Alfonso Salmerón: «En el flamenco te mueres aprendiendo»

Alfonso Salmerón (Almería, 1944) siempre me va a traer buen recuerdo: conversación amena, interesante y llena de datos, actitud impecable y un lugar, Alcorcón, al que se le borra el tráfico y más edificaciones de las deseadas cuando una descubre todas las satisfacciones que puede encontrar en un lugar, a priori, tan ‘poco flamenco’. Salmerón ha sido protagonista y testigo de los grandes y de lo grande de una época dorada en el flamenco, donde ser artista era serlo de verdad. Sin tanto oropeles, y si me lo permiten, tantas ‘tonterías’. Eras artista porque te lo habías ganado, no porque te lo hicieran creer. Así de claro.

Nació escuchando cante y con apenas siete años ya ganó su primer concurso en Radio Juventud. Luego, durante el servicio militar consiguió un permiso de pernocta que le permitía actuar a diario en el Tablao Arco de Cuchilleros, ¿devoción o necesidad?

Era devoción, yo estaba en la mili ¡y me daban de comer todos los días! Allí estaba trabajando uno de los Habichuelas, Luis, con los que ya había trabajado en Almería…, se habló con el del Tablao, me dieron el pase pernocta…, y me quedé. Me quedé muchos años, luego me casé aquí en Madrid, pasé a las ‘Brujas’, a ‘Los Canasteros’, ‘Corral de la Pacheca’, ‘De la Morería’, ‘Café Chinitas’ y veinticinco años que estuve en ‘Torres Bermejas’.

Usted ha estado en los mejores ‘colmaos’ de la época. Cuéntenos alguna anécdota de esa época…

Una noche estábamos en el ‘Arco de Cuchilleros’,…, estaba el Porrina también, y nos quedamos en una fiesta con unos ‘señoritos’ que cerraron el tablao. Allí estaba también un cantaor Antonio Cuevas ‘El Piki’ que cantaba muy bien pero se picó con Porrina, y claro, pensábamos todos: ‘que absurdo… Porrina es Porrina…’ y recuerdo que le dice Porrina al guitarrista: ‘ponlo ahí al nueve por medio y toca por siguiriyas’. Y empezó a cantar ese gitano por siguiriyas, y mira, ¡se me ponen los pelos de punta al recordarlo…! imposible cantar mejor.., y ya no se cantó más. Porrina era una maravilla, una maravilla, era un gran maestro y además era una gran persona.

¿Qué diferencia nota usted entre esos artistas y los de ahora?

El que no aprende a cantar ahora es que es muy mal aficionado. Ahora hay una discografía enorme, en internet tienes lo que quieras desde Don Antonio Chacón hasta Camarón… pero entonces aprendíamos a cantar escuchándonos unos a otros, decíamos: ¿dónde canta fulanito, menganito? Recuerdo que Porrina estaba cantando en las ‘Cuevas de Nemesio’, Fosforito en ‘El Corral de la Morería’, Paquera en ‘Los Canasteros’.., y luego nos reuníamos en las ventas que había aquí en Madrid, y allí estaban los señoritos que nos buscaban: a ver, un guitarrista y un cantaor…, fulanito de tal, le toca.., ¡como el que está en la consulta de un médico! Y ahí nos buscábamos la vida y yo creo que aprendíamos así, escuchándonos unos a otros.

¿Y ahora?

Si, ahora hay gente que canta muy bien pero…, no sé si es porque se aprendía de otra manera, pero antes había más personalidad. Antes escuchabas a uno y decías: está cantando fulano, y ahora sí, lo hacen muy bien, pero no tienen personalidad la mayoría. Ahora se diferencian los cantes pero no se diferencian a los artistas, ¿no? Exactamente…, entonces uno cantaba un fandango, vale, pero tenía su sello personal con un fandango, y ahora los cantaores son muy largos, conocen mucho, pero no se diferencian… Ahora estamos los cantaores deseando terminar un recital para que nos paguen e irnos corriendo, y antes nos quedábamos y nos íbamos a tomar una copita, y nos juntábamos entre nosotros…

Ahora se vive del flamenco, y antes se vivía con el flamenco…

Esa es la palabra… antes se vivía con el flamenco. En el flamenco te mueres aprendiendo.

¿Usted hubiera preferido que el flamenco siguiera siendo un arte de minorías?

No, no, yo he hecho muchos experimentos porque aparte de flamenco canto lírico también. Todo lo que esté bien hecho se puede hacer y se puede ampliar, no cerrarse en un círculo. Todo lo que se haga dignamente y esté bien hecho en la música, ¿por qué no?, lo que no se puede hacer es una cosa que la desvirtúe.

Ha cantado ‘p,adelante’ y ‘p,atrás’, ¿qué le ha dado más satisfacciones?

Yo creo que sería necesario que todos los cantaores cantaran ‘p,atrás’ porque todos los que lo han hecho hasta en la forma de sentarse en la silla se les nota si tienen ritmo o no.

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M. Isabel Rodríguez Palop

M. Isabel Rodríguez Palop

Una apasionada del Flamenco.

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