Rafael Ordoñez, cantaor

«Siempre canto entregado a mi verdad»

De Rafael Ordoñez, (Rafael Ordóñez Rodríguez, 1.949) hablan los premios. El de las peñas ‘El Moraíto de Almería’, ‘La Platería de Granada’, ‘El Niño Vélez de Málaga’…, pero sin duda para cualquier buen aficionado, el curriculum de Rafael se puede resumir con el galardón conseguido en el Premio Nacional de Arte Flamenco de Córdoba. Un antes y un después en la carrera de cualquier artista. Un premio que combina con los conseguidos como saetero: el de la ciudad de Montoro, Castro del Río, el de Ciudad Real y el del Premio Nacional de Saetas de Córdoba. Durante esta Semana Santa cinco exaltaciones han avalado su buen hacer, y una vez finalizada la Semana de Pasión, la procesión por los tablaos, los concursos. La carrera por el oído siempre exigente de los aficionados. Esta noche actúa en la Peña Cultural Flamenca de la Ciudad de Llerena. Un examen en toda regla. Rafael lo sabe, y prepara junto a esta aficionada la lista de cantes con los que provocar el olé, correcto, en su primera visita a esta histórica Peña.

-¿Cómo cree que será esta noche? -Memorable. Vengo a darlo todo. Pienso que voy a encontrar a una afición muy flamenca. Una afición que en la mayoría de las ocasiones que he actuado en esta tierra he encontrado también, en otras peñas flamencas. Extremadura y Andalucía son las comunidades donde existe el mayor número de agrupaciones flamencas. Es donde más se promociona y se respeta el flamenco y por eso vengo sobre seguro. Sé que será una buena noche. -¿Qué va a ofrecer a los aficionados? -Una serie de cantes fundamentados en la base del flamenco. Unos cantes donde los aficionados puedan disfrutar de la siguiriya, la soleá, y otros cantes de Cádiz, de Málaga, de ida y vuelta, etc. -Cuando uno avala su carrera profesional con más de cuarenta premios, ¿siente vértigo o seguridad? -Siento seguridad y un orgullo muy grande. Lo cierto es que son premios muy importantes que he ido consiguiendo en concursos organizados, no por cualquier institución, no, sino por entidades como peñas flamencas, ayuntamientos, diputaciones y con un detalle que a mi juicio se ha tener en cuenta: todos han contado con jurados compuestos por personalidades del mundo del flamenco: artistas, poetas, etc. No personas ‘cercanas’ a este arte, sino comprometidas con él. -Primer Premio Nacional de Arte Flamenco de Córdoba, ¿qué recuerda de esa noche? -Recuerdo que sentí una emoción muy grande cuándo me dijeron que era el ganador del premio Nacional de Córdoba. Era la culminación de mi trayectoria como concursante. Los cantes que hice esa noche, con opción a premio recuerdo que fueron malagueñas, tarantos, vidalita, guajira, siguiriyas, toná, serrana, caña, cantiña y caracoles. Esa noche estuve muy bien acompañado por el guitarrista Luis Calderito, un guitarrista genial. Pero el premio que gané fue por cañas y serranas. Las serranas de la cosecha de Silverio Franconetti. Es un cantaor al que admiro muchísimo. Mira, para que se haga una idea de la genialidad de este cantaor, podría contarle de Silverio que llegó a Córdoba a actuar, lo contrataron para un mes en un café cantante, ‘El Recreo’ y se tiró año y medio actuando consecutivamente en ese café. Lo suyo eran las serranas, ya que fue él, el creador de ese cante. Luego llegaría como segunda mejor recreadora de las serranas, Dolores ‘La Parrala’, una cantaora ¡que nada tiene que ver con la de la copla! La caña que canté era de Curro Dulce, un peazo cantaor jerezano. -¿Qué le ha aportado Córdoba al margen del reconocimiento profesional? -Yo he tenido la suerte de nacer en un barrio como es el Campo de la Verdad, donde se respira el flamenco las veinticuatro horas del día y para mí, eso ha sido muy importante, determinante. Córdoba me ha dado además sus cantes autóctonos: la soleá en su variante cordobesa, los Fandangos de Lucena, alegrías, serranas, y los cantes de Pajarona que son tonás campesinas. También los fandangos de Cayetano Muriel. -¿Con qué cante se siente más cómodo? -Con la siguiriya. Me gusta mucho la profundidad, la pureza que tiene. Yo soy un cantaor que busca ese sentimiento. Sigo buscándolo. -Acaba de terminar la Semana Santa. Usted es un gran conocedor de este cante primitivo, ¿requiere una técnica, una forma física diferente? -La saeta requiere una garganta prodigiosa y está feo que lo diga yo pero es que, al cantar a una imagen en plena calle, el cantaor tiene la dificultad de que el propio artista tiene que llevar la tonalidad mentalmente. También se tiene que exigir más a la propia capacidad física por las inclemencias del tiempo, por el hecho de tener que cantar en plena calle, con frío, con situaciones inesperadas. Cualquier cosa puede pasar, aunque la mayoría de las veces, la inmensa mayoría de las veces, lo único que ocurre es esa satisfacción tan grande que te llena por completo, esa emoción tan maravillosa. Es difícil de describir. Este año me ha ido muy bien. Canté en Nueva Carteya de Córdoba, también en Alicante han quedando muy contentos con mis actuaciones. He visto al público disfrutar de la saeta. -Sus abuelos eran de Benquerencia de la Serena, Badajoz. ¿Qué lleva Rafael Ordóñez de Extremadura? -Llevo un cariño y un orgullo muy grande de tener sangre extremeña y andaluza. Para un flamenco, imagínate, es lo ideal. -¿Qué ha encontrado de positivo y negativo en el flamenco extremeño? -Las peñas flamencas de Extremadura que conozco se merecen todo mi respeto. He comprobado que sus socios saben distinguir el buen flamenco del que no lo es. Saben de flamenco. En materia de concursos, en los que he participado en Extremadura han resultado ser muy positivos. He estado solamente en dos certámenes: en el 1981 gané el 1º premio en Talavera la Real, y en 1987 gané el 1º premio en Los Santos de Maimona. Esta noche espero llevarme de Llerena el premio al reconocimiento del público. Aunque sea un festival y no un concurso, un artista está a examen cada vez que se sube a un escenario. -¿Se respeta el cante extremeño en Andalucía? -Claro que sí. Se respeta y se admira. Además he de comentarte que la mayoría de los artistas somos amigos. Existe, al menos por mi parte, una relación de amistad. -¿Cuáles son los referentes de Rafael Ordóñez? -Antonio Chacón, Tomás Pavón, la Niña de los Peines, Fosforito y Antonio Mairena. -Dicen de usted que deja con ‘hambre flamenca’ a los aficionados, ¿como piensa hacerlo esta noche en Llerena? -Me alegra que me haga esa pregunta, porque los aficionados ven que en cada cante que hago voy dejando un cachito de mi corazón. Siempre canto entregado a mi verdad. Artículo publicado en: http://www.hoy.es/v/20120414/sociedad/siempre-canto-entregado-verdad-20120414.html

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M. Isabel Rodríguez Palop

M. Isabel Rodríguez Palop

Una apasionada del Flamenco.

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