Este sábado pasado tomó posesión el nuevo presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara . El acto, que se celebró en el conocido como Patio de Los Naranjos de la Asamblea de la región, estuvo abierto a todo el público que quiso acercarse a ser testigo de que en la política: la austeridad, la humildad y el servicio a los ciudadanos es algo más que un gesto de intenciones. Personalmente aplaudo la elección del lugar, y sobre todo de lo que se quiso transmitir, pero por supuesto también el hecho de que el presidente eligiera para ese día tan importante, flamenco. Las guitarras de Joaquín Muñino y Juan Manuel Moreno , la percusión de José González , las palmas y coros del Fefo, Ismael Solomando, M José Chacón, Cristina Delgado y el cante de Manuel Pajares llevaron al himno de Extremadura a lo más alto que una letra, un cante y un compás pueden llegar a hacerlo. Himno soberano y cante autóctono en un día, siempre grande, en un sistema democrático.



Extremadura, tan humilde, tan ruda, tan solidaria y siempre tan castigada se hizo grande agarrando el flamenco por donde debe hacerlo: por la raíz, desde el conocimiento, la razón y la sapiencia. Se da la paradoja de que en la interpretación de ese himno tan flamenco y tan ‘jondo’ se unieron las dos provincias ya que los intérpretes eran tanto de Cáceres como de Badajoz. Otro acierto. Unión de intenciones para un día grande.



Manuel Pajares consiguió que el himno que recoge en su disco Extremajondura llegara a la política, también nacional, con aquellos que arroparon con su presencia a Fernández Vara en su toma de posesión. Se fueron con nuestro cante y con Extremadura un poco más cerca, y los ciudadanos, verdaderos protagonistas de todo esto, con el orgullo de comprobar que nuestro arte autóctono, el ‘ser extremeño’, el ser ‘normal’ y la política pueden tocarse con algo más, que la punta de los dedos. Enhorabuena Extremadura.



Artículo publicado en http://www.elperiodicoextremadura.com/noticias/extremadura/flamenco-presidencial_880429.html