Ana Barba, cantaora

«El flamenco es más valorado fuera de nuestras fronteras»

Ana Barba (Arcos de la Frontera, 1979) es hija de una jerezana y de un arcense que ha vivido las zambombas desde niña. Con el flamenco de fondo fue creciendo hasta que estudiando magisterio en Granada decidió ser artista. Ahora, esta cantaora que no se arrepiente de vivir «bajo la inestabilidad económica, en vez de haberse sacado unas oposiciones» asegura ser una privilegiada por dedicarse a lo que le gusta. Nosotros también lo somos, porque podremos disfrutar de su arte durante estas fiestas en dos localidades extremeñas. En Navidad ofrecerá, lo que toca: unas populares zambombas.

Los próximos días 16 y 29 de diciembre llevará una Zambomba a la Peña Cultural Flamenca Ciudad de Llerena, y al Teatro del Centro de Asociaciones de Fuente de Cantos, ¿que podrán ver los aficionados?

Podrán ver y disfrutar de un repertorio muy variado y flamenco, tanto de letras navideñas populares de Arcos como de Jerez, religiosas y paganas. También habrá una pincelada de cante extremeño con las letras del guitarrista fuentecanteño Domingo Díaz, y por supuesto lo que aporten los asistentes, ¡porque espero contar con su participación!

¿Con qué criterio y por qué eligió al elenco que le acompañará?

Bueno, hace un año conocí a Manolín García, guitarrista de Fuente de Cantos, y desde entonces me lo llevo a todos lados (se ríe) es un pedazo de profesional y un chaval extraordinario. Yo estoy viviendo por motivos de trabajo de mi pareja en Cala (Sierra de Huelva) y por esta zona no conocía a nadie que se dedicara profesionalmente. Fue una suerte coincidir con Manolín, Ismael Solomando, que fue compañero mío en la Fundación Cristina Heeren y además amigo de Manolín. Vicky González es amiga de Nane Ramos que ha dado a luz hace poquito y por ese motivo no podrá estar con nosotros. Domingo Díaz es un guitarrista autodidacta y cantautor flamenco de Fuente de Cantos, que fue el primer maestro de guitarra de Manolín…, en fin, que todos somos amigos y hay muy buen rollo, que era mi idea principal para hacer el grupo. Luego, las voces de Ismael y Vicky ¡me encantan! Son jóvenes flamencos extremeños con una gran trayectoria y mucho compás, ya que los dos cantan al baile. Ismael cantó hace poquito a Rafael Amargo en Zafra, y Vicky ha trabajado con Esperanza Fernández.

¿Qué aprendió de niña que no aprendió de forma académica?

Aprendí a sentir el flamenco desde la emoción, contando lo que estoy cantando desde la espontaneidad y la naturalidad.

Cuando una llega a trabajar con figuras de la talla de Arcángel o Miguel Poveda, ¿se siente una más grande, o más «chica»?

Yo personalmente me siento mu chica (se ríe) cuando he tenido que compartir cartel con artistas de la talla de Arcángel, que además fue uno de mis maestros en la Fundación de Arte Flamenco Cristina Heeren, pero imagina lo que significa tener el privilegio de atesorar esa experiencia grabada para siempre. Normalmente esos grandes artistas y maestros que admiramos suelen ser gente muy normal y humilde y eso es maravilloso, luego este tipo de experiencias motivan para seguir aprendiendo y defendiendo lo que hace cada uno.

También colabora con la bailaora extremeña Manuela Sánchez, concretamente en su última obra «Quijote Extremeño», ¿qué se aportan mutuamente?

Para mí ha sido una suerte conocer a la bailaora Manuela Sánchez. Es un ejemplo de mujer luchadora, trabajadora y emprendedora además de una extraordinaria artista. Es un espejo en que mirarse a la hora de emprender un proyecto personal tan difícil en estos tiempos. Yo creo que le aporto una voz de mujer que en otros espectáculos de ella no tenía y no sé,…, ¡tendréis que preguntarle! (se ríe)

Su espectáculo ‘más personal’, ‘Boleros y Melodías’ se aleja de su espíritu de cantaora jerezana, ¿por qué ha sentido esa necesidad de hacerlo?, ¿qué le aporta ese tipo de mezclas?

Bueno, el flamenco siempre va conmigo, es de dónde vengo pero abrirme a otras músicas es un soplo de aire fresco. Sobre todo, siento la necesidad de hacer música sin etiquetas y con libertad. Cuando las cosas se hacen con alma se llega al espectador, y ya ahí, da igual el estilo. Yo disfruto cantando y lo mismo me gusta cantar unos fandangos que un tango argentino o un bolero.

Francia, Ginebra, París…, ¿’llega’ Jerez tan lejos?

El flamenco es más valorado fuera de nuestras fronteras. El público extranjero es muy respetuoso con el arte y con el artista, no pasa como aquí, que la gente está tan influenciada por la televisión donde la mayoría solo paga una entrada para ver artistas que son conocidos por programas o concursos. La gente fuera de España va al teatro a ver a artistas que no conocen, son enamorados del arte y te tratan con muchísimo respeto.

En España es muy difícil vivir del arte, porque además el gobierno no ayuda mucho, y no tenemos un sistema que funcione bien para que los artistas puedan trabajar siempre dados de alta y ser ‘trabajadores normales’ Nos vemos obligados a salir fuera de España, a trabajar en negro muchas veces y en muchos casos, a buscar otro trabajo fuera del ámbito artístico. Es una lástima porque la música y el arte en general nos hace ser mejores personas, más sensibles, más creativas y abiertas a otras culturas.

Facebook
Twitter
LinkedIn
M. Isabel Rodríguez Palop

M. Isabel Rodríguez Palop

Una apasionada del Flamenco.

Relacionados

Post's relacionados