«El disco es la puerta para conseguir conciertos que es de lo que se puede vivir»
No todos pueden vivir del arte, ni todos pueden conseguir que el esfuerzo y el trabajo se conviertan en un proyecto tangible, pero Pablo Martínez trombonista y cantaor murciano se lo ha propuesto. Junto con el resto de componentes de su banda Pablo Martínez Flamenco-Jazz Band han puesto en marcha una campaña de «crowdfunding» para que su trabajo ‘De madrugada’ vea la luz. En verkami.com podemos colaborar con ellos. Una agrupación que une jazz y flamenco y que el propio célebre intérprete de jazz, Jorge Pardo ha definido como «gente que hace arte del bueno». Ahora, solo queda poder escucharles.
–Este proyecto de «crowdfunding» ¿es la muestra de lo mal que está el mundo de la música?
–Yo no diría que es la muestra de lo mal que está el mundo de la música ahora, pero si, de lo mal montado que estaba antes. Ahora un proyecto no sobrevive de subvenciones, sobrevive si tiene el apoyo del público. En el caso de músicas como el jazz y el flamenco, que son las que yo hago, es aún más complicado poder salir adelante que en otros estilos con un público mayoritario. De cualquier forma nadie vive ya de vender discos. El disco es la puerta a conseguir conciertos que es de lo que se puede vivir. Por eso nosotros hemos tenido que recurrir al «crowdfunding» como prueba de fuego para conseguir un público que apoye el proyecto en primera instancia, cuando queremos sacar ese disco que nos pueda abrir la puerta.
–Ya lleváis más de 2.400 euros, ¿cuánto os hace falta?
–El objetivo de la campaña son 3.000 euros que van destinados a cubrir gastos de mezcla y masterización del disco, así como la tirada de las copias. Quien decida colaborar con el proyecto puede hacerlo mediante tarjeta de crédito, débito o «Paypal». Solo tiene que entrar en vkm.is/demadrugada, elegir una de las recompensas que ofrecemos y hacer el aporte. Son dos minutos en total. Ese aporte se suma a la cantidad que llevemos en ese momento y se le cobrará sólo si hemos llegado al objetivo fijado a día 13 de Junio, que es cuando finaliza la campaña. Si conseguimos llegar al objetivo antes de lo previsto, aún se podrá seguir aportando hasta ese día, y ese dinero servirá para hacer más copias del disco de las previstas y sufragar otros gastos que en principio cubriríamos nosotros, como son el diseño del disco o los costes de distribución.
–El Conservatorio de Amsterdam consiguió unir a los cinco componentes de vuestro grupo, ¿te costó aportar tu vena flamenca?
–Tres de los músicos de la banda vienen del jazz o del soul y no estaban demasiado familiarizados con tocar flamenco, pero la verdad es que fue muy fácil que entraran de cabeza en este otro mundo. El proceso de montar los temas que forman el disco fue muy orgánico y natural, y eso se ve reflejado en el sonido de la banda.
–El guitarrista flamenco holandés Jeff Heijne, Lluc Casares, saxofonista catalán, Joan Comaposada, al bajo eléctrico y el baterista Joan Terol, ambos también de Cataluña. ¿Cómo consiguieron el maridaje entre flamenco y jazz?
–La fusión o el ‘maridaje’ como usted dice se consigue conociendo muy bien las dos cosas que quieres fusionar. No tiene más misterio, ni menos. Yo conozco el cante de los antiguos y conozco también el lenguaje del jazz, así que no es ni más ni menos que hablar dos idiomas y convertirlos en uno solo. Ya sé que esto suena muy romántico, pero en la práctica lo que ocurre es que la fusión está en el que toca y conoce los dos lenguajes, no se puede distinguir donde está la línea que dice que lo que está tocando es jazz o es flamenco o qué se yo. A mi me pasa esto cuando escucho por ejemplo a Jorge Pardo, uno de los maestros de esta fusión que por cierto colabora en un tema del disco.
–Todo comienza en 2012 con tu llegada a Amsterdam, y solo tres años después ya hablamos de, por ejemplo, el segundo premio en la semifinal «Keep An Eye International Jazz Award 2013», ¿tan fácil os ha resultado llegar al público?
–Bueno, en aquel concurso resultó que casi todos los grupos que se presentaron hacían jazz moderno y lo nuestro fue como un soplo de aire fresco, tenga en cuenta que aquí en Holanda, no hay casi grupos que hagan la música que nosotros hacemos. En España las veces que hemos tocado, la verdad es que el público siempre ha quedado muy contento y hemos recibido buenas críticas también, lo cual es casi un milagro. A ver si nos sigue acompañando la suerte y el público también en este proyecto de «crowdfunding» que es lo más inmediato, y porqué no, en futuros proyectos.
–Háblenos de su trayectoria musical…
–Pues yo soy de un municipio de Murcia que se llama Bullas y cuando era pequeño, mi padre que es músico también, me apuntó a la escuela de música del pueblo a estudiar trombón y piano. Y de ahí al Conservatorio de la región donde terminé grado medio de piano y grado superior de trombón. A Amsterdam vine en septiembre de 2012 a estudiar un máster en trombón jazz porque el Conservatorio de aquí es de lo mejor de Europa y por el ambiente musical de la ciudad. Por todo un poco.
–¿Cómo surgió la necesidad de formar el grupo?
–Surge de la necesidad que yo tenía de hacer algo de flamenco aquí en Amsterdam y en definitiva, de la necesidad de hacer mi música y lo que me gusta. La vida de músico ‘sideman’ está muy bien, pero hay gente que necesita también hacer lo suyo para no caer en la monotonía. Si caes en la monotonía como músico estás perdido.
–¿De donde nace su vena flamenca?
–El flamenco se dice que se lleva en los genes, y en mi caso mi vena flamenca viene de mi tío-abuelo Juan que era guitarrista flamenco aficionado y acompañaba a cantaores aficionados también. Mi abuelo me cuenta que se iban mi padre, mi tío Juan y él de reunión flamenca a La Alberca a escuchar al ‘Tío Maeras’, y otros cantaores que había por allí. En mi casa siempre ha habido mucha música.
–¿Cuales son sus referentes?
–Mis referentes son de todo tipo: desde Paco de Lucía y Camarón a John Coltrane, pasando por ‘Tío Borrico’ de Jerez, Fernanda de Utrera, Duke Ellington, Charlie Parker, Miles Davis, Antonio Mairena, Juan Talega, Clifford Brown, Thelonious Monk, J.J. Johnson o Juan Moneo ‘El Torta’, por nombrar algunos, y por supuesto Jorge Pardo, que encima es mi amigo y he tenido la suerte de tocar con él.
–¿Qué le aporta el jazz al flamenco y viceversa?
–Yo creo que el jazz al flamenco le aporta, en primer lugar, algo tan inherente al ser humano y que en el flamenco estaba un poco olvidado, como es la improvisación. También le aporta, desde mi punto de vista, riqueza armónica, de hecho Paco de Lucía es el primero que incorpora cosas de la guitarra jazz a la guitarra flamenca que hoy parece que vienen de siempre, pero no es así. El flamenco antes de Paco eran cuatro acordes cómo él mismo explicó alguna vez. El flamenco le aporta al jazz frescura, jaleo, viveza, otros colores armónicos y melódicos también y por supuesto, sabor.
–¿Entienden de flamenco en Holanda?
–Más de lo que me pensaba. Hay mucho enamorado del flamenco que se ha preocupado de aprender a tocar la guitarra o a bailar, en algunos casos de manera excelente. Lo que no hay aquí es cante, supongo que eso sí que es algo con lo que no se atreven todavía, aunque yo soy de la opinión que cualquier persona con talento puede hacer lo que se proponga con esfuerzo y dedicación. El tema de razas o de ser de aquí o de allá debería de estar superado ya.
–Cuando escucha al componente holandés de su grupo tocar flamenco, ¿suena diferente?
–Suena flamenco. Es un enamorado de esta música y suena muy flamenco, de verdad.
–¿Aporta la guitarra holandesa a la española flamenca?
–Pues habría que preguntarle a los guitarristas españoles si conocen a alguno de los de aquí. Yo conozco algunos guitarristas flamencos de Holanda que tienen discos de solista en el mercado, así que eso ya es aportar algo al mundo de la guitarra flamenca.
–¿Ha sido difícil hacerse oír, a todos los niveles?
–No es difícil hacerse oír, lo difícil es hacerse escuchar. Para oír no hace falta la voluntad, para escuchar sí.
–¿Qué planes de futuro tiene como músico y como componente del grupo?
–Pues mi futuro más próximo con el grupo se basa en poder sacar el disco si conseguimos completar el proyecto de «crowdfunding» y a partir de ahí intentar moverlo en directo donde nos quieran contratar, ya sea en Holanda, España o Japón si hace falta. Cómo músico mi plan de futuro es llegar a mi máximo nivel como intérprete y de transmisión. Ya lo dijo Camarón: «el flamenco no tiene ná más que una escuela: transmitir o no transmitir».
–¿Qué es lo que más echa de menos musicalmente de España?
–Algunos ratos de puro arte que suceden de imprevisto. Aquí eso es más raro, hay menos duende. Por otro lado no echo de menos que no se nos trate a los músicos como profesionales que somos. Que no se valore todo el esfuerzo que supone estar toda tu vida ligado a un instrumento, las horas que hay detrás, el sacrificio. ¿En qué otro oficio empiezas a dedicarte desde niño?, en ninguno nada más que en la música y el baile.
–¿Cómo se alimenta de flamenco tan lejos de la raíz?
–Hoy en día está todo en internet, para bien o para mal. Yo escucho todos los días el cante de Chocolate o de La Paquera si quiero, lo cual está bien para aprender. Ahora, la experiencia de un cante a un metro de ti, no se puede simular por internet.
–Le dejo la pregunta de la anterior invitada, Celia Romero: «¿Cómo ve según su punto de vista la afición al flamenco actualmente?
–Yo creo que la afición al flamenco (hablo de flamenco serio, no de ‘flamenquito’) se encuentra en el mismo punto de siempre: le gusta a un público muy minoritario y es difícil que salga de ahí por la enjundia que esta música posee, que no la hace digerible para el gran público que busca música ‘facilona’ y en la mayoría de los casos, carente de emoción.
Artículo publicado en: http://www.elperiodicoextremadura.com/m/noticias/badajoz/pablo-martinez-musico-el-disco-es-puerta-conseguir-conciertos-es-puede-vivir_874315.html