

-No, no he intentado llevar el flamenco al arpa, pero me has dado una idea (se ríe). Bueno, las cuerdas tienen nailon y carbono y sirven para estudiar, pero lo que pone peso al asunto es lo que sientes por dentro y el ambiente que te rodea, pienso yo.

-¿Le gusta la fusión en el flamenco?

-Hombre, ¡esa pregunta me la sé! (se ríe de nuevo). Creo que hoy día a la mayoría de los guitarristas flamencos les gusta la ensalada mixta y a mí, por supuesto, me gustan las ensaladas y el picadillo de tomates. Respetando siempre el flamenco, hay a quienes les gusta la paella con guisantes y a quienes no. Me gusta la fusión del flamenco con otras músicas como por ejemplo el jazz (paso buenos ratitos con mi buen amigo Tino), pero me tira mucho también el flamenco hondo.

-¿Qué aporta la juventud a la guitarra?

-Aporta una vida nueva.

-Ésta es obligada, ¿por qué ‘Niño de la Encina’?

-Pues esta es buena. Hace ya años, cuando me inicié a acompañar al cante con Joaquín Expósito, el ‘Niño de Badajoz’, surgió de esas reuniones eso de: el ‘Niño de la Encina’, que vino por parte de Joaquín y de mi padre, ya que soy socio de la peña flamenca ‘La Encina’. Pero el niño crece (se ríe).

-¿Qué quiere aportar al mundo del flamenco?

-Todo lo que pueda ser yo. Ahora estoy grabando una maqueta con mucha ilusión y composiciones mías, con aportaciones de cante y otros instrumentos como viola, bajo eléctrico, batería., quiero crecer junto al flamenco.

Artículo publicado en: http://www.hoy.es/v/20130608/sociedad/quiero-crecer-junto-flamenco-20130608.html