Félix de Herrera, guitarrista

«Mi guitarra cuenta las dos caras del flamenco»

Es guitarrista, represen­tante, padre, aficionado, pero sobre todo y de cara al mundo del flamenco es el padre de Celia Romero nues­tra Lámpara Minera. Simpático, accesible e inseparable de la hija y de la artista, Félix de Herrera (He­rrera del Duque,1966) es la carta veterana de presentación de Ce­lia en el dificil mundo del flamen­co. Un mundo que él conoce bien y del que tuvo que alejarse por una lesión que le obligó a dejar la gui­tarra. Dejar la guitarra y afinar el oído aún más para poder ‘llevar a la niña’, por una carrera en la que el virtuosismo y el estudio cobran lamisma importancia.



La última vez que nos vimos Fé­lix y esta redactora fue en la inau­guración del nuevo local de la Aso­ciación de Arte Flamenco de Ba­dajoz en la calle del Porrina, justo enfrente de su casa natal. Por cier­to, una noche memorable de arte, generosidad y buenos aficionados. Llegaron a medida que avanzaba la noche, artistas de la talla del tito ‘Alejandro Vega’, Chiqui de Quin­tana, Francis Pinto, La Ratita y su inseparable marido y valedor Die­go, la Kaíta, ‘El Nene’, ‘El Perrete’, Miguel de Tena, tantos otros, y Ce­lia. Tímida, joven, generosa y sin separarse de su padre pasamos la jornada hablando de flamenco y de esta entrevista. Esa para la que siempre acordamos quedar, para dejar plasmada en papel. Lo pro­metido es deuda.



-¿El orgullo de padre es mayor al propio como artista?



-Sí, porque por encima de todo soy padre de Álvaro, Felixín y Celia. El amor a mis hijos, y hablo por boca también de mi mujer siem­pre será el amor más puro, el mas entregado. Son nuestro mayor or­gullo.



-Ha educado a sus hijos en el amor a la música, al flamenco. Celia canta, Felixín es percusio­nista, ¿tanto le ha dado en su vida este arte?



-Pues mire me ha dado todo. Sig­nifica gran parte de mi vida, por­que yo desde que era niño ya es­taba metido en el mundo de la gui­tarra flamenca, y mis hijos des­de que nacieron han estado escu­chando flamenco y es algo que lo han llevado como algo especial y a la vez normal en sus vidas. Em­pecé a aprender a tocar a guitarra a los 7 años con ‘Marco el zapate­ro’ que vivía por debajo de mi casa. Yo tenía mucha afición que me venía de unos primos hermanos de mi padre que los llamaban los Hermanos Pérez, uno de ellos En­rique Pérez llegó a acompañar en un fandango a Porrina de Badajoz en la plaza de toros de mi pueblo…, ellos fueron los que me regalaron mi primera guitarra que aún con­ Hago con mis hijos lo mis­mo que hicieron conmigo.



-¿Qué tipo de formación ha re­cibido?



-Durante un año recibí clases de ‘Marco el Zapatero’ y en verano cuando venían mis primos de va­caciones me las daban ellos y ahí aprendía también un poco de acompañamiento al cante, ya que ellos se juntaban con una serie de amigos y hacían sus fiestas priva­das de cante y guitarra. Estuve con ellos aprendiendo hasta los 18 años mas o menos, hice el servicio mi­litar dejando aparcada un tiempo la guitarra. Con 19 años conocí a mi mujer que es de Talarrubias, un municipio que vive con auténti­ca pasión el flamenco y allí cono­cí a algunos aficionados con los cuales he trabajado varios años después. Más adelante conocí a Ro­mero de Badajoz, con el que estu­ve tomando clases durante once años. También he recibido clases de la Familia Vargas y algunas de mi amigo Francis Pinto y Manolo Franco.



-¿Que sintió cuando su hija se proclamó Lámpara Minera?



-Es un sentimiento inexplicable, una satisfacción enorme y algo in­creíble, mágico. Recuerdo la lla­mada de usted, María Isabel. Esa llamada con tantas interrupcio­nes, con tantos impedimentos pero que logramos realizar, y solo para conseguir llevar la noticia de Celia con la Lámpara Minera a la portada del diario HOY. Gracias de nuevo.



-Usted es un gran amigo del an­terior ganador de la lámpara, Mi­guel de Tena, ¿lo que toca lo con­vierte en oro?



-No, no, yo no. Además, no tiene porqué. Ganar la Lámpara o no, conseguir el éxito o no depende de las facultades que tenga cada Ahora: si que sé que Mi­guel se entrega al máximo con to­dos sus alumnos. Eso ‘algo’ tendrá que ver, ¿no?, puede que les toque con la varita mágica de alguna ge­nialidad…



-Y hablando de tocar, ¿cuál es el palo que tras la lesión más se le resiste?



-La solea. Es sin duda lo más duro, porque la solea es el palo del fla­menco que más me llega. Sufrí una tendinitis en el dedo índice de la mano izquierda. Esta lesión me hizo perder muchas cualidades a la hora de tocar. Pero son los golpes que da la vida. Fíjese, tengo una anécdota que a pesar de lo mal que lo pasé, recuerdo con muchí­simo cariño. Cuando era niño iba a tocar en un festival ‘Frente Ju­ventudes’ de mi pueblo y una hora antes de salir al escenario mi her­mana Ma Ángeles, accidentalmen­te, dio un golpe con la cabeza a la guitarra que estaba colgada en la pared, y la rompió entera. Por eso, lo que le digo. Golpes de la vida, que generalmente es mejor tomar con humor.



-¿De qué se arrepiente de no ha­ber hecho como artista?



-No me arrepiento de nada, creo que en el nivel el que estoy he dado todo por mis hijos, que son los que a mi siempre me ha inte­resado que triunfaran, porque fí­jese, yo empecé a acompañar al cante con veintitrés años aproximadamente­.., y mire la edad de ellos…



-¿Qué le parece que la Diputa­ción de Badajoz vaya a realizar un taller sobre ‘La guitarra fla­menca y los toques en los cantes autóctonos’ en el Conservatorio Profesional ‘Juan Vázquez’?, ¿cree que se pierde la magia del instinto a la hora de tocar con ‘de­masiada’ formación?



-Sí se pierde, claro que se pierde, porque en el Conservatorio hay más técnica, pero sabiendo que los profesores son Miguel y Juan Var­gas, ;asunto arreglado! Como afi­cionado y guitarrista le puedo ase-. gurar que los Vargas son un refe­rente para todos los guitarristas del mundo. También he de decir que soy un gran admirador de Francis Pinto. Desde aquí, me quito el sombrero con los tres. Ellos son los más idóneos para el ‘toque extremeño’.



-¿Es necesario el estudio para ‘re­coger’ el toque extremeño de cara a la guitarra?



-Todo lo que sea estudiar es bue­no para seguir avanzando, pero está claro que los detalles de nues­tros toques se suelen coger de los maestros añejos de Extremadura, no de una partitura.



-¿Cómo ve la situación de la gui­tarra extremeña en la actuali­dad?



-Muy bien, está saliendo una bue­na cantera.



-¿Qué le cuenta la guitarra de Fé­lix de Herrera al padre de Celia Romero?



-Lo difícil que es este mundo ar­tístico del flamenco y por otra par­te, lo bonito que es. Mi guitarra cuenta las dos caras que tiene el



-¿Se quedó con la espina de no tener un guitarrista en la fami­lia?



-Si, porque inicié a mis dos hijos, Álvaro y Felixín, y tenían cualida­des pero no las aprovecharon. Una pena.



-¿Qué le falta y qué le sobra al flamenco en Extremadura?



-Le falta mucho compañerismo entre todos los artistas, ¿y sobrar? ;creo que no le sobra nada!

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M. Isabel Rodríguez Palop

M. Isabel Rodríguez Palop

Una apasionada del Flamenco.

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