‘Con letra de mujer’

Mirad, el flamenco como la vida, tiene conversaciones que merecen ser enmarcadas, y de eso habla esta exposición. De encuentros, de retratos hechos con palabras que se han ido gestando, en esas entrevistas que he realizado. Una selección, hecha con el corazón, aunque sobren las razones. Estos retratos, esta exposición, pretende dar a conocer el valor artístico de estas mujeres, payas y gitanas, más allá de la propia publicación, donde en un primer momento se conversó con ellas.

Por eso se acompaña de motivos color oro, que representan su arte; y se exponen como obras pictóricas, por el respeto y el valor que merece el camino trazado.

Siempre hablamos y homenajeamos a las mujeres históricas, tan necesarias, y a las que debemos tanto las que amamos el flamenco, siendo artistas o no, pero también, merecen reconocimiento las que se abren camino y van, paso a paso, letra a letra, haciendo un poco más grande, con sus nombres, con su trabajo, la propia historia del flamenco.

En esta exposición vamos a conocer, y también reconocer, a mujeres rompedoras, custodias del flamenco ortodoxo, buceadoras en ese laboratorio de ideas que también es el flamenco. Mujeres pioneras, artistas que han superado crisis personales y profesionales, únicas en su género, o que han conseguido romper otros techos de cristal que no siempre aguardan el perfil profesional.

Hoy, con esta exposición, conoceremos un poco más a Maui, por ejemplo, primera mujer gitana licenciada en violonchelo de su Utrera natal;  o artistas como la que hoy nos acompaña, Ostalinda Suárez. Un nombre, que no era con el que la bautizaron, pero que eligieron para nombrarla, ya que Ostalinda en romaní, significa ‘la más elevada, lo que alude directamente a la Virgen María’. Esta mujer, a la que doy las gracias por acompañarme en este momento tan importante para mí, junto a Vicky González y Sara Castro, es la primer mujer gitana licenciada en flauta travesera, del panorama europeo.

También vamos a conocer un poco más a Águeda Saavedra, la malagueña que encandiló en la ficción a Ava Gadner, y que enamoró al director de la serie ‘Arde Madrid’ Paco León, para interpretar a una bailaora habitual de esas fiestas de la España franquista;

O a Rosario ‘La Tremendita’ que con su disco ‘Delirium Tremens’ apuesta, como ella misma asegura, ‘por la libertad’.  Y se sube al escenario con una estética rompedora, medio rapada, con un mono de motorista, tocando la batería, la guitarra eléctrica, componiendo… y todo eso, sin olvidar sus raíces trianeras.

En definitiva, flamencas del presente escribiendo las letras del futuro del género. Ellas también merecen homenajes. Mujeres, ya consagradas y otras, que empiezan a convertirse en iconos del cante, del baile, o del toque. Porque el flamenco, es ajeno a modas cuando las modas le respetan. Porque el flamenco, se hace bien, o no se hace.

Antes de terminar quiero darle las gracias a El Periódico Extremadura. Gracias por abrirme, durante estos últimos 5 años, las puertas de su siglo de historia, y permitirme expresarme poniendole voz a estos artistas.

Gracias al ayuntamiento de Mérida, por su generosidad con las ideas de los demás, sensibilidad y buen hacer. A la Junta, por estar siempre. Y a mi familia, por acompañarme esta mañana.

Y al flamenco, el que respiro desde que era niña, al que le debo las enseñanzas de vida que me regala en cada momento, y a esos amigos, como los que hoy me acompañan, que tengo la seguridad que lo harán siempre. Gracias.