“Mi intención es poder captar no aquello que veo sino cómo lo veo”

EN CORTO:

“Fueron los insectos los que me enseñaron a fotografiar con velocidad y precisión, y los que me llevaron a atreverme con la fotografía deportiva”

“Apurar la técnica de la mirada indirecta nos puede ayudar a superar barreras inimaginables”

“El truco está en aprenderse las reglas para, una vez aprendidas, romperlas para conseguir el resultado que buscas”

Entrevista a PILAR SILVESTRE, fotógrafa especializada en documental de deportes y viajes

A Pilar Silvestre (Barcelona, 1962) le devolvió la memoria la fotografía. Tras un grave problema de estrés por la imposible conciliación de horarios laborales con la vida personal siendo, además, madre soltera, se vio afectada la parte de la corteza prefrontal de su cerebro. Una zona, particularmente vulnerable, al efecto del estrés prolongado y la depresión. Perdió la capacidad de solucionar problemas, la memoria, el vocabulario, la concentración y la capacidad de comprensión lectora y orientación “por lo que me perdía al salir a la calle y caí en una agorafobia que tardé 7 años en poder solucionar”. Hoy, día 19 de agosto cuando se conmemora el Día Internacional de la Fotografía, (se estableció para conmemorar el registro de la patente del daguerrotipo por el artista francés Louis Daguerre), Pilar Silvestre es el ejemplo de que la captura de imágenes va más allá de lo que se ve a través de una cámara fotográfica, y de lo que los demás, podemos llegar a sentir y comprender a través de esas capturas. Las vocaciones, bien entendidas, la voluntad y el coraje de dejarse llevar por el corazón nos encauza y nos devuelve a la auténtica felicidad. Por eso la fotografía, a Silvestre, le salvó la vida. Colaboradora habitual en proyectos de Fujifilm entiende la calle como una plasma de cotidianidades donde “transformar los momentos rutinarios en momentos extraordinarios”. Una forma de mirar y de vivir, en la que profundizamos en esta conversación, para descubrir lo realmente importante: lo que se encuentra, justo detrás, del objetivo de la cámara. Pasen y lean.

La fotografía entró en su vida como parte de la terapia para recuperar la memoria tras un grave problema de estrés…

En el año 2005 sufrí un episodio de estrés agudo, algo que arrastraba desde hacía algunos años, pero del que no me trataba, ¡era normal!, me decía, ¡puedo con todo y con más! Y así comenzó todo…, tenía un diagnóstico de depresión mayor y EPT con clínica aguda y sin respuesta a la medicación, por lo que mi psiquiatra me ofreció la posibilidad de intentarlo practicando el dibujo, la pintura, la escritura a mano etc. actividades que ayudan a recuperar estados cognitivos. Por algún motivo le dije, que lo intentaría con la fotografía. Me compré una cámara por internet y empecé a practicar desde dentro, desde mi casa, con flores y plantas. Conseguí aprender a fuerza de prueba/error porque no podía consultar manuales, no gestionaba lo que leía. Poco a poco fui buscando más dificultades a la hora de fotografiar. Fueron los insectos los que me enseñaron a fotografiar con velocidad y precisión, y los que me llevaron a atreverme con la fotografía deportiva.

¿Qué es para usted la fotografía después de todo lo vivido?

Representa mi herramienta de expresión, la que me ayuda a abrirme camino en los momentos más difíciles; se ha convertido en el núcleo alrededor del cual gira mi vida, ya sea haciendo fotografías, que no necesariamente las hago a diario, leyendo libros, o aprendiendo sobre la luz, composición, el color o el blanco y negro. La fotografía es la que me ayuda y decide mis destinos vacacionales porque siempre pienso en mis proyectos fotográficos; es la que me sigue sirviendo de terapia y gracias a la cual he pasado, de no hablar por no tener vocabulario, a poder dar charlas sobre este tema de cara al público, eso sí, sigo siendo incapaz de leer una novela, solo me ocurre con temas fotográficos

Sus fotografías deportivas están llenas de plasticidad y expresividad, congelan, en el momento preciso, saltos en el aire; cuerpos en tensión llenos de elegancia, ¿qué piensa cuando se pone tras su objetivo?

Mi intención es poder captar no aquello que veo sino cómo lo veo. Lo que me ha llamado la atención de repente y fotografiarlo, sin siquiera buscarle un sentido fotográfico. Quiero captar aquello que por algún motivo me ha hecho girarme dos veces, o bien me haya evocado a algún momento de mi vida. No busco la foto perfecta técnicamente, según los paradigmas fotográficos, sino la foto perfecta para mí. Evidentemente transmitir o no a terceros es importante, pero, cuando usamos una fotografía personal sin entrar en géneros, más de autor, podría pasar que terceros, de primera, no pudieran entender hasta ver tu fotografía englobada dentro de una serie o proyecto y es entonces cuando empiezan a comprender que no se trata de buscar la fotografía perfecta, sino aquella que permite expresarte.

El blanco y negro forma parte de su lenguaje fotográfico, ¿qué le aporta a su mensaje?

El blanco y negro fue un revulsivo en mi fotografía deportiva, una forma de rebelarme contra lo establecido. No quería proyectar lo mismo que mis compañeros, cuando nos cerraban los accesos, dejándonos una zona limitada para poder hacer fotografías en piscinas e instalaciones.  En el Mundial del 2013 de Natación me encontraba rodeada de fotógrafos con cámaras, mucho más potentes que la mía, que tenían una ráfaga infinita. Yo me preguntaba…, ¿dónde está la gracia cuando incluso sin querer no te vas a perder el momento? Fotógrafos de agencia que cada cuatro años les envían a un evento de deportes acuáticos, minoritarios, y que por ende no entienden…ellos son más de fútbol o básquet y, evidentemente, la ráfaga lo solucionaba todo. En ocasiones en partidos de waterpolo los veía tirando a ráfaga todos a la vez y yo miraba al agua y me preguntaba …, ¿Qué ha pasado que justifique la foto? Nada.  Al final el resultado de todos era muy parecido y no daba mucha oportunidad a la expresión personal o a la creatividad. Haciendo fotos de natación, empecé a desviar mi objetivo, del objetivo común de todos. Me empecé a fijar en cuando el nadador salía del agua, cuando se ponía el gorro, cuando se preparaba, en los actos previos o posteriores a la competición en sí, una forma de dirigir mi cámara en sentido contrario a los demás. Ahí vi la luz, el contraste, como una foto sin ser del momento competitivo también puede transmitir como foto deportiva: pasé a blanco y negro buscando esa incidencia en lo que a mí me interesaba y lo conseguí. 

Fundó el colectivo Street and Candid Photography Group, uno de los más activos en fotografía de calle, ¿por qué el salto de la fotografía deportiva a la de calle?

La fotografía deportiva y la fotografía de calle van bastante ligadas, no son pocos los fotógrafos que han pasado de una disciplina a otra, Trent Parke por ejemplo…, adquirir la rapidez necesaria al fotografiar para poder capturar el momento, el ángulo, la luz, la elección de los fondos son temas coincidentes. Con la fotografía deportiva salía de casa solo los sábados y me refugiaba en la piscina que era como mi segunda casa…, tenía que salir a la calle como fuera, pisar asfalto y enfrentarme a mis fantasmas, y la opción fue la fotografía de calle. Para mí era la disciplina fotográfica más difícil de todas, la que más me haría trabajarme, cognitivamente hablando, y la que me facilitaría superar la fobia social que conlleva la agorafobia de forma definitiva. Apurar la técnica de la mirada indirecta nos puede ayudar a superar barreras inimaginables. A partir de ahí fundé el grupo Street & Candid en 2012, un rincón en Facebook donde intentamos dar a conocer esta disciplina que equivocadamente se cree que, consiste en salir a la calle a pasear con una cámara fotográfica y fotografiar todo lo que se pone a nuestro alcance, esto es un error. La fotografía de calle necesita de oficio, de estudio, de comprender su dinámica para no equivocarse, implicación en métodos compositivos y transformar los momentos rutinarios en momentos extraordinarios.

¿Cuáles son los elementos básicos para convertirse en un buen fotógrafo?

Para mí un buen fotógrafo no es el que necesita de artilugios como Photoshop para hacer una fotografía vistosa e incluso casi irreal. Creo que lo más importante es el acto fotográfico en sí; aquella fotografía que sale de cámara porque tú decides que es lo que quieres mostrar solamente porque necesitas transmitir y que, cuando lo consigues, eres feliz con el resultado. El truco está en aprenderse las reglas para, una vez aprendidas, romperlas para conseguir el resultado que buscas.

Facebook
Twitter
LinkedIn
M. Isabel Rodríguez Palop

M. Isabel Rodríguez Palop

Una apasionada del Flamenco.

Relacionados

Post's relacionados

La grandeza de lo sutil

“El que va conmigo y yo”, y allí estuvieron todos.Juan Carlos Romero nos abrió las puertas, y los devotos que asistíamos a ese gesto de generosidad

Farruquito, y las costuras

Es indiscutible la capacidad del maestro. Irrebatible, la raza, el compás, la nacencia, la intuición y el virtuosismo. Valga por delante. Si “Recital de baile”