David Silva Santos

«Si amas la música amas todo lo demás»

Alto, elegante y buen guitarrista. Impecablemente vestido y correcto, el guitarrista se hace aún más grande, (mide más de 1,75 ) cada vez que, en silencio, desenfunda la guitarra y se envuelve con ella. Son siete cuerdas, seis las del instrumento y una más. La que David Silva (Santa Marta de los Barros, 1954) después de todo lo vivido aporta con su experiencia, como aficionado y como testigo, a lo largo de estos años, de la evolución de nuestros cantes y de nuestra cultura. Pacense por los cuatro costados, intenta pasar desapercibido en las reuniones, y a pesar de la altura intenta que solo sea la guitarra la que hable por él. Hasta hoy. Hace una semana nos encontramos en una reunión con Tito Alejandro, él le acompañó con la guitarra y ya decidimos que no podíamos pasar, ni un sábado más, sin tenerlo en este rincón de arte.

«No se crea que me viene la afición muy de familia…, Juan Ramírez, un bailaor que acompañaba a Paco de Lucía, es primo segundo mío por dos veces, también una prima: ‘La Gitana India’ como la llamaban en Sevilla…»

-¿Pero guitarrista sólo usted?

-Que yo conozca de la familia, sí.

-Una rastrea los comienzos de nuestros cantes y siempre le encuentro, en toda la documentación tocando en la Plaza Alta.

-Sí, claro, es que mi primer recuerdo del flamenco es Juan Salazar, hijo del Porrina y también guitarrista, así que imagínese. Yo comencé en La Luneta vieja, en la antigua, a tocar. Ayer ví a Juan, a los muchachos y me fue entrando el gusanillo de la guitarra, y la verdad, siempre he estado vinculado a nuestros cantes, siempre hemos ido El Peregrino, mi compadre (Tito Alejandro, Alejandro Vega) y hemos estado siempre alrededor de esto.

-¿Quién le puso su primer acorde?

-Juan Salazar, lo escuché en ‘Los Navegantes’, un barecillo del casco antiguo y me gustó mucho. Ahí descubrí que era lo mío. Mi primera guitarra me la trajo mi hermano tras trabajar en la Costa Brava, así, tipo Peret. Luego me gané la guitarra, me la regaló, con 17 años, empece tarde…

-Pero alumno aventajado…

-Me ha gustado mucho y me sigue gustando mucho, y eso que en Extremadura hemos tenido que salir fuera, todos para salir adelante con la guitarra.

-¿Cuál es el secreto de un buen guitarrista?

-Ser uno mismo, porque yo soy guitarrista de oído, no de partitura y estudio. Ahora salen fuera a estudiar, ese sería también el secreto de la guitarra, la mediación de la escuela, pero nosotros somos de pureza, nadie nos dice, nos podrán poner una falseta como la nuestra, pero no, somos de oído, por eso digo que hay que ser uno mismo.

-Y qué agradece más la guitarra, ¿el oído o el estudio?

-No lo sé, creo que la superación está en el estudio, pero la pureza en nosotros, que decida el aficionado.

-¿Alguna vez se ha planteado ponerse a estudiar?

-Ufff, ya es tarde para mí con 58 años. -Desde los 17 años siempre ha acompañado en fiestas, en reuniones… ¿qué ha aprendido de ellas?

-Yo siempre estoy aprendiendo, la guitarra da a una persona, pero lo que más he aprendido es que la música amansa a las fieras. El que canta, el que toca la guitarra, el que baila… si amas la música, amas todo lo demás. Me ha dado mucha calma, mucha comprensión, mucha tranquilidad. Cuando doy una falseta, una nota, esa va conmigo, va con mi forma de ser.

-Entonces, ¿habrá una guitarra ‘David Silva’, una guitarra ‘El Nene’… ?

-Cada guitarra es el alma de cada uno, pero también está la inteligencia de las personas.. yo les llamo ‘sin clase’, hay también personas muy humildes, muy cerradas a lo suyo.

-¿Y la gente tan cerrada es capaz de transmitir?

-Sí, porque el flamenco y la guitarra sobre todo es tocar, y llevando un compás, tenga más o menos, más estudios o menos, no tiene nada que ver tocar y luego ser una persona muy torpe, o sencillamente mala. La personalidad no está reñida con saber tocar. Se toca, sí, y punto.

-Yo siempre digo que una mala persona nunca puede ser un buen periodista, ¿opina lo mismo respecto a su mundo artístico?, ¿una mala persona puede ser un buen guitarrista?

-Sí, sí puede serlo.

-Más de 40 años tocando da para muchos cuartillos, noches, y fiestas. Comparta con nosotros alguna memorable.

-Cuando empecé, ya llevaba unos tres años tocando tuvimos una fiesta con El Peregrino, Juan Salazar, Alejandro y yo. Iban dos guitarras y de pronto se presentó La Marelu y comenzamos a tocarle a ella. De la propia gente que estaban como invitados nos salió una fiestecilla. Uno de ellos nos invitó a su finca al día siguiente, y sin dormir, con las mismas nos fuimos a su cortijo. El hijo del Porrina, Juan, se partió la uña y no teníamos ‘superglu’, no había de esas cosas, así que dejó que yo tocara al resto. Yo empecé a batallar allí con ‘el Vega’, Marelu, con Juan cantando… fue una de las anécdotas que más me repercutió en mi vida, tocar entre esa gente sin a penas saber, me impresionó mucho.

-¿Y cómo salió la cosa?

-Muy bien, con estos señores de Valencia toreamos, cantamos, tocamos y nos pegamos hasta bien entrada la noche. Unos dos días de juerga.

-¿Han cambiado mucho las juergas?

-Sí, antiguamente nos íbamos a ‘la isleta’, al embarcadero, y nos pegábamos hasta las 5 o 6 de la mañana. En cualquier sitio se montaba una fiesta, en cualquier casa. Hoy en día ha cambiado con las libertades, va cambiando todo. Ahora utilizamos más el flamenco para el escenario y antes era más en la calle, en las casas, en las peñas, en los bares… porque antes el flamenco estaba más relacionado con las personas, entre nosotros estábamos más unidos. Antes se mantenían los valores en el cante, la guitarra, en las personas mayores. Hoy está casi perdido.

-Una primera figura en el flamenco, ¿nace o se hace?

-El diamante nace, en grupo luego se afina, se pule, pero sí nace.

-¿Cómo se reconoce a una primera figura?

-Por su forma de cantar, tocar, bailar… o si es de escuela.. En el caso de Badajoz fíjese en El Peregrino, que es una gran figura en España, es un gran amigo mío y lo aprecio mucho, sin estudios, conformista, analfabeto pero nació siendo bailaor macho.

-¿Qué significa bailaor macho?

-Que baila de piernas, que no es de brazos ni escuela. Es todo pureza.

-¿Qué aporta un gitano como usted a la guitarra?, ¿hay diferencia con los payos?

-Tenemos el pellizco. Cualquier falseta o punteo nosotros lo entendemos por igual, le ponemos el alma a esa flaseta. Cualquier cosilla que hagamos tiene eso que hace que nazca el ¡ole!, pero ese es el alma de la guitarra, el pellizco. Los compases influyen mucho, la forma de tocar…

-¿Cuál ha sido la figura que más le ha impresionado?

-Camarón. Lo vi en Mérida un año, pero no hablé con él. También El Cigala, El Guadiana, Porrina, nunca tuve conversación con él pero he estado en mismas fiestas, era muy sencillo, y cuando el abría la boca se ganaba a todo el mundo, con ese cante tan personal, su estilo y el bajo que tenía no lo hacía nadie.

-¿Que noche le gustaría vivir que aún no haya vivido?

-Una con mi familia, con mis nietos todos juntos, mis hijos, y tocar la guitarra para todos, pero todos juntos

-¿Tiene David Silva heredero?

-Le compré una guitarra a mi hijo, pero no llegó a gustarle, y las niñas no tocan no, pero sí les gusta el flamenco.

-Antes la guitarra la tocaban las mujeres…

-Sí, había una señora mayor que tocaba el punteado solo con el pulgar, yo la recuerdo.

-Se lo digo por sus hijas, que podían volver con la tradición..

-Ya, pero me hubiera gustado más que fuera el niño…

Artículo publicado en: http://www.hoy.es/v/20130413/sociedad/amas-musica-amas-todo-20130413.html

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M. Isabel Rodríguez Palop

M. Isabel Rodríguez Palop

Una apasionada del Flamenco.

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